El estado que se estableció para que los judíos ya no se escondieran en los armarios, para salvarse, desapareció en la masacre de Simjat Torá. ¿Asumirá Benjamín Netanyahu la responsabilidad?

Prof. Yuval Noah Harari|10.10.2023 | 22:45

Al principio, las comparaciones fueron con la Guerra de Yom Kippur. Luego la imaginación volvió a los distritos más antiguos y aterradores, a los kibutzim atacados durante la Guerra de la Independencia, Negba, Nitzanim, Yad Mordejai. Al final, volvimos al corazón de las tinieblas, a Ground Zero del sionismo, a Kishinev. A «la ciudad de la matanza» y «sobre la matanza» poemas de J.N. Bialick.
A plena luz del día, dentro de las fronteras del Estado de Israel, cientos de civiles fueron masacrados sin que nadie acuda a ayudar.
Salió el sol, el país desapareció y ciudadanos fueron masacrados.
La vivencia de la masacre de Simjat Torá es la vivencia de la desaparición del Estado.
Mi tío Andad, de 99 años, y mi tía Shari, de 89, son miembros del kibutz Be’eri. El contacto con ellos se cortó cuando Hamás se hizo con el control del kibutz. Se escondieron en su casa cuando los terroristas masacraron a sus vecinos y destruyeron la comunidad. Luego me entere que, a pesar de que su mundo fue destruido, de alguna manera sobrevivieron. No tenían palabras para describir lo que habían vivido, así que mi tía me leyó durante media hora una selección de los maravillosos poemas de mi tío, un maestro de las palabras sin igual. Ambos son judíos que han pasado por muchas cosas en la vida y ya han perdido un mundo en el Holocausto. Crecimos con historias de judíos que se escondían de los nazis en armarios y sótanos, y nadie acudió en su ayuda.
El Estado de Israel fue establecido para que tal cosa nunca volviera a suceder. Entonces, ¿cómo sucedió? ¿A dónde ha llegado el país?
Mi círculo de amigos y familiares está de luto, y algunos de nosotros sentimos que este no es el momento para un examen de conciencia histórico, pero por razones que aclararé más adelante, creo que debemos hablar de inmediato. Durante 14 años ha gobernado aquí un hombre que prioriza su bien personal por encima del bien del país, que construyó su carrera sobre el fraccionalismo y la incitación, para quien la verdad no tiene valor, que se adjudica de todos los éxitos pero escapa a la responsabilidad de los fracasos, y que nombra en puestos clave a personas cuyas únicas habilidades son la adulación y admiracion al lider
Ningún sistema puede sobrevivir a un ataque de este tipo por mucho tiempo. Cuando las espadas de hierro se dejan en agua salada, eventualmente se oxidan.
En el último año, la situación se ha deteriorado rápidamente.
El gobierno derechista fue el peor que cualquiera de sus predecesores.
Desde que llegó al poder, ha ignorado todos los problemas urgentes del país, en particular las amenazas a la seguridad y el deterioro de la capacidad de la policía y las FDI, y en su lugar se ha centrado en ganar cada vez más poder, dinero y «obsequios» por los partidos de la coalición.
En la búsqueda de este objetivo, Benjamín Netanyahu y sus socios mesiánicos han adoptado una política de «Divide y Vencerás», o más precisamente,»Incita y Vencerás».
Profundizaron deliberadamente las heridas de la sociedad israelí en lugar de tratar de curarlas; Atacar a todas las instituciones – desde la corte suprema hasta las FDI – que puedan limitar su poder, y denunciar a las élites al servicio del Estado como «castas privilegiadas y egoístas.
Cuando sus ataques a la democracia y a las instituciones estatales desencadenaron un movimiento de protesta sin precedentes, Netanyahu y sus asociados acusaron a los manifestantes de ser terroristas y agentes extranjeros.
El gobierno invirtió su energía en crear un conflicto entre los residentes de Sderot y Ofakim y los residentes de Nir Oz y Beeri, y abandonó a todos a los asesinos de Hamas.
El gobierno ha sido advertido una y otra vez por los jefes de Seguridad y de defensa ademas de una larga lista de expertos, de que su política pone en peligro a Israel y debilita la disuasión israelí en un momento de crecientes amenazas externas.
Netanyahu y sus socios mesiánicos despreciaron a los expertos e ignoraron todas las advertencias. Por el contrario, interpretaron estas advertencias como una expresión de deslealtad política.
Volver a las zonas más profundas del miedo del pueblo judío es también la única oportunidad que tiene el Estado para sobrevivir. Si recordamos qué y por qué se fundó el Estado, podemos salvarlo.
La clave está en manos de Netanyahu. ¿Asumirá la responsabilidad por el terrible fracaso o intentará, como de costumbre, culpar a otros y profundizar aún más la división en la nación?
Hace unos años, estuve en una reunión privada entre Yuval Steinitz y varios profesores universitarios. Surgió la pregunta de cómo Netanyahu podría, si quería, reparar la brecha entre la gente. Alguien sugirió como primer paso que, en lugar de hablar solo con su base electoral, Netanyahu debería ir al comedor de un kibutz y hablar con sus miembros allí.
Es demasiado tarde para eso.
Si Netanyahu va al comedor del kibutz Be’eri, su audiencia serán manchas de sangre y mas de 110 miembros del Kibutz que ya no estan entre nosotros.
Pero hay algo que Netanyahu todavía puede hacer por el pais que ha incitado, conflictuado y abandonado.
Que, por una vez, asuma la responsabilidad.
Es cierto que este no es el momento de reflexionar sobre los fracasos del pasado. Las comisiones de investigación esperarán hasta que se restablezca la seguridad a los ciudadanos de Israel, los muertos sean enterrados y los secuestrados regresen a sus hogares.
Pero ahora es el momento de prevenir los fracasos del futuro.
Lo peor, militar, política y moralmente, aún esta por venir. Los acontecimientos de los últimos días son quizás sólo un anticipo de una guerra extremadamente dura y cruel que podría costar la vida a miles de israelíes más y crear oleadas de millones de refugiados.
No debemos permitir que la banda que nos llevó al desastre actual emprenda una guerra así. Lo correcto es formar un gobierno de emergencia nacional, y es importante incluir a representantes de todas las corrientes de la sociedad israelí.
Ademas el adicto del TikTok Itamar Ben-Gvir no debe seguir a cargo de nuestra seguridad nacional, Bezalel Smotrich, que buscó borrar a Huwara, no debe decidir el destino de millones de personas en Gaza y, después de todos sus fracasos, Netanyahu no debe volver a tomar decisiones históricas sobre el futuro del Estado y de Oriente Medio.
Con el fin de consolidar a la ciudanania ante los enormes desafíos que nos esperan, Netanyahu debe asumir inmediatamente la responsabilidad de su terrible fracaso, dar cabida a personas más talentosas, capaces y eticas, personas de valores y principios.
Es posible y necesario cambiar de liderazgo incluso en tiempos de guerra.
En 1940, en la hora más difícil de Gran Bretaña, Neville Chamberlain dio paso a Winston Churchill. Netanyahu tiene una última oportunidad de hacer lo correcto y entrar en los libros de historia no solo como la persona responsable de un desastre nacional, sino también como alguien que en el último minuto eligió el bien del país sobre el suyo propio.

El Prof. Yuval Noah Harari es historiador y escritor

Traduccion : Bemy Rychter