Por Iñaki Chaves

En Bogotá, la plaza de Bolívar vivió otra muestra más del respaldo popular al presidente de la República

La marcha por la vida, la paz y la justicia social del 27 de septiembre de 2023, con iniciativas paralelas en varias ciudades del país, reafirma el seguimiento firme de la población a Petro y sus reformas, a pesar de que muchas personas y entidades se empeñen en tumbarlo.

Las poblaciones indígenas han sido las que han mostrado su apoyo de manera más nutrida, pero también numerosas organizaciones sociales y políticas de carácter local y nacional, desde el campesinado al estudiantado, pasando por sectores de la administración pública, de partidos o de asociaciones feministas.

A pesar de los errores, propios, que los hay, y atribuidos por otros, no siempre con fundamento, la ciudadanía parece seguir respaldando al presidente de la República en su difícil y complicada trayectoria al frente del gobierno. La convocatoria movilizó a miles de mingueras y mingueros, fieles y partidarios del Gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez, para dar una vez más su aval a las distintas reformas iniciadas por la dupla gubernamental para lograr esa justicia social que promueven y que busca que Colombia sea una potencia de vida.

En los algo más de cuatrocientos días de gobierno del cambio la desinformación ha campado a sus anchas por las redes virtuales y algunos medios de escasa virtud, criticando el costo de los eventos organizados para movilizar a la población o quitándole valor a la pertinencia e importancia que tienen o comentando sobre la posible financiación para asistir a los mismos. Algunos medios, como por ejemplo aquella revista que lo fue, y su cabeza más parlanchina, las marchas son ´pagas` para que la gente se movilice. Pero es el propio Gobierno el que sale al paso reconociendo, según el ministro del Interior en la web de presidencia, que se da apoyo “en materia de transporte y otros gastos, ´de acuerdo con una disposición de la Corte Constitucional` que ordena al Ejecutivo ayudar a la organización de los eventos de estas comunidades”.

Por otro lado, la sociedad civil apuesta por las movilizaciones y agradece “un acuerdo social para todas y todos” que cuente con la guardia y la fuerza indígenas y con la presencia activa de nuestras personas mayores; que grite “no más guerra”; que siga en la lucha “¿hasta cuándo?, hasta siempre”, y que avance en los cambios necesarios para alcanzar la justicia social: reforma a la salud, reforma laboral, reforma agraria (tenencia de la tierra), educación o combatir la crisis climática.

Al finalizar el acto en la plaza de Bolívar de la capital, el presidente propuso un acuerdo nacional al país entero “a los expresidentes, todos; les propongo a los gremios económicos, todos; les propongo a los hombres más ricos del país, todos; les propongo a los partidos políticos, todos; a las fuerzas sociales, todas; a la sociedad, toda” que se dispongan a hablar sobre lo verdaderamente importante para poderlo llevar a buen término “verdad, educación y tierra como base fundamental de paz”.