El Frente Amplio desalojado del gobierno por “la Nueva mayoría”
Con la salida de Giorgio Jackson del grupo de ministros de gobierno, se concreta la tendencia del desalojo del Frente Amplio del equipo político de La Moneda, controlado hoy por militantes de la ex Nueva Mayoría sin la Democracia Cristiana (la que reconoció que no leyó el programa de Bachelet en su segundo gobierno). Así, socialistas y comunistas(en menor medida) son quienes en la práctica definen la política del ejecutivo. Este gobierno que prometía demostrar el poder del pueblo por el pueblo y para el pueblo, ha dejado de ser real, implicando incluso que quienes llegaban a gobernar esperando un mejor futuro, hoy ya no están. La misma trampa desde el mismo sistema neoliberal una y otra vez, lo real de hecho es que, por ejemplo, la reforma tributaria la podremos ver fracasar. Cuando se vea el resultado de las conversaciones en marcha, estarán todos tomados por el gran temor que el próximo gobierno vuelva la derecha. Mientras tanto como sociedad, normalizamos los hechos como si a nosotros no nos importara.

Boric queda solo en La Moneda, desestima al poder popular, y opta por la agenda del poder fáctico.

Dos fantasmas circulan por el palacio de gobierno, el espíritu de Allende y el actual presidente. La soledad política te coloca, en esa instancia de gobernanza, en la disyuntiva de optar por el poder que respalda tu actividad; la posibilidad de llamar a la organización social para activar un complot de apoyo a la agenda descrita en el programa de gobierno, y respaldarse con ese poder ciudadano a quedado por ahora descartado, y el presidente ha asumido el respaldo de los poderes fácticos de los adinerados del país, reeditando la postura de la “centro izquierda” en las últimas décadas.

El control político de la derecha desde el parlamento, deja sin poder al ejecutivo
Las bancadas de las derechas, sin rubor y a plena luz del día, le dictan por la prensa al gobierno lo que puede y no puede hacer, y con que personas sí y con que personas no puede conformar sus equipos políticos. Es un espectáculo que da cuenta del estado de la política y de la democracia en el país. Avanzan sin pudor en instalar el negacionismo, dejando al presidente negociando los aspectos secundarios de sus proyectos, de este modo ya no sólo no se hará nada con carabineros a pesar de su actuación contra los DDHH y el robo de más de 30 mil millones de pesos, sino que se mantendrán las AFP y el tema en discusión es en cuanto incrementaran sus fondos a partir del 6% adicional que está en la mesa. Ni hablar de avances en los temas de darle un golpe a la elusión de impuestos de los ricachones del país, lo que significaba cerrarles la puerta para colocar en sus bolsillos cifras siderales que los convirtieron en multimillonarios. Las derechas mandan.

Un Chile que retoma el discurso del Jaguar y el oasis latinoamericano
Y por boca del joven que denostaba el cinismo de los privilegiados, que desconocían la inhumana desigualdad en nuestra sociedad, hoy le escuchamos a nuestro presidente retomar con fuerza el discurso de la ejemplar economía de Chile, reconocida y valorada en el concierto internacional, tan diferenciada de las escuálidas economías de la región (el oasis ha resucitado).
¿Se pueden romper los privilegios y la desigualdad en una democracia representativa? Después de todos los esfuerzos de la gente, en levantar y llevar adelante las agendas de reivindicaciones necesarias y justas, que a tenido costos de vidas humanas, de padecer monstruosidades, torturas, represión, mutilaciones, quintas columnas y traiciones de todo tipo, con avances y retrocesos a pesar de todas las dificultades, a pesar de colocar en La Moneda a tres presidentes que levantaron la esperanza de ir en la dirección con la que se soñaba, y verlos caer, uno asesinado y otres subsumidos en las telarañas del poder fáctico, parece un momento oportuno para empezar un cuestionamiento profundo de las posibilidades de la democracia representativa, para llevar a nuestra sociedad a una situación de dignidad humana.

El descorazonamiento popular y la necesidad de avanzar de un modo nuevo
Quien quiera verlo puede observar el flujo constante de manifestaciones de distintas organizaciones frente a La Moneda, ninguna de ellas aparece en la prensa, totalmente controlada por las derechas. No son las manifestaciones masivas de 2019, pero, comienza un nuevo periodo de articulación popular, es cierto que están muy afectadas por el golpe del “rechazaso” que lograron las derechas en plebiscito de salida, y que ese peso se siente en el ambiente y en los ánimos, pero a pesar de todo, la manifestación lentamente comienza su movimiento nuevamente. Muchos espacios discuten los “fracasos” sufridos, tratando de ver este nuevo momento, un mundo que definitivamente cambió, y que cuesta comprender. Se preguntan acerca de cómo se supera el descrédito y el desvío de los liderazgos, cómo opera esa sintonía acéfala que llenó las calles de millones de personas pidiendo dignidad. Cómo se sobrepasa la frustración, cómo se retoma la vitalidad de aquel reencuentro colectivo multitudinario, que alentaba los cambios profundos en nuestra sociedad. Sin duda nada de lo conocido y hecho puede responder, un mundo nuevo requiere de formas y fondos nuevos en esta lucha de intenciones humanas.

La soberanía popular y la democracia real
Es momento de construir una nueva forma, una democracia real, en que se deja la delegación y se construye el hacerse cargo, directa y responsablemente. Los colectivos deben superar y cerrar las puertas a todo intento de manipulación. Tienen que generar las condiciones y las instancias para la reflexión conjunta, para el estudio conjunto y para instalar la autoformación. Dejar atrás las dirigencias y sustituirlas por funciones con mandatos precisos desde la base, habilitando mecanismos para corregir rápidamente los desvíos y las superposición de intereses personales. Es el camino largo pero sincero, de construcción de poder soberano desde los barrios hacia el poder local, y desde allí hacia las otras instancias administrativas. El desafío es gigante, pero es estimulante para quienes llevan en su corazón el mejor sentimiento de justicia social y de valoración de la maravillosa diversidad humana. Generar las condiciones para que nazca esa nueva humanidad, es un camino que vale la pena vivir, ser protagonista de las bases que abrirán las grandes Alamedas para que las nuevas generaciones superen la sociedad cruel y cretina que hoy nos subyuga.

 

Redacción colaborativa de Guillermo Garcés Parada y César Anguita Sanhueza. Comisión de Opinión Pública