Señor
Gabriel Boric Font
Presidente de la República de Chile
Presente

Estimado Sr. Presidente
Hace 78 años, en un día 6 de agosto, en el contexto de la segunda guerra mundial, los EEUU de Norteamérica resuelven acometer una acción de destrucción masiva contra civiles, dejando caer en la ciudad japonesa de Hiroshima la bomba atómica, que en su primer impacto asesinó a 140 mil ciudadanos y, en los meses posteriores, a cientos de miles más producto de los efectos devastadores de la radiación. Tres días después, un 9 de agosto como hoy, arroja una segunda bomba en la ciudad japonesa de Nagasaki, con un resultado inicial de 74 mil víctimas civiles. Esta acción terrorista no sólo fuerza la rendición de Japón, sino que da por inaugurada una nueva época en la historia de la humanidad, la era de la Amenaza Nuclear.

La generación de post guerra demoró 25 años en su surgimiento público, como oposición ciudadana a esta nueva situación de inseguridad en la supervivencia del planeta, realizando sus primeras acciones de denuncia y concientización en la década de los años 70, y desde esa fecha ha venido creciendo y actuando decididamente en todo el mundo.

A mediados de los años 80, la tragedia de Chernóbil, genera conciencia de los peligros de las plantas nucleares, sobre todo en Europa. Las mujeres finlandesas se comprometen a no embarazarse hasta tanto su gobierno no asuma un camino distinto a la de energía nuclear, logrando sus propósitos. Muchos gobiernos de ese continente, bajo presión ciudadana, planifican el desmantelamiento y cambio de dirección en materia energética en las tres décadas siguientes.

La conciencia ecológica de las nuevas generaciones, devela los peligros del manejo de los residuos tóxicos resultantes de la manipulación nuclear.

El movimiento de la Perestroika en la ex Unión Soviética, a fines de los ochenta logra desde la acción política detener la carrera armamentista nuclear, que tuvo en vilo a la supervivenciade todo el planeta, en su enfrentamiento velado con EEUU de Norteamérica, conocido como Guerra Fría.

En este nuevo milenio, en 2009 se desarrolla la primera Marcha Mundial por la Paz y la Noviolencia, convocada por todos los humanistas del mundo, que recorre el planeta llamando al desmantelamiento del arsenal nuclear mundial, entre otras medidas que permitan la continuidad de la historia humana en el mundo. Ciudadanos comunes y también personalidades de todas las áreas del quehacer humano, se manifiestan apoyando esta iniciativa.

Dos años después, Japón declara una alerta nuclear tras la explosión de un reactor registrada en marzo en la planta nuclear de Fukushima, por los daños del maremoto que afectó a ese país. Poco tiempo después Alemania, Italia y Suiza planifican el desmantelamiento y cambio de dirección en materia energética para las décadas siguientes.

El Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, tuvo su primera Reunión de Estados Partes en Viena del 21 al 13 de junio de 2022 con la participación de 49 Estados Partes, 34 Estados observadores y representantes de las Naciones Unidas, organizaciones internacionales y regionales, el Comité Internacional de la Cruz Roja y la sociedad civil. La Segunda Reunión de los Estados Partes tendrá lugar la semana del 27 de noviembre al 1 de diciembre de 2023 en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York, con México como Presidente.

El inicio de la invasión rusa a Ucrania, es la primera guerra en territorio europeo en muchas décadas, y las medidas permanentes hasta hoy de coerción económica dictadas desde la OTAN al parlamento europeo y al norteamericano contra la Federación Rusa, trajeron efectos socioeconómicos y medio ambientales “colaterales”, que sufren los pueblos a nivel planetario. Rusia y OTAN tienen sumados el mayor arsenal nuclear mundial.

CELAC tiene una posición general y anterior a la coyuntura de esta guerra en Europa. Tal posición va en favor de la resolución de conflictos vía diplomática, y que en los casos de guerra desatada (como en éste), su postura está prevista: Repudiar la acción bélica e inmediatamente asumir el posicionamiento de neutralidad, desde el cual se pueda promover, sin arbitrariedades, una salida negociada políticamente del conflicto. El rompimiento de este acuerdo de neutralidad, con las declaraciones que usted realizó, alineándose con la postura occidental, tomando partido por Ucrania y el relato de la OTAN, es lo que pedimos hoy se reconsidere.

Más allá que son inaceptables las acciones de ambos bandos, tanto la invasión rusa, como el rompimiento de los acuerdos sostenidos desde la Casa Blanca con Gorbachov, respecto a que la OTAN no sumaría a países hacia el Este europeo; coincidimos con lo que expuso el presidente de Brasil, Lula da Silva, en la cumbre CELAC, “ahora no sirve de nada decir quién tiene razón, quién está equivocado. Ahora lo que hay que hacer es parar la guerra”.

Con marchas y contra marchas, el clamor mundial ciudadano encarnado en los movimientos antinucleares y en muchas organizaciones sociales conscientes, se hace claro y tajante. Y hoy, a 78 años de la masacre en Hiroshima y Nagasaki, le alentamos a que sume al gobierno de Chile al siguiente urgente llamado en el conflicto bélico europeo: ¡Alto al fuego y solución diplomática ¡AHORA!!

 

Javiera Garcés Gatica, presidenta.
La Comunidad para el Desarrollo Humano.