La boda judía es más que un símbolo porque recuerda una historia de la Inquisición, el Malsín de Ribadavia, y así esta pequeña urbe gallega se cita hoy con la Edad Media.

Aunque la comunidad judía era muy reducida, tal vez de 200 personas en poco más de dos mil habitantes, su nivel educacional y cultural despertaba envidias, cuentan los historiadores, y en pleno medioevo, un vecino denunció a su familia, incluida su madre, y otros individuos de la villa por judaizantes.

Es el punto de partida de la Festa da Istoria, el nombre con que se conoce la cita anual de cada año el último fin de semana de agosto en la urbe de la comarca de O Ribeiro, famosa en Galicia y en toda España por sus exquisitos vinos, especialmente los blancos.

Tras diversos sumarios los familiares del Malsín de Ribadavia fueron condenados por la Inquisición, aunque se comprobó después la falsedad de sus testimonios y el resto de los vecinos mató al acusador.

Un capítulo que se recuerda en una placa conmemorativa descubierta dentro de los actos de la Xornada Europea de Cultura Xudea. También, el suceso es representado en el anfiteatro de la villa en una obra que, como las danzas y los torneos, son protagonizados por los habitantes de la ciudad.

Con un montaje que nada tendría que envidiarle a puestas en escena profesionales, el torneo que abarca demostraciones de ave rapaces, caballeros enfrascados en duelos de espadas y competencias de aros de fuego, con el preámbulo de desfiles por la villa, con diversas actuaciones de gaiteros, malabares, circo y arqueros.

De forma simbólica y con el único propósito de recrear la historia, además de pasarla muy bien, Ribadavia disfruta de jornadas de Interés Turístico Nacional, asomándose al medioevo en su barrio judío y como moneda única de valor real, los maravedíes.

Llegan a cambiarse más de 200 mil euros por maravedíes, uno por uno, descuellan los comercios con variadas artesanías y comidas típicas, además del adorno cultural de grupos musicales.

Vestimentas de los años 1600 son la primera señal de toda la ciudad apelando a una suerte de máquina del tiempo. La idea es reproducir el fin de semana la vida de la Edad Media con su célebre barrio judío en el centro del protagonismo y las ruinas del Castillo de los Sarmiento.

Brilla especialmente la entrega y dedicación de esta población gallega de la provincia de Ourense, en una zona apacible bañada por los ríos Miño y Avia.

Las Termas de Prexigueiro, demostraciones de cetrería, arte de caza en el que se emplean halcones y otras aves rapaces para capturar las presas, completan el jolgorio que enriquece a Ribadavia, asimismo con la presencia de alrededor de 30 mil visitantes de España y de varios países europeos.

El artículo original se puede leer aquí