Sandy tenía 15 años cuando llegó a Chile, en enero del 2017. El motivo era reencontrarse con su madre, quien estaba trabajando en el país y, además, terminar el último año de colegio para facilitar su ingreso a la universidad.

“Yo fui una niña apátrida, si bien soy haitiana, nací y viví en República Dominicana toda mi vida y en ese país no les dan la nacionalidad a los niños por nacimiento. Yo viví toda mi vida sin nacionalidad, sin derecho a nada. Vine a saber que eran los derechos básicos cuando llegué a Chile”.

Durante los primeros meses de ingreso a la escuela en Chile, Sandy sufrió discriminación en el transporte público y acoso callejero. Lo vivió siendo adolescente, no obstante, cuenta que es una realidad que viven a diario las mujeres afrodescendientes.

“Un día, cuando iba al colegio, una señora me comenzó a decir una cantidad de groserías y a recriminar que me fuera del país. En ese entonces era una niña y no comprendía esos actos de racismo. Afuera del colegio había una construcción donde siempre me acosaban cuando iba sola, se aprovechaban de una niña, negra, migrante”.

Estos hechos motivaron a Sandy a estudiar derecho. “Estaba decidida a conocer más sobre los derechos humanos, pero en especial cómo exigirlos, no solo para ella, sino también para los demás afrodescendientes. “

A mí las leyes siempre me han gustado, cuando terminé el colegio, estaba muy segura de que yo lo que quería era esto, defender a la comunidad migrante y a mí misma, conocer las leyes del país en el que vivo para no permitir que siguieran cometiendo este tipo de injusticias y para saber dónde acudir, dónde reclamar y dónde denunciar”.

Uno de los mayores desafíos de las mujeres afrodescendientes migrantes es acceder a la educación, en especial para aquellas que se encuentran en situación migratoria irregular.

“Yo no pude ingresar de inmediato a la universidad porque no tenía dinero, además no tenía residencia, por lo cual no podía optar a la gratuidad. Tuve que esperar un año para comenzar. La más contenta es mi mamá. Está agradecida, estoy en un país extranjero y estoy estudiando una carrera profesional. Muchísimos jóvenes migrantes no tienen esta posibilidad”.

El activismo de las mujeres afrodescendientes en Chile 

Las mujeres afrodescendientes representan uno de los grupos en situación de mayor vulnerabilidad frente a la educación, la salud y el trabajo, situación que se exacerba en contextos de movilidad humana, como la migración. En el caso de las mujeres haitianas, por la barrera idiomática, o no contar con canales de información adecuados, no se asumen sujetas de derechos y les cuesta más exigir el cumplimiento de estos. Esto fue lo que motivó a Sandy Josep a impulsar Diosa Haitiana, un espacio en redes sociales donde difunde información de interés para la comunidad haitiana, que sirve de canal de denuncia y promoción de los derechos humanos de las personas afrodescendientes.

“Siempre que salía a la calle, me encontraba a una persona haitiana que no sabía trasladarse en metro o cómo abordar el tema de la gratuidad para ingresar a la universidad. Muchas jóvenes no saben cómo postularse. Entonces, yo me informé para ayudarlas a postular, hacer los cálculos y buscar la información en las páginas de los ministerios adecuados. Entonces fue cuando pensé que ese conocimiento lo podía amplificar a través de redes sociales para apoyar a la comunidad de manera masiva. Así nace Diosa Haitiana”.

“Hubo un caso de una hermana haitiana que realizó una denuncia por abuso sexual.  Ella contaba su relato, pero lo hacía en creole. Pusimos a su disposición la plataforma para difundir su caso en español y el mismo no se quedara dentro de la comunidad.  Además de difundirlo, en articulación con diversas organizaciones migrantes, buscamos la manera de apoyarla emocional y económicamente”.

La cooperación y trabajo articulado entre diversas organizaciones y colectivos de mujeres afrodescendientes es también una de las iniciativas lideradas por la joven activista haitiana, promoviendo espacios para la contención emocional, acompañamiento y campañas de recaudación de dinero en apoyo a la comunidad afrodescendiente, en especial de las mujeres.

Desafíos de las mujeres afrodescendientes en Chile

“El mayor desafío para las mujeres afrodescendientes migrantes en Chile es el proceso de regularización. Sin esto es imposible impulsar cualquier medida para poder vivir, trabajar y estudiar. Sin esto cualquier otra iniciativa es nula porque no podemos participar plenamente ni exigir el reconcomiendo de nuestros derechos como ciudadanos”.

Otro desafío que la activista evidencia es el temor de las mujeres haitianas a asistir a instituciones públicas de salud.

“Se han denunciado casos de muchas mujeres haitianas que han sufrido violencia obstétrica, en la que sus hijos han nacido con enfermedades y discapacidades producto de la violencia vivida durante el parto. Las mujeres venezolanas también lo han denunciado. Otro caso es el de las esterilizaciones forzadas, las cuales suceden cuando las hacen firmar un consentimiento escrito en español, justo después de dar a luz. Las mujeres, sin comprender lo que están firmando, acceden porque claramente están en una situación de vulnerabilidad, por eso muchas mujeres haitianas que viven en los campamentos prefieren no ir al hospital porque tienen miedo”.

Sandy considera que el trabajo de los colectivos de mujeres y el aumento en su participación en diferentes espacios sociales contribuyen a erradicar la discriminación y el racismo, abriendo espacios a las nuevas generaciones de infancias negras chilenas.

“Sueño con un 25J en el que todas las mujeres afrodescendientes sepan que es su día y tengan la libertad de conmemorarlo de manera colectiva. Sueño con un mundo en el que mujeres y niñas negras ya no sufran violencia alguna, y, en especial, aquellas radicadas en poblaciones y campamentos en Chile, anhelando ser incluidas y escuchadas por la sociedad. A todas las mujeres negras de América Latina, gracias por su coraje y su valentía por sus luchas. Todas tenemos distintas formas de hacer activismo y distintas formas de resistir. Llamo a la unión porque cuando las mujeres negras, sin importar la nacionalidad, estamos unidas, logramos cosas grandiosas”.

 

*Artículo publicado originalmente en ONU Mujeres América Latina y el Caribe

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