En el próximo mes de agosto, con Belém do Pará como sede, se desarrollará la Cumbre de Países Amazónicos. Son ocho los países de la región latinoamericana que comparten el denominado bioma amazónico, en una extensión de 7,4 millones de km2:Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.

Durante los pasados 8 y 9 de julio, en Leticia, capital del departamento del Amazonas, en Colombia, se llevó a cabo el encuentro denominado Camino hacia la Cumbre, en el que participaron ministros y ministras de ambiente de los ocho países amazónico y los presidentes Gustavo Petro Urrego, de Colombia e Ignacio Lula da Silva, de Brasil. Todos los países participantes son miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica, organismo multilateral que fue instituido hace 25 años y cuya transformación es tema central de la agenda de la próxima cumbre en Belém do Pará.

¿A qué necesidades estratégicas responde la urgencia de fortalecer este espacio multilateral de integración amazónica? Por una parte, avanzar efectivamente en la integración, no solamente desde los gobiernos sino desde los pueblos amazónicos. En segundo lugar, se busca efectivamente construir una mirada común y frente de acción como bloque amazónico frente a la próxima COP 28 que se realizará a fines de noviembre e inicios de diciembre de 2023 en Dubai. Una tercera necesidad y al mismo tiempo demanda urgente de las comunidades amazónicas a la que debe responder la OTCA es la efectiva aplicación del mecanismo de consulta previa, libre e informada que, aún estando legitimado y legislado en las normativas nacionales e internacionales no está funcionando y, por tanto, no se está contando con la participación amplia y adecuada de las comunidades habitantes del bioma. Finalmente, las múltiples amenazas y problemáticas que viven y enfrentan los pueblos de estos territorios, configuran escenarios de extrema complejidad comunes a todo el bioma que solo se podrán enfrentar con políticas y medidas regionales, acordadas justamente entre los países que comparten este territorio. El bioma amazónico no tiene fronteras, es un único territorio dividido arbitrariamente pero cuyo equilibrio es completamente interdependiente.

Si bien también las posiciones ideológicas diferentes e incluso opuestas de los gobiernos de esta zona y las frágiles situaciones de algunos de los países amazónicos, constituyen un obstáculo adicional también es cierto que, al tratarse de una zona de altísimo interés geopolítico y determinante para el equilibrio climático global, son factores centrales para catalizar consensos al interior de la OTCA. Como lo afirmó el presidente Lula da Silva: “hablar de la Amazonia es hablar de superlativos: es la selva tropical más grande del mundo, el hogar del 10 % de todas las especies de animales y plantas del planeta; tiene 50 millones de habitantes con 400 pueblos indígenas que hablan 300 idiomas, posee las mayores reservas de agua dulce del planeta, incluyendo un verdadero océano subterráneo».

Una ventana de esperanza se puede abrir para nuestra Amazonía y con ella, para el planeta.