El bloque europeo busca reducir su dependencia de China y no quiere perder el tren para acceder en la región a la materias primas estratégicas para sus planes de desarrollo de la economía verde.

Tras años sin prestarle una atención especial, la Unión Europea (UE) ha lanzado estos días en América Latina una batería de promesas y ayudas económicas para compensar la creciente influencia de China y EE.UU. en una región con un enorme potencial económico.

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, reconoció recientemente que la relación entre ambos bloques «a veces se ha dado por hecha o incluso se ha descuidado» . Pero el contexto geopolítico actual, marcado por el conflicto en Ucrania, ha reactivado el interés europeo en América Latina.

Europa, que desea reducir su dependencia de China, busca aliados y no quiere perder el tren para acceder a materias primas críticas y estratégicas para el desarrollo de su economía verde, como el litio y el hidrógeno verde.

Ochos años después de la última cumbre —un dilatado periodo por «razones imputables a las dos partes», según Borrell—, los 27 países de la UE se reunirán el próximo 17 y 18 de julio con las naciones de América Latina y el Caribe ( CELAC) en Bruselas.

El encuentro se presenta crucial y, por ello, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen ha realizado estos días una intensa gira por Brasil, Argentina, Chile y México.

Al aterrizar en Brasil, la mayor economía de la región, y su primer destino, Von der Leyen anunció una inyección en la región de hasta 10.000 millones de euros en el marco de Global Gateway, una estrategia con la que la UE pretende movilizar inversiones para infraestructuras públicas y privadas en todo el mundo.

Esta iniciativa es vista como una respuesta a la ‘Nueva Ruta de la Seda’ de China. Los europeos buscan estimular el flujo del comercio y las inversiones. Si bien en un primer momento Pekín se centró en Asia Central, luego también se expandió a África, Asia, Oriente Medio, Europa, Oceanía y América Latina.

Tras su reunión con Luiz Inácio Lula da Silva, Von der Leyen comunicó que la UE otorgará 20 millones de euros (unos 21.600 millones de dólares) para el Fondo Amazonía, una bolsa de recursos internacional para proteger la mayor selva tropical del planeta, y 2.000 millones de euros (unos 2.100 millones de dólares) para la producción de hidrógeno verde en Brasil.

El hidrógeno verde (o renovable) se produce mediante la electrólisis del agua utilizando electricidad de fuentes renovables y no emite emisiones de gas de efecto invernadero (GEI) durante su producción. Y aunque las tecnologías de producción todavía no están consolidadas, para muchos representan el combustible del futuro. 

Trabas con el Mercosur

Las aportaciones millonarias anunciadas por von der Leyen no cambiaron la postura del líder brasileño sobre el acuerdo de la UE con el Mercado Común del Sur (Mercosur), bloque integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Después de 20 años, el acuerdo fue firmado en 2019, pero no ha sido ratificado por las trabas de varios países europeos, especialmente de Francia.

Para sacarlo adelante, la UE establecerá un protocolo adicional que prevé sanciones en caso de incumplimiento de obligaciones ambientales, algo que no gustó a Lula. «La premisa que tiene que existir entre socios estratégicos es la de confianza mutua y no la de desconfianza y sanciones«, criticó.

En la misma línea habló el mandatario de Argentina, Alberto Fernández, que aunque expresó su deseo de que el acuerdo salga adelante, también dejó claro que debe ser «equilibrado» y que no beneficie únicamente a una de las partes.

«El oro blanco»

Pero las intenciones de la UE van más allá. El bloque carece de minerales esenciales para desarrollar su economía verde, entre ellos el litio, considerado vital para reducir el calentamiento global.

Por eso, Von der Leyen visitó en su gira Argentina y Chile, dos de los tres países, junto a Bolivia, del llamando «Triángulo del litio», que alberga el 65 % de las reservas mundiales.

Con una gran capacidad para el almacenamiento de la energía —una de las principales preocupaciones actuales—, el litio se ha convertido en un elemento indispensable para fabricar baterías de celulares y otras tantas piezas tecnológicas. Su demanda se ha disparado de manera exponencial en los últimos años y tanto China, EE.UU. y la EU no quieren perder la carrera para hacerse con este metal.

En Argentina, donde la UE tiene el 40 % de inversión extranjera, Von der Leyen cerró con Fernández un acuerdo de entendimiento, mediante el cual los europeos se involucrarán en agregar valor a la producción de litio.

«Ustedes se van a convertir en un centro regional de energía renovable con el apoyo de Global Gateway», dijo la alta funcionaria, quien reconoció que el interés por parte de UE porque el bloque «necesita un proveedor de energía limpia fiable».

En Chile, se reunió con el mandatario, Gabriel Boric, quien en abril lanzó una política nacional del litio con el objetivo de convertir al país sudamericano en el primer productor mundial.

Ambos firmaron dos acciones de cooperación para el desarrollo de la industria del hidrógeno renovable: un fondo de 216,5 millones de euros (unos 234 millones de dólares) para proyectos de producción, provenientes del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco de Desarrollo Alemán (KfW), y un programa de asistencia técnica por 8 millones de euros (8,6 millones de dólares).

La alta funcionaria europea termina su gira este jueves en México, donde se reunió con el mandatario Andrés Manuel López Obrador. Von der Leyen manifestó  su intención de fortalecer los lazos económicos entre el país norteamericano y el bloque europeo, así como de profundizar la cooperación en cuanto a la transición energética y digital, temas migratorios y de salud. Por su parte, López Obrador dio a conocer que se lograron avances en algunos acuerdos de cooperación económica.