Hoy 15 de mayo, día Mundial de la Familia, queremos invitarle a reflexionar sobre una propuesta más humana, amplia y convergente.

La familia, históricamente ha sido parte de un «tejido social» de apoyo y contención. Las redes comunitarias: escuelas, familiares, amigos, vecinos, gobiernos, las religiones, las organizaciones de voluntarios, así como antiguamente las tribus han sido parte de esa gran red social imprescindible para el ser humano.

Diversos estudios apuntan a que la familia, como representación significativa de la sociedad ha entrado en crisis. Hasta hace algunas décadas, mantuvo su vigencia impulsada por la industrialización y los valores religiosos, desarrollando un modelo funcional a las condiciones sociales y económicas de la época. Pero con la evolución vertiginosa de la sociedad; ya sea por transformaciones demográficas, económicas, globalización, aumento de hogares monoparentales o por la incorporación de nuevas tecnologías, este modelo ideal con el que se han identificado varias generaciones se ha visto obligado a adoptar nuevas formas de estructuración.

En la actualidad podemos encontrarnos con una familia nuclear que se transforma al acoger miembros de otras culturas por guerras, migraciones, emigraciones o catástrofes ambientales como un acto de humanidad; como también el fenómeno de los «perrhijos» o «gathijos» que se afianza como modelo de familia y que pueden heredar fortunas cuantiosas; parejas de hecho que cuentan con derechos, o una familia formada en el metaverso que propone una descendencia digital, poco complicada y antihumana.

Si bien existen diversos tipos de vínculos familiares, por muy diferentes que sean en su estructura, cada uno plantea una serie de retos y dudas. Desde las responsabilidades, cambios en los hábitos y organización, hasta la crisis climática y el descenso de la natalidad, entre otros, son algunos factores que podrían incidir en la decisión de tener descendencia, pero lo anterior podría cambiar con esta propuesta de inteligencia artificial.

Estas situaciones que nos invitan a reflexionar sobre qué entendemos por familia. Puede que ésta sea la unidad irreductible de la sociedad, pero ¿realmente necesitamos tener lazos de consanguinidad para convertirnos en familiares? Desde una mirada humanista y que cree en los cambios, pueden existir tantas variedades de familia como estilos de relaciones que nos queramos plantear. No hace falta vivir en el mismo techo para ser familia, ya que aún, cuando nuestros hijos se independizan, siguen formando parte de ella. Tampoco hace falta llevar el mismo apellido, las parejas de hecho sólo necesitan pasar un tiempo juntas…Y si hacemos memoria del tiempo de la pandemia, las restricciones sólo permitían los encuentros con aquellas personas que pudieran demostrar un vínculo formalmente administrativo. ¿En qué situación quedaron los padres viudos con hijos fuera de la ciudad, o aquellos que voluntaria o involuntariamente residían lejos de sus familiares?

Las exigencias de la vida actual nos impulsan a armar redes en nuestro entorno, y llegan a convertirse en nuestro apoyo, desempeñando roles que se esperan a los de un «familiar».

Puede que a ellos nos una un vínculo incluso más poderoso, ya que les respetamos y cuidamos, sin que exista una obligación ni responsabilidad legal de hacerlo. La compañía, la protección, el intercambio de valores y la socialización se entregan como un intercambio mutuo y desinteresado.

La familia tradicional ha cambiado

Aparecen hoy un gran número de modelos que alteran lo que se entendía la vida familiar; sin embargo, las leyes de los distintos países continúan funcionando con un modelo antiguo, que en la actualidad cada vez, es menos frecuente y funcional a las necesidades de la vida cotidiana.

Cuando los cambios afectan al sistema, la manera de subsistir; es adaptarse al medio, el desafío que podemos plantearnos podría ser aún más amplio: converger en una familia sin fronteras y con una sensibilidad que acepte lo diferente del otro, generando una sensibilidad que represente lo mejor del ser humano, formando así una «Nación Humana Universal».

Audio exclusivamente para personas con discapacidad visual

 

 

Francis Ávalos, Gladys Mendoza, Ricardo de la Fuente.

Miembros de Convergencia de las Culturas-Chile.