Después de dos intentos anteriores por formar una escuela de Biodanza en la ciudad de Medellín, el año pasado se logró la aprobación de la Escuela Medellín Centro, que espera arrancar actividades el próximo mes de julio y contribuir a la construcción de paz en la ciudad. Esta se convierte en la novena escuela de este sistema pedagógico en Colombia

Por: Luis Daniel Botero

Para conocer los detalles de este nuevo proyecto de Biodanza en Medellín, Pressenza conversó con Myriam Sofía López, Fisioterapeuta, pionera del sistema Biodanza en Colombia y, por lo tanto, facilitadora y didacta de Biodanza. Actualmente es la directora de la Fundación Escuela Colombiana de Biodanza en Bogotá y es la nueva directora de la Escuela Medellín Centro; Juan Pablo Escorcia, politólogo, facilitador y didacta de Biodanza y quien será el director académico de la nueva escuela de Medellín y, también, con Liliana Builes, Trabajadora Social, Terapeuta de Familia, facilitadora y didacta de Biodanza, quien coordinará la Escuela Medellín Centro.

La Biodanza

Según la definición que trae en su página web la Fundación Escuela Colombiana de Biodanza, este sistema pedagógico “es un camino de aprendizaje a través del movimiento, la música y el encuentro en grupo. Este aprendizaje induce a vivencias capaces de modificar el estado de salud, la forma de relacionamiento con los demás, facilita la integración de conductas más asertivas y permite vivir plenamente”.

El creador de este sistema fue el pedagogo y psicólogo chileno Rolando Toro Araneda, quien después de un amplio proceso de investigación y experimentación que, comenzó con pacientes psiquiátricos en la década del 60, formuló un modelo teórico y científico para llevar a las personas a través de vivencias inducidas con ejercicios, a partir de la música y el movimiento del cuerpo, hacia estados de integración entre el pensar, el sentir y el actuar que, al tiempo, pueden generar una renovación orgánica en quien lo practica, pues al permitir nuevamente la conexión del ser con los instintos y las emociones, está sucediendo un reaprendizaje afectivo desde los estímulos positivos que genera la afectividad en grupo y el reconocimiento de sí mismo. En este sentido, las danzas en ronda grupal, los abrazos, mirarse a los ojos, sonreír y no hablar durante la vivencia para evitar la activación de la mente y dejar que todo pase por el cuerpo y las emociones, es la esencia del sistema Biodanza.

Para saber más sobre Biodanza: ¿Qué es la Biodanza ?

Así define Rolando Toro Araneda, el sentido de la Biodanza:

«Biodanza la pensé como una poética del encuentro humano. Como un modo diferente de relacionarse en un mundo extremadamente solitario, en que la gente anda carente de amor»

Rolando Toro

Biodanza en Colombia

Myriam Sofía López cuenta que conoció a Rolando Toro en el año 1993 en un viaje que realizó con un grupo de colombianos al Perú, en un encuentro para realizar el Camino del Inca hacia Machu Pichu. Aquel viaje, según lo relata Myriam Sofía, estaba inmerso en un encuentro de Biodanza y, por lo tanto, fue donde tuvo su primera experiencia con las vivencias de esta disciplina. En la descripción sobre sus comienzos, dice Myriam Sofía: “yo hice mi primera clase de Biodanza e inmediatamente sentí: esto tiene que llegar a Colombia, porque no lo hay. Debemos llegar a Colombia y tienen que danzar en todos los rincones del país, porque Colombia como propuesta de paz, necesita danzar”.

De esta manera hizo la formación en Biodanza viajando por diversos países del mundo, de la mano de Rolando Toro y, en 1997, propuso la creación de la primera escuela de Biodanza en Bogotá, con el acompañamiento de Marlise Appy y Angelina Pereira, directoras de la escuela de San Pablo en Brasil, una de las primeras escuelas en el mundo.

Narra Myriam Sofía que, a partir de ese año “fue un trabajo intenso, caminando por diferentes ciudades del país, llevando la propuesta de Biodanza e invitando a danzar se fueron juntando personas a la propuesta y, desde entonces, ya hay nueve escuelas de Biodanza, asociación de profesores, que ya superan los 200, llevando Biodanza a todas partes del país”.

Actualmente en Colombia funcionan tres escuelas en Bogotá, dos en Pereira, una en Barranquilla, otra en Duitama (Boyacá) y, una más, en Rionegro (Antioquia). Por ende, Medellín Centro viene a convertirse en la novena escuela de Biodanza en el país. Aunque, como lo relata Myriam Sofía, cada escuela funciona de manera independiente, es importante resaltar que el sistema Biodanza y, sus escuelas, se rigen por lineamientos que vienen desde la Intenational Biodanza Federation  y que, a su vez, se conecta con las Asociaciones Nacionales de Escuelas.

Desde allí se mantiene la coherencia de los asuntos teóricos, metodológicos y didácticos de lo que se denomina el Sistema Rolando Toro, a partir del legado de su creador. Por ende, la Federación es la que autoriza la apertura de nuevas escuelas, regula la emisión de los diplomas para facilitadores, se direccionan los temas de investigación, desarrollo y difusión de la Biodanza en el mundo. Actualmente, Myriam Sofía López, es coordinadora de uno de los comités, el de metodologías a nivel internacional, donde se estudia la adopción de nuevos ejercicios para la práctica de la Biodanza, a partir de la propuesta teórica de Rolando Toro, entre otros asuntos.

Para Juan Pablo Escorcia, uno de los temas esenciales del desarrollo de la Biodanza en Colombia, más allá de la apertura de nuevas escuelas y la formación de facilitadores, ha sido “la cantidad de proyectos sociales que se adelantaron, no sólo a través de las escuelas, sino con la Biodanza, alineados con esta visión de construir paz”.

A través de Biodanza se ha logrado desarrollar  procesos de reconciliación entre víctimas y victimarios en Colombia

“Por ahí era por donde había que empezar”, relata Myriam Sofía, en alusión a lo que recuerda Juan Pablo y, de hecho, agrega: “así fue que motivamos a la gente, con proyectos sociales”. Ratifica que el trabajo continúa en ese sentido y le cuenta a Pressenza que entre 2016 y 2018, “estuvimos haciendo desde la Escuela Colombiana de Biodanza y con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), la creación de un proyecto a nivel nacional que se llamó: Escuelas de Liderazgo para la Paz, motivado por las desmovilizaciones de paramilitares y guerrilleros, sobre cómo insertarlos a la sociedad. Así que, por iniciativa del director de bienestar del SENA, que hacía Biodanza conmigo, nos invitó a idear este proyecto, para recorrer las sedes de la entidad en el país y hacer dos encuentros nacionales, pues en los salones donde se hacía formación para la enseñanza de oficios a estas personas, se daba el encuentro entre víctimas y victimarios. Esto no sabían cómo manejarlo y, a través de Biodanza logramos abrazos multitudinarios de 500 personas, lo que se convirtió en un proceso de reconciliación”.

Entrevista de Pressenza: Luis Daniel Botero (Pressenza) con Myriam Sofía López, Juan Pablo Escorcia y Liliana Builes

La Escuela Medellín Centro

Liliana Builes, quien ejerce como coordinadora de la Escuela, expresa que “era necesario una Escuela para Medellín, porque han salido muchos formados, inspirados por esas semillas sembradas desde esa época de los comienzos, motivados por ese jardín que empezamos a cultivar hace tiempo. Cuando de los grupos regulares de Medellín había personas que se querían formar, lo hacían en Bogotá o en Pereira. Sólo hasta hace poco tiempo que se formó la escuela en Rionegro, pudimos poner una cuota alta de personas que estaban motivadas, pero decían: necesitamos la escuela en Medellín. Necesitamos que Medellín y Antioquia dancen, porque cuando danzamos conectamos con el potencial máximo que es el amor y aquí hay mucha fuerza que podemos modular con el amor”

Por su parte, Myriam Sofía resalta que, hasta el momento, ella ha acompañado  la apertura de escuelas en varias partes del mundo: la de Ecuador, Los Ángeles, la primera escuela de Israel, entre otras. Por lo tanto, con su experiencia, ante la pregunta de qué se requiere para formar una escuela de Biodanza, respondió: “se necesita una mística muy grande, un apasionamiento enorme por parte de quien lo está intentando, pues se trata de invitar a otros seres humanos a dedicarle tres o cuatro años a formarse como maestros de la vida. Entonces, cuando les decimos esto, como que no se entiende muy bien, pero de lo que se trata es de seducirlos a que entiendan en qué consiste ser maestro de la vida y que tiene que partir de las conexiones propias de la vida nuestra, para poder así, multiplicar a otros, porque si no logro una conexión real y profunda con mi vida, no puedo transmitir el mensaje, así me aprenda los ejercicios de memoria, ponga las músicas que son; si esto no sale, de verdad, desde adentro de mis entrañas, no funciona”.

Con respecto al caso de los intentos fallidos anteriores con la escuela de Medellín, dice que son razones insignificantes las que llevaron a que no se abriera antes, más bien explica que, “tal vez no era el momento, pues el momento es ahora, porque además se confabulan estas energías, la de Juan Pablo que vivió en Medellín y conoce su dinámica, la de Liliana que es paisa y conoce su cultura; a los paisas les gusta que les hablen en paisa”.

Al respecto, Liliana Builes dice que en Medellín “tenemos una cultura en la que debemos ir derribando muchas corazas que nos fuimos creando para ocultar mucho dolor que hay en el fondo. Entonces cuando Biodanza empezó a derribar esas corazas, salimos corriendo, como me pasó a mí al principio, porque uno va quedando al descubierto. Los paisas tenemos bromas pesadas y, entre una y otra, descalificamos y eso es violento. Cuando nos quedamos sin esas máscaras y empezamos a ver la agresividad y, con esa fuerza no nos fijamos, y arrollamos o nos llevamos por delante a la gente. Debemos danzar con todas esas fuerzas y empezar a armonizarnos. Es un trabajo que hemos venido haciendo, somos muy amorosos, pero también muy territoriales, entonces nos cuesta, pero tenemos un potencial amoroso”.

«Decidimos seguir apostando por Medellín, a la sanación de esa sociedad y cómo es una contribución para Colombia en esta construcción de paz, que no hemos logrado todavía»

Juan Pablo, a su vez, resalta que “Medellín es una ciudad muy importante para Colombia en muchos sentidos y, por lo tanto, vale la pena invertir en Medellín, en la gente y, cuando se habla en estos términos, generalmente se hace en el económico, pero nosotros lo estamos hablando en términos afectivos. Como esa inversión económica que se ha venido haciendo durante tanto tiempo y que ha dado tan buenos frutos, tiene que ir acompañada con un desarrollo afectivo que vaya a la par, que permita que esa optimización de recursos se haga para bien, de la mejor manera, para todos, y esa es una de las razones por las cuales decidimos seguir apostando por Medellín, a la sanación de esa sociedad y cómo es una contribución para Colombia en esta construcción de paz, que no hemos logrado todavía”.

Frente a los asuntos técnicos para la creación de una escuela, Myriam Sofía dice que “son los directores de escuela de la Asociación de un país, los que avalan la creación de una escuela y, de ahí, pasa al Consejo Directivo de la Federación Internacional, que finalmente aprueba la creación”. Frente a los asuntos curriculares, Juan Pablo, anota que “el proceso de formación es estandarizado a nivel mundial, lo cual tiene sus luces y sus sombras; las luces son la búsqueda de la homogenización y la ortodoxia metodológica a nivel mundial para lograr unas bases fuertes en la formación. Al mismo tiempo, reduce las posibilidades de crear productos distintos a la formación de profesores en Biodanza y las extensiones, que son como las especializaciones que se pueden ofrecer a través de las escuelas. Es importante empezar con un proceso de formación siguiendo los lineamientos que se han acordado por parte de este movimiento global y después mirar cuáles son los proyectos y los procesos que se van a abriendo orgánicamente, en la medida en que la escuela empiece a ejercer su función pedagógica y social”.

El valor agregado de la nueva Escuela Medellín Centro es su equipo de trabajo:  profesional, experimentado, confiable  e inspirador 

Por su parte, Liliana dice que ya se sabe cuáles son los módulos que se deben dictar, pero que “acá tenemos un valor agregado muy grande y es contar con la experiencia de Myriam Sofía, que ha abierto varias escuelas y ahora es del Comité Metodológico de la Federación, así que tiene muy clara la metodología. Además, contar con Juan Pablo, que tiene una experiencia muy especial: él se forma acá, organiza, pero va a otro lugar y sabemos que los jóvenes ahora tienen muy activo el instinto migratorio, así que es una huella que está marcada, a partir de Juan Pablo, muy inspiradora para las personas que van a empezar. Y estoy yo, que hace rato ejerzo como docente, como terapeuta, que me conoce mucha gente que confía en mí y conoce mi coherencia, así que también sirve de inspiración. El valor agregado es el equipo humano con el que contamos”.

Cristalizar el proyecto de Escuela para Medellín ha sido finalmente un trayecto largo, pero ahora este equipo lo ha logrado y, por lo tanto, Myriam Sofía resalta que “estamos llevando el proceso con calma y dejando que madure, sin el afán de abrir la Escuela mañana, sino que el proceso ha sido de paciencia” y, añade Juan Pablo que, además de esa disposición a respetar los procesos orgánicos y tener paciencia, también es empezar a tener presencia en medios alternativos, porque “consideramos importantes estas conversaciones y este tipo de vitrinas, además de cómo la comunicación en redes se vuelve también importante y que nos permitan llegar a personas jóvenes, que son nuestro público objetivo”.

Contribución de Biodanza a Medellín

Medellín ha sido una de las ciudades capitales de Colombia que, con mayor rigor, ha sufrido el conflicto armado y, no es casualidad, que sea la única ciudad capital del país que cuenta con informe del Centro Nacional de Memoria Histórica por los impactos de la guerra urbana allí vivida, el estigma del narcotráfico y donde se perdió una generación de jóvenes en medio de la violencia. Ese informe llamado, Medellín: memoria de una guerra urbana, hace un análisis de la violencia en la ciudad entre 1980 y 2014, en el que se revela que seis de cada cien personas fueron víctimas directas del conflicto. En total se registraron 132.000 víctimas en esas tres décadas, pera una ciudad con 2.184.000 habitantes.

«Medellín se convirtió, hacia mediados de los años ochenta, en una ciudad agónica, marcada por la puja entre la vida y la muerte»

Se habló en aquellas épocas de Medellín como una sociedad sin futuro y, resalta el informe que, “las cerca de 6.800 personas asesinadas en 1991 fueron la punta del iceberg de esta situación. Medellín se convirtió, hacia mediados de los años ochenta, en una ciudad agónica, marcada por la puja entre la vida y la muerte”.

En este sentido, frente a los beneficios que puede traer Biodanza para una ciudad que ha sufrido tales niveles de violencia, Myriam Sofía destaca: “yo creo que restablecer la confianza entre unos y otros y restablecer el derecho a la vida que se perdió por el sicariato, esa facilidad de matar al primero que se aparece que, lastimosamente, está presente en todo el país, pero que en Medellín se presentó mucho más. Así que hay que devolver la esperanza y la escuela convertirse en una matriz para que la gente encuentre posibilidades para reconstruirse”.

Para Liliana, su experiencia de los grupos regulares semanales para la práctica de Biodanza es fundamental para hablar de estos beneficios, pues “allí llega la gente contando sus transformaciones personales, pero cómo lo llevan a la familia. Yo soy una convencida de que no puedo hablar de paz, cuando en mi corazón no hay paz. Yo necesito encontrar la paz y generar desde mi ser un vórtice que vaya generando paz alrededor, se necesita esa voluntad y los grupos regulares dan ese testimonio. Por eso yo tengo una convicción absoluta de poner a danzar a toda esta ciudad, como la campaña que hizo alguna vez el maestro Fernando Botero, que un joven que sabía tocar un instrumento musical jamás iba a tomar un arma, también un ser que mira a los ojos a otros, lo ve con valoración y respeto, no le hará daño y, mucho menos, arrebatarle la vida. Cuando yo valoro mi vida, valoro todo lo que hay a mi alrededor”.

Biodanza en Medellín puede contribuir a restablecer la confianza entre unos y otros, y restablecer el derecho a la vida

Para complementar, Juan Pablo, expresa que tiene una visión del desarrollo personal y que “si es entendido para funcionar en una sociedad enferma, realmente no está cumpliendo su labor. A mí me parece bien lo que dice Lili sobre mirarnos a los ojos y reconocernos el uno al otro, pero al mismo tiempo, si las condiciones de desigualdad estructurales no se solucionan y se abordan de manera efectiva, al final esas desigualdades van a seguir reproduciendo los patrones de violencia que seguimos teniendo en Medellín y en Colombia. Para mí, tiene que ver con cómo el desarrollo personal está directamente relacionado con una visión crítica de la sociedad, con una visión activa de lo que significa ser ciudadano y de lo que significa la reconstrucción de las redes sociales en Colombia, eso es clave, poder entender la transformación personal como transformación social y no, simplemente, que las personas aprendan a manejar su estrés para que puedan seguir trabajando, ya no ocho horas, sino doce. Si la transformación personal no se conecta con la transformación social, en Biodanza no estamos haciendo mucho; ni en el Yoga, ni en ninguna otra técnica que lo que está haciendo es permitirnos funcionar mejor en medio de una sociedad enferma”.

Biodanza contribuye a la formación de una ciudadanía crítica de su propia realidad y la de su entorno

Medellín Centro es ahora una realidad y una alternativa para contribuir al desarrollo humano y social en Medellín, a través de esta escuela que, como lo han transmitido sus directivas, no tiene únicamente la pretensión de formar facilitadores para la Biodanza, sino también de comprometerse con los procesos de ciudad desde los elementos que este sistema tiene para transformar y expandir los potenciales humanos en una sociedad.

Escuela Medellín Centro: coordinacion.medellin@biodanzacolombia.com / +573005113866