El 2 de mayo recién pasado, 11.500 guionistas de cine y televisión pertenecientes al Sindicato de Guionistas de América (Writers Guild of America) se declararon en huelga. El gremio, fundado en 1933, es el sindicato que representa a miles de guionistas que crean series de televisión, guiones de cine, programas informativos y otros contenidos.

Al otro lado de la mesa de negociaciones está la Alliance of Motion Picture and Television Producers (AMPTP), representante oficial de la negociación colectiva de la industria del entretenimiento, que representa a ocho grandes estudios: Amazon, Apple, Disney, Warner Bros, Discovery, NBC Universal, Netflix, Paramount Pictures y Sony (CBS News y Paramount+ son propiedad de Paramount). Los guionistas exigen salarios más altos y una estructura salarial estable, así como acuerdos más justos y disposiciones sobre inteligencia artificial.

En los últimos años ha surgido en todo el país una nueva ola de organización sindical. Mientras que la actividad sindical de los trabajadores de Starbucks y Amazon acaparó la atención nacional, incluso las campañas menos conocidas llevadas a cabo por los pilotos de American Airlines y Southwest Airlines, las enfermeras de hospital y los empleados universitarios mostraron a los trabajadores sacando músculo como hacía tiempo no sucedía.

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la remuneración de los trabajadores sigue sin ajustarse a la inflación, y la mayoría de los trabajadores pierden ingresos año tras año a medida que aumenta el coste de la vida. El Economic Policy Institute publicó un informe en 2019 con el título «La remuneración de los CEO ha crecido un 940% desde 1978» y el subtítulo «La remuneración típica de los trabajadores solo ha aumentado un 12% durante ese tiempo.» La concentración de capital en manos de unos pocos se está desarrollando más rápido que cualquier esfuerzo para distribuir esa riqueza en manos de los trabajadores. Esto pone en tela de juicio la actual estrategia de organización sindical. ¿Luchar por aumentos salariales es realmente una solución a largo plazo? ¿Por qué los trabajadores no negocian en su lugar una participación en los beneficios de las empresas y exigen una representación de los trabajadores en los consejos de administración?

La conversación debería ir más allá del crecimiento salarial y abordar la desigualdad de la riqueza. Según el informe sobre la riqueza mundial de Credit Suisse, publicado en febrero de 2023: La triste realidad de la riqueza global en todo el mundo puede, esencialmente, presentarse como una pirámide. En la cúspide, el 1,2% (62,5 millones de personas) de la población mundial posee el 47,8% de toda la riqueza mundial: 221,7 billones de dólares. A continuación, el 11,8% de la población (627 millones de personas) controla el 38,1% de la riqueza del planeta. El tercer nivel incluye al 33,8% de la población, que posee el 13%, es decir, 60,4 billones de dólares. Por último, el 53,2% de la población (2.800 millones) posee 5 billones de dólares, apenas el 1,1%. Obsérvese que la mitad de toda la población tiene un patrimonio neto inferior a 10.000 dólares.