Respondiendo al llamado del colectivo “Europa por la Paz”, que se puede leer aquí, un grupo de activistas humanistas promovió una concentración por la paz y la noviolencia en el centro de la ciudad de Oporto, en Portugal, durante la tarde del día 2 de abril.

Para señalar la fecha y el lugar, se colgó una pancarta blanca en la que se podía leer “Lleva la paz al mundo con la no-violencia”, y se realizó un corto acto que empezó con la lectura en voz alta del mencionado llamado. Enseguida, se recordó públicamente la “Guía para la Paz en Ucrania – una propuesta humanista y no-violenta”, oportunamente publicada en Pressenza, a la que se siguió un pedido conjunto por la paz, formulado bajo la forma de una breve meditación guiada

“Aprovechemos que estamos aquí reunidos para hacer un pedido profundo.

Relaja plenamente tu cuerpo, tu corazón y aquieta la mente

Aspira una bocanada de aire e imagina que llevas ese aire a tu corazón.

Entonces,

Pide…

Pide por ti y por tus seres más queridos,

Pide para no ser indiferente al dolor y sufrimiento de los demás,

Pide para que nadie sea indiferente al dolor y sufrimiento de los demás.

Aprende a resistir,

Aprende a resistir a la violencia que hay en ti y fuera de ti.

Pide para que todos superemos la violencia en dirección a la reconciliación.

Pide para que una paz profunda llegue al corazón de todos los seres humanos en el Planeta”.

Finalmente, el acto concluyó con la lectura de un corto texto del escritor y pensador argentino Silo, del año de 1969, titulado “Primero la paz, luego la Justicia”, en el que se afirma, entre otras ideas: «La paz empieza en uno mismo y luego se transmite a los demás. Hay guerra y violencia en el mundo porque los hombres no tienen paz en su corazón. Aquel que odie la injusticia, la opresión, la violencia y la guerra, debe comenzar por lograr la paz en su conciencia. (…) Hasta ahora se ha dicho: “La obra de la Justicia será la paz”. Yo digo: “La obra de la paz será la Justicia”.»

Durante la concentración se estableció también contacto con gente que circulaba por el lugar recogiendo firmas para pedir la adhesión de Portugal al Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPAN) de 2017, por iniciativa del colectivo “Futuro No-Violento”.