Distintas comunidades de Usulután, en El Salvador, han tomado en sus manos el cuidado de manglares y humedales. Preocupadas por la degradación de estos ecosistemas, que purifican el agua, el aire y protegen frente a las inundaciones.

José María Argueta, director de la Asociación Mangle, afirma que “los humedales son de vital importancia para nuestro planeta, son las arterias y venas paisaje. Son ecosistema de importancia internacional”, explicando su función purificadora que les permite depurar contaminantes gracias a la diversidad de plantas y moluscos que los habitan.

La Asociación contribuye al mejoramiento de la vida de las condiciones de vida de las comunidades del Bajo Lempa protegiendo la cuenca del río y la reserva de biósfera Xiriualtique – Jiquilisco. Para ello, desarrolla técnicas comunitarias de restauración ecológica y procesos de fortalecimiento de capacidades de las comunidades en gestión ambiental.

Proteger manglares y humedales es vital, no solamente por la amplia biodiversidad que viven en ellos y es fuente de alimento para las poblaciones, sino también por su función de captura de carbono y, por tanto, enorme contribución a la atmósfera.