Tiros en las calles, barricadas, neumáticos quemados, niños sin escuela, la residencia privada del primer ministro, Ariel Henry, atacada, y el Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture bloqueado por policías armados. ¿Qué está ocurriendo en el empobrecido Haití?

En medio de la profunda espiral de violencia que sufre el país, las muertes y desapariciones en cadena de policías han encendido, una vez más, la llama en las calles en Puerto Príncipe, capital del país. Esta vez, los uniformados han salido en protesta por los homicidios de sus compañeros.

La Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) condenó los «asesinatos en serie de agentes» de la Policía Nacional de Haití (PNH) y el «acelerado deterioro de la situación».

La jefa de la misión de la ONU en Haití ante el Consejo de Seguridad, Helen la Lime, aseguró que lo que se vive actualmente es «el nivel más alto de delincuencia jamás visto en la isla caribeña».

«Las bandas criminales practican la violencia en todo el país como estrategia para oprimir a la población y expandir el control territorial», alertó La Lime, que hizo hincapié en los creciente niveles de violencia –especialmente, tras el asesinato de Jovenel Moise en 2021– y en las dificultades de las fuerzas del orden para enfrentarse a ellas.

Un gobierno ilegítimo pide intervención extranjera

El gobierno encabezado por Ariel Henry reiteró este 1° de Febrero ante la OEA en Washington, el pedido de conformación de una fuerza multinacional para garantizar la seguridad en su país, iniciativa apoyada por el gobierno de los Estados Unidos.

Ariel Henry ejerce la presidencia sin legitimidad democrática tras el atentado que segó la vida del presidente Jovenel Moise, quien no llegó a nombrar a Henry como Primer Ministro en julio de 2021 como tenía previsto.

El proyecto de resolución, que finalmente no fue presentado en esa sesión, lleva un título que cobija la intervención bajo el supuesto manto de querer recomponer la institucionalidad vulnerada: Renovado apoyo a la asistencia en materia de seguridad, a la celebración de elecciones inclusivas, transparentes, libres y justas, y a la transición democrática en Haití”.

Luego de las consideraciones de rigor, en los puntos 5 y 6 de dicha resolución, se procede a «invitar a los Estados Miembros que estén en condiciones de hacerlo… a que consideren con carácter urgente la posibilidad de participar en la fuerza multinacional especializada solicitada por el Gobierno de la República de Haití para ayudar a la Policía Nacional de Haití en la lucha contra la delincuencia organizada y el tráfico de armas y municiones, con el fin de erradicar las bandas armadas que mantienen secuestrada a la población, impidiendo la circulación de personas y mercancías y la entrega de ayuda humanitaria a las zonas desfavorecidas.»

En un tenor idéntico, se insta a continuación «a los Estados Miembros a que consideren urgentemente la solicitud del Gobierno de Haití de que se envíe inmediatamente una fuerza internacional especializada para prestar asistencia a la Policía Nacional de Haití en sus operaciones y ayudar a crear las condiciones de seguridad necesarias para la celebración de elecciones generales y sentar las bases para la seguridad del país a largo plazo.»

Es decir, la ocupación del país.

Rechazo a la intervención y alternativas

Conscientes de la gravedad de la crisis, para analizarla en profundidad y debatir ampliamente la búsqueda de soluciones concretas, el KONBIT (Comité de las organizaciones políticas, sindicales y populares), PAPDA (Plateforme Haïtienne de Plaidoyer pour un Développement Alternatif) y el FPP (Front Patriotique Populaire) convocan a una Conferencia Internacional de Solidaridad con Haití para el 8 de febrero de 2023.

En un comunicado dado a conocer en Puerto Principe este 31 de Enero, las organizaciones populares señalan que la grave y multifacética crisis que afecta a la inmensa mayoría de la población haitiana es producto de la descomposición del sistema neocolonial impuesto desde la primera ocupación militar norteamericana de Haití (1915-1934).

Indican además que la única alternativa para ser resuelta pasa forzosamente por la recuperación de la soberanía y el derecho a la autodeterminación del pueblo haitiano.

Las organizaciones firmantes explican que para evitar el triunfo de la resistencia del pueblo, se ha conformado una alianza internacional dominada por el imperialismo norteamericano- el denominado «core group», compuesto por el representante del Secretario General de las Naciones Unidas, los Embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, Francia, Estados Unidos de América, y los representantes de España, la OEA y la Unión Europea. Actores que constituyen el verdadero poder en el país detrás del gobierno de facto de Ariel Henry.

La invitación señala que la Conferencia Internacional «también ayudará a desmantelar todos los mecanismos utilizados por gobiernos latinoamericanos y los medios hegemónicos que pretenden criminalizar y tergiversar la lucha popular en Haití».

Denuncian además que se trata de esconder la responsabilidad del imperialismo norteamericano y sus lacayos en esta crisis y justificar una nueva intervención imperialista tal como ha ocurrido ya 13 veces desde 1993.

Al mismo tiempo, agregan «dichos mecanismos apuntan a borrar de la memoria colectiva la gran victoria popular del 7 de febrero de 1986, cuando luego de varios años de movilizaciones, de luchas incesantes, tuvo que huir el dictador Jean-Claude Duvalier.»

Aquel día, el pueblo haitiano puso fin a la feroz dictadura de la familia Duvalier (1957-1986), que contaba con el apoyo del imperialismo norteamericano, las Fuerzas Armadas de Haití y un cuerpo paramilitar de decenas de miles de integrantes denominado Voluntarios de la Seguridad Nacional, los nefastos Tonton Makout.

Cabe subrayar, finaliza la nota, que las intervenciones extranjeras, lejos de aminorar la violencia, han provocado distintas tragedias: masacres en barrios populares, violaciones sexuales, propagación de la epidemia del cólera por parte de miembros de esas fuerzas de ocupación, proliferación de bandas armadas criminales que aterrorizan a la población, sin olvidar la manipulación de elecciones.

No a la legitimación del gobierno de Henry y una nueva intervención

Mientras tanto, numerosas organizaciones haitianas y nuestramericanas, invitan a sumar firmas y difusión al pronunciamiento de rechazo a la reciente declaración de la CELAC sobre Haití, denunciando su respaldo al gobierno de facto de Ariel Henry y sus planes, respaldo que deja la puerta abierta a una nueva intervención contra Haití.

Se recolectarán firmas hasta el 6 de febrero, para que en cada lugar el día 7, aniversario del triunfo de la lucha popular haitiana contra la dictadura duvalierista,  se dé a conocer la declaración en plantones y manifestaciones de solidaridad frente a las cancillerías de cada país, delegaciones de la ONU o de la OEA.

 

Con información proporcionada por HaitiNoMinustah. El video es una producción de SurySurTV