En una medida calificada de anti-humanista, el nuevo gobierno italiano encabezado por la dirigente ultra-derechista, la primera ministra Giorgia Meloni, ha resuelto tomar medidas sumamente enérgicas contra las embarcaciones de carácter humanitarias que rescatan a personas migrantes desde el mar.

Entre otras medidas, un nuevo decreto pretende impedir que dichas embarcaciones (la mayoría pertenecientes a diversas Organizaciones No Gubernamentales) realicen múltiples rescates no planificados en una misma misión. Es decir, si salen mar adentro para rescatar a algunos migrantes y encuentran otros que están corriendo peligro o ahogándose, supuestamente no podrían socorrerlos ya que no se ajusta a la planificación autorizada.

Las organizaciones benéficas que infrinjan las nuevas normas podrían ser sancionadas con altas multas y sus barcos podrían ser confiscados.

Más de 100.000 migrantes han solicitado asilo, desembarcando en las costas de Italia durante el último año, según datos del nuevo Gobierno italiano.