Si ya los resultados del manejo de la pandemia durante el gobierno de Piñera dejaron a Chile 19° a nivel mundial (entre 194 países con más de cien mil habitantes) en el fatídico ranking de fallecidos por covid en relación a la población, con 2.885 personas por millón (55.965); hoy (4 de enero) nos encontramos en el lugar 17°, con 3.285 por millón (63.243). Además, esto significa que nuestro país continúa ocupando el triste primer lugar, respecto de todos los países de Europa occidental, Asia, Africa y Oceanía. Sólo nos “superan”, Perú y Estados Unidos en América; y 14 naciones de Europa oriental. Y significa también que Chile ha subido su diferencia con el promedio mundial de las tasas de fallecimiento de 3.68 en mayo (18) pasado; a 3.73 en septiembre (11); y a 3.82 ahora. Todo esto de acuerdo a las informaciones públicas diarias que ofrece Worldometer a través de Internet.

Increiblemente, estos resultados no son conocidos por la generalidad de la población ya que los gobiernos de Piñera y Boric, y los grandes medios de comunicación los ocultan. Es más, el gobierno de Piñera llegó al extremo de cometer un gigantesco fraude estadístico al usar un método de registro de fallecidos distinto al de la OMS, lo que significó que dicho gobierno se “presentara” al finalizar con un registro de 43.785 personas fallecidas, es decir, con 12.180 personas menos (¡21,76%!). Esto fue enmendado por el gobierno de Boric el 21 de marzo del año pasado, sin que la generalidad de las personas siquiera se enterase y ¡sin generar escándalo institucional alguno!…

Pareciera que “bajarle el perfil” a las cosas ya está en nuestra naturaleza; pero realmente cuesta entenderlo cuando estamos hablando de informaciones que pueden llevar a que la población adopte medidas precautorias necesarias para conservar su salud ¡e incluso su vida! Afortunadamente, la gravedad de las actuales cepas ha sido mucho menor, repercutiendo en una baja importante del número de fallecidos. Sin embargo, bajo el nuevo gobierno ya han fallecido 7.278 personas por covid, en menos de 10 meses… Todo parece indicar que, al menos, la mantención del uso de la mascarilla en el transporte público y en espacios públicos cerrados debiese ser obligatorio. Y que el gobierno debiera informar respecto de los nuevos fallecidos, sobre cuántos han recibido o no la vacuna contra el covid. Esto último constituiría –muy probablemente-, además, un fuerte incentivo extra para que quienes no se hayan vacunado aún, lo hagan lo más pronto posible.

Esperemos que ahora que la OMS y los epidemiólogos se ha manifestado muy preocupados por el rebrote de una cepa muy mortífera en China; y que varios países (junto con Chile) están anunciando test obligatorios para todos quienes llegan del gran país asiático; nuestro gobierno restablezca por el próximo futuro el deber de usar mascarillas en el transporte público y en los espacios públicos cerrados. Y que no se diga que esto constituiría un exceso de reglamentación de una conducta personal. Estamos hablando de una conducta evidentemente personal, pero que además puede causar grave daño en la salud e incluso en la vida de otras personas, fuera de la propia…