António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, condenó el secuestro de cincuenta mujeres y niñas en Burkina Faso, de parte de grupos armados que no han sido identificados.

En un comunicado público difundido hoy, Guterres exigió la “liberación inmediata e incondicional” del grupo de mujeres y su regreso sanas y salvas con sus familias.

Además, solicitó a las autoridades de Burkina Faso no escatimar esfuerzos para llevar a los responsables de este crimen ante la justicia.

El Secretario General reafirmó el compromiso de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para trabajar con el país africano y sus socios internacionales a fin de mejorar la protección de los civiles, responder a los desafíos humanitarios y de desarrollo.

También sostuvo la voluntad de promover y proteger los derechos humanos y apoyar los esfuerzos hacia una paz duradera.

Los pasados 12 y 13 de enero medio centenar de mujeres fueron secuestradas desde los alrededores de la localidad de Arbinda, ubicada en el noreste de Burkina Faso, según los informes de varios medios de comunicación.

En esa región, fronteriza con Malí y Níger, son habituales los ataques de grupos yihadistas vinculados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico.

Algunas mujeres consiguieron escapar de los terroristas y avisar de la agresión sufrida a las autoridades locales.

Por su parte, funcionarios locales, el ejército y sus auxiliares civiles informaron de infructuosas búsquedas en la zona.