Joya no Kane, conocida también como 108 campanadas, es una de las ceremonias japonesas más extendida en todo el país y también, una de las más importantes. Con ella, la población budista japonesa, expulsa de su corazón sentimientos negativos, disponiéndolo así a recibir el nuevo año en otra condición.

Cada 31 de diciembre comienzan a sonar en Japón 108 campanadas. Sucede antes de llegar a la medianoche y, con cada campanada, se expulsan aquellas emociones que producen sufrimiento, restan lucidez y tienen expresiones negativas. Así, a cada sonido salen los celos, la envidia, la ira, el juzgamiento, la burla, entre otros muchos. Tantos, que llegan a 108. Los sonidos son denominados Bon-Sho y se producen con un madero atado con sogas que golpea desde fuera.

¿Por qué son 108 campanadas? También aquí hay significados espirituales. El número resulta de multiplicar 3x6x2x3 y representa la combinación de experiencias sensoriales buenas, neutras o malas, con los seis sentidos que se identifican en la religión budista, es decir, tacto, olfato, conciencia, visión, gusto y visión. Luego, está el dos, que se vincula con si tales experiencias sensoriales son rechazadas o deseadas y finalmente, si están vinculadas con el pasado, el presente o el futuro.

Esta ceremonia, de gran sentido en Japón, permite a quienes la practican dejar los sufrimientos de año que se va y abrirse con esperanza y limpios de corazón, a lo que el nuevo año les depara. Está acompañada por comida diversa y simple y ha perdurado por siglos sin perder su importancia.