Honorable Excelencia
RISHI SUNAK
Primer Ministro del Reino Unido

Excelentísimo Primer Ministro Sunak:
Me dirijo a usted, en mi carácter de Ex Presidente de la República de Honduras y actual Presidente de la Internacional Antiimperialista de los Pueblos en defensa de la Humanidad y la Naturaleza, con el objeto de solicitar la revisión de la extradición a los Estados Unidos de América y la libertad inmediata del cíber periodista y activista australiano Julian Assange, quien padece prisión en vuestro país desde abril del año 2019, luego de una permanencia de 7 años como refugiado político en la embajada de Ecuador.
Al hacerlo así, sumo mi voz a la de otros mandatarios, organismos defensores de los derechos humanos y numerosas personalidades políticas y de la cultura, de América Latina y el mundo.
Fundamento este pedido en razones humanitarias, pues como es de público conocimiento el prolongado encierro y las actuales condiciones de detención, han resentido gravemente la salud del Sr. Assange, pero también en razones que advierten sobre la vulneración de derechos no solo del aludido sino del conjunto de la sociedad civilizada.

La autorización del Reino Unido para extraditar al Sr. Assange a EE.UU implica el riesgo de una condena a 175 años de prisión, lo cual en virtud del actual estado de salud del periodista significa en la práctica su condena a muerte. Se me permitirá señalar también, que dicha autorización ignora que extraditar por ofensas políticas estaá prohibido tanto en la legislación británica como en la europea y no tengo dudas sobre la absoluta falta de garantías en un juicio donde el detenido esta condenado de antemano.

Excelentísimo Primer Ministro, estoy cada vez más convencido que el mayor delito del Señor Assange, ha sido el de revelar al mundo la verdad sobre una cantidad de acontecimientos que demuestran de mínima, la vulneración del derecho internacional y de los derechos de los pueblos a la seguridad y a la paz. El propio autor de la presente ha sido víctima de una de esas vulneraciones cuando resultó derrocado por un golpe de estado en 2009, donde la injerencia de una fuerza extranjera fue luego confirmada por los documentos desclasificados por Wikileaks.
Debo recordar al Excelentísimo Primer Ministro, que el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos suscripta por todos los estados que comprenden la comunidad internacional, establece: ¨Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión¨; este derecho incluye, el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de
expresión.

A la luz de dicho artículo entonces, cabe preguntarse si la divulgación de la verdad puede significar amenaza alguna a la seguridad de los Estados signatarios de esta Declaración consagrada a pocos años de la tragedia de la Segunda Guerra Mundial, cuyas formidables lecciones no deberían olvidarse jamás.

Si como lo expresa el Evangelio cristiano: ¨Sólo la verdad nos hará libres¨, no tenga usted la menor duda que el conocimiento de la verdad por dura y amarga que sea, es la única vía hacia un mundo más justo donde la convivencia pacífica y armoniosa entre estados, pueblos, comunidades etc. se haga realidad.

En cambio, la prolongada prisión e inminente extradición de quien no tiene un solo crimen en su conciencia, de quien no ha ordenado bombardear pueblos ni voltear gobiernos, constituye una amenaza real contra la prensa libre, contra el derecho de los pueblos a la información, plasmados en el mencionado Artículo 19.
En esta hora dramática que transita el mundo, amenazado por una nueva conflagración mundial, en coincidencia con la flamante designación de Su Excelencia a tan alto cargo de gobierno, los pueblos esperamos de los gobernantes de las grandes naciones, gestos de grandeza.

Usted, tiene hoy la oportunidad de ejecutar uno de ellos para contribuir a la inauguración de una nueva era signada por el celoso respeto a los derechos humanos, lo cual reclama de los gobiernos y estadistas una actitud magnánima de apego al derecho y de defensa del débil frente al poderoso.

Reitero entonces el pedido de no extradición e inmediata libertad de Julian Assange.
Saludo a Usted, con mi mayor consideración.

Manuel Zelaya
Internacional Antiimperialista de los
Pueblos en Defensa de la Humanidad y la Naturaleza Tegucigalpa, República de Honduras