La invasión rusa de Ucrania en febrero ha dado lugar a un flujo acelerado de armas hacia el país asolado por la guerra, elevando a la nación agraviada a las filas  de los principales receptores de armas y asistencia de seguridad de Estados Unidos.

Hasta la primera semana de octubre, Washington ha proporcionado la friolera de 17 500 millones de dólares en armas y asistencia militar a Ucrania.

Los cinco mayores compradores de armas de Estados Unidos durante el periodo 2017-2021 fueron Arabia Saudí, que acaparó 23,4 % de todas las exportaciones estadounidenses de armas, seguido por Australia (9,4 %), Corea del Sur (6,8 %), Japón (6,7 %) y Qatar (5,4 %).

La cifra correspondiente a Ucrania durante el mismo periodo fue de 0,1 %, según las últimas estadísticas publicadas por el independiente Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri).

Pero se espera que ese irrisorio porcentaje se dispare en 2022, a juzgar por el flujo ininterrumpido de armas estadounidenses, desde el comienzo de la guerra en Ucrania.

En una declaración a los periodistas el 4 de octubre, el estadounidense secretario de Estado, Antony Blinken, dijo que, en virtud de una delegación de autoridad del presidente, «estoy autorizando nuestro 22 envió de armas y equipos de Estados Unidos para Ucrania desde agosto de 2021».

Esta partida de 625 millones de dólares, dijo, incluye armas, municiones y equipos adicionales de los inventarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Con el nuevo envío, la ayuda militar total de Estados Unidos a Ucrania ascenderá a más de 17 500 millones de dólares desde el inicio de la administración de Joe Biden, en enero de 2021.

Pieter Wezeman, investigador principal del Programa de Transferencias de Armas del Sipri, dijo a IPS que los suministros de armas a Ucrania eran históricamente muy infimos en comparación con los de los 15 principales receptores de armas estadounidenses.

“Esto cambiará en 2022, ya que Ucrania ha recibido importantes sistemas de armamento de Estados Unidos, como 20 lanzacohetes de largo alcance Himars, cerca de 1000 modelos antiguos de vehículos blindados ligeros usados, radares y 142 cañones remolcados M-777”, dijo.

Puntualizó que “estos son los sistemas más valiosos que Ucrania ha recibido de Estados Unidos, pero el número y el valor militar o financiero de estas armas son modestos en comparación con lo que algunos otros países han recibido en sistemas importantes en los últimos años”.

Señaló que Ucrania no ha recibido otros artículos que son especialmente valiosos como tanques modernos, aviones de combate, buques importantes y sistemas de defensa aérea de largo alcance.

Natalie J. Goldring, profesora visitante en la Escuela Sanford de Política Pública de la estadounidense Universidad de Duke, situada en el estado de Carolina del Norte, dijo a IPS que en cualquier caso las transferencias de armas a Ucrania conllevan numerosos riesgos.

“Un riesgo importante es que las armas sean capturadas por las fuerzas rusas y potencialmente utilizadas contra las fuerzas occidentales. Otro es que las armas que queden cuando el conflicto termine sean transferidas a otras áreas de conflicto”, advirtió.

Uno de los escenarios de pesadilla, remarcó, es que las armas estadounidenses se utilicen contra las fuerzas estadounidenses. La transferencia de grandes cantidades de armas en un periodo de tiempo tan corto aumenta este riesgo al dificultar la rendición de cuentas y la prevención del desvío de las armas.

Peor quizás el mayor riesgo de todos, adujo, «es que el presidente ruso Vladimir Putin no acepte el argumento de que estas armas solo se suministran para ayudar a Ucrania a defenderse, sobre todo si estamos suministrando armas que pueden atacar objetivos dentro de Rusia».

Esto puede llevar a una escalada y expansión del conflicto, y probablemente produciría aún más amenazas de uso de armas nucleares de las que ya ha hecho el presidente Putin, consideró.

“La escalada de las amenazas aumenta a su vez el riesgo de que se utilicen armas nucleares, ya sea de forma deliberada o por accidente o error de cálculo», dijo Goldring, quien también representa al Instituto Acrónimo para la Diplomacia del Desarme en las Naciones Unidas, en cuestiones de armas convencionales y comercio de armas.

Al final, argumentó, independientemente del resultado del propio conflicto, los contratistas militares siempre ganan.

El Departamento de Defensa ya ha comenzado a pedir reemplazos para algunas de las armas enviadas a Ucrania. Los fabricantes de armas estadounidenses se están beneficiando de lo que parece ser un compromiso indefinido de suministro a las fuerzas ucranianas.

Incluso en el caso de las armas que todavía están en producción, argumentó la académica, los problemas en la línea de suministro pueden dificultar la sustitución de las armas transferidas a Ucrania en el momento oportuno.

Esto plantea la cuestión de cuánto tiempo podrá el ejército estadounidense mantener estos envíos sin amenazar la preparación de las fuerzas estadounidenses, añadió.

Según el Departamento de Defensa de Estados Unidos, el paquete de ayuda a la seguridad para Ucrania que se anunció el 4 de octubre de 2022 es la 22 remesa de existencias del país en menos de un año.

En el comunicado de prensa de ese día sobre el aporte adicional, Blinken dijo: «Las capacidades que estamos entregando están cuidadosamente calibradas para marcar la mayor diferencia en el campo de batalla y fortalecer la mano de Ucrania en la mesa de negociaciones cuando sea el momento adecuado».

“Pero sin una indicación de cuándo tendrán lugar verdaderas negociaciones de paz, es probable que continúe el aparentemente interminable flujo de armas de Estados Unidos y que los contratistas de defensa estadounidenses sigan aumentando sus beneficios. Al mismo tiempo, sin embargo, los riesgos de estas transferencias también aumentan a medida que crece la cantidad de armas transferidas”, declaró.

Para justificar el envío de armas, el secretario de Estado argumentó: «Seguiremos apoyando al pueblo de Ucrania mientras defiende su libertad e independencia con un valor extraordinario y una determinación sin límites.

“Las capacidades que estamos entregando están cuidadosamente calibradas para marcar la mayor diferencia en el campo de batalla y fortalecer la mano de Ucrania en la mesa de negociaciones cuando sea el momento adecuado. Estamos unidos a Ucrania», añadió.

Durante la sesión de alto nivel de la 77 Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Biden dejó claro el 21 de septiembre una vez más que Estados Unidos apoyará al pueblo de Ucrania “durante todo el tiempo que sea necesario”.

Blinken afirmó que «los últimos acontecimientos, desde los falsos referendos e intentos de anexión por parte de Rusia hasta las nuevas revelaciones de brutalidad contra la población civil en el territorio ucraniano anteriormente controlado por Rusia, no hacen sino reforzar nuestra determinación».

“Junto con nuestros aliados y socios de 50 países, estamos entregando las armas y el equipo que las fuerzas ucranianas están utilizando tan eficazmente hoy en una exitosa contraofensiva para recuperar sus tierras tomadas ilegalmente por Rusia», afirmó.

Wezeman, de Sipri, precisó que el grueso de la ayuda militar estadounidense a Ucrania consiste en grandes cantidades de misiles antitanque, como más de 8000 misiles antitanque Javelin, y más de un millón de cartuchos para artillería pesada y probablemente miles de cohetes guiados avanzados para los sistemas Himars.

Estas cantidades de munición, dijo, superan con creces la cantidad de munición que normalmente importa cualquier receptor de armas estadounidense en un año determinado.

Las cifras son tan grandes que son importantes, consideró el especialista de Sipri, así sea necesario suministrar decenas de miles de cartuchos para igualar el valor de, por ejemplo, un nuevo avión de combate F-15SA, además de la infraestructura, la formación, las piezas de recambio de las municiones y otros implementos relacionados con él.

Recordó que, además, ya se ha hablado de enviar más armas importantes a Ucrania, incluso la posibilidad de suministrar tanques y aviones de combate, como se ha sugerido. Y si esto ocurre, Ucrania subirá aún más en las filas de los receptores de armas de Estados Unidos.

El artículo original se puede leer aquí