Se observa desde la Clínica, como es que los pacientes hacen el mejor de sus esfuerzos por avanzar en aquellos cambios que sienten y necesitan modificar.

Sin embargo, parece que esos esfuerzos no son lo suficiente, comentan, ya que sienten que rebotan como una pelota, disparándolos hacia una dirección a la cual no quieren dirigirse.

Comentan que el regreso de ese rebote les hace “doler el alma”, se sienten psicológica y físicamente agotados y sin fuerza.

Y sí, claro que se experimenta todo aquello.

Necesario sería entonces, comprender que naturalmente ese es el registro frente a la contradicción. Que es así como se siente. Que habría que aceptar el estado para luego provocar el cambio que se descubrió en ese aparente caos, y volver a elevarse como una “brillante saeta”.

Aceptación y cambio, hay que profundizar en ello.

Acepto aquello que es y cambio o modifico lo que me provoca contradicción.