El viernes pasado y por primera vez, 70 Estados de todo el mundo se unieron para hacer una declaración conjunta sobre los robots asesinos. Se trata de la mayor declaración de un grupo interregional jamás realizada en los debates de la ONU sobre las armas autónomas y proporciona una base sólida y positiva para el trabajo futuro.

La declaración reconoce que los sistemas de armas autónomas plantean graves problemas desde el punto de vista humanitario, jurídico, de seguridad, tecnológico y ético, reconoce la necesidad de mantener la responsabilidad humana y la rendición de cuentas en el uso de la fuerza, y subraya la necesidad de normas y límites acordados internacionalmente, incluidas prohibiciones y reglamentos.

Los miembros de la campaña Stop Killer Robots en Nueva York y en todo el mundo trabajaron duro para apoyar esta declaración conjunta y para impulsar un tratado internacional sobre sistemas de armas autónomas. El equipo activista estuvo presente durante toda la Asamblea General de la ONU, trabajando con los diplomáticos para preparar las bases de un marco legal contra la automatización del asesinato.

El daño automatizado está aumentando

En las últimas semanas, se ha visto un aumento de los informes y la cobertura del uso de «municiones de merodeo» con capacidades autónomas en Ucrania. No se trata de un incidente aislado, sino que en los conflictos en curso se están utilizando cada vez más armas autónomas y sin la claridad jurídica necesaria para garantizar un control significativo. Esto hace que sea aún más urgente que los Estados se unan para desarrollar el marco legal necesario para proteger a los civiles.

Empresas de robótica van tomando postura

Seis empresas de robótica, entre ellas Boston Dynamics, publicaron una carta abierta a la industria de la robótica en la que se comprometen a «no convertir en armas nuestros robots de movilidad avanzada de uso general ni el software que desarrollamos para la robótica avanzada, y no apoyaremos a otros para que lo hagan».

Se trata de un paso importante por parte de la industria, pero, en última instancia, los Estados son los responsables de establecer el nuevo marco jurídico para los sistemas de armas autónomos.

Como ha señalado el Comité Internacional de la Cruz Roja, «se necesitan urgentemente nuevas normas jurídicamente vinculantes sobre los sistemas de armas autónomas»; sin embargo, a falta de estas normas, los pasos progresivos de los actores de la industria muestran que el cambio está llegando y se espera una regulación.

¡El impulso está creciendo!

El movimiento para establecer límites a las armas autónomas está ganando fuerza. En el 51º Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, los Estados aprobaron una resolución en la que se reconocen los desafíos a la responsabilidad humana en la toma de decisiones automatizada.

En la Semana de Apertura de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU, el Secretario General de las Naciones Unidas volvió a pedir a los Estados miembros que aborden la amenaza emergente de las armas autónomas, a las que se ha referido anteriormente como «políticamente inaceptables y moralmente repugnantes».

Este objetivo también se formaliza en el informe «Nuestra Agenda Común» del Secretario General de la ONU, que pide a los Estados que «establezcan límites acordados internacionalmente» para los sistemas de armas autónomas. El gobierno de Costa Rica ha anunciado que celebrará una conferencia en febrero para debatir una respuesta regional a este asunto, y se esperan más reuniones internacionales hasta 2023.

Los activistas de Stop Killer Robots tienen la esperanza de que se produzcan avances y continúan presionando para que se inicien las negociaciones de un nuevo tratado internacional.

Invitan además a pasar a la acción, firmando la petición o conectando con legisladores para que éstos se sumen al compromiso parlamentario Stop Killer Robots.