«Cuando se oprime a los hombres, es una tragedia. Cuando se oprime a las mujeres, es una tradición». Letty Lottin Pogrebi.

Diecisiete de los 36 estados de Nigeria no han ratificado la ley sobre la MGF
Por Kamsiyochukwu Ezinne Eze

Se calcula que 200 millones de niñas y mujeres de 30 países de África, Medio Oriente y Asia están sometidas a prácticas de mutilación genital femenina (MGF). Dos tercios mueren cada día a consecuencia de esta práctica, por lo que es necesario que los Gobiernos actúen inmediatamente para ponerle fin, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con una cifra estimada de 19,9 millones de sobrevivientes, Nigeria es el tercer país del mundo con mayor número de mujeres y niñas sometidas a la MGF.

La mutilación genital femenina es una práctica en la que se extirpan parcial o totalmente los genitales externos de una niña por motivos culturales o no terapéuticos. Aunque las razones son multifacéticas, una verdad básica es que la MGF es un signo de desigualdad de género profundamente arraigado, como reconoce la OMS. «La cultura y la tradición son factores importantes que alimentan su persistencia», afirma el doctor U. U. Epundu así como otros cinco investigadores de salud pública del Hospital Universitario Nnamdi Azikiwe, en el sureste de Nigeria. PubMed,  base de datos de referencias y resúmenes sobre ciencias de la vida, afirma que la MGF persiste para «controlar la sexualidad de las mujeres». Otras razones, según PubMed, son «el deseo de ser aceptada socialmente y el miedo al rechazo social». La MGF es «un crimen contra la mujer» con una gran «carga sanitaria y financiera» que a menudo puede llevar a la muerte, subrayó Epundu.

Los efectos secundarios de la MGF incluyen hemorragias graves, problemas para orinar, quistes posteriores, infecciones y problemas psicológicos. También hay complicaciones en el parto y un mayor riesgo de muerte de los recién nacidos. Es perjudicial para el organismo y provoca daños en el tejido genital sano y normal. El tratamiento de la MGF es muy caro y muchas de estas mujeres no pueden pagarlo, por lo que tienen un mayor riesgo de infecciones.

La MGF y otras formas de violencia de género se convirtieron en delitos punibles con la Ley de Prohibición de la Violencia contra las Personas en Nigeria en 2015. Sin embargo, ha habido pocas condenas debido a la escasa conciencia pública y a que esta ley no la han adoptado 17 de los 36 estados de Nigeria, la mayoría de los cuales están en el norte, según el Nigerian Tribune.

«Angustioso procedimiento originó tejidos cicatrizados»

Lucy Osuizigbo, periodista del periódico digital Premium Times, relató la conmovedora experiencia de Rosaline Nkwo (seudónimo para proteger su privacidad), sobreviviente de la MGF:

Tengo más de 50 años y mis aspiraciones están destrozadas; no tengo marido, ni hijos, ni familia propia por la práctica bárbara de la mutilación genital femenina que me hicieron cuando tenía dos años. Mi madre me dijo que mi caso era peculiar porque se hizo sin anestesia y yo luché mucho al no poder soportar el dolor punzante que surgía del mal corte que había que coser. Este acto bárbaro dio lugar a una irritante formación de queloides y tejidos cicatrizados alrededor de mis genitales que asustaban a los hombres cada vez que intentaban intimar conmigo. Esto arruinó mis dos matrimonios y me hizo sentirme sola, enfadada, inútil, perdida, abandonada y sin esperanza.

Nkwo, de 57 años al momento de la publicación en 2016, se dio cuenta de la gravedad de su situación cuando su marido se divorció de ella tras ver sus genitales en la noche de bodas. Afirma que no pudo permitirse las operaciones correctivas porque no podía pagarlas. Desde entonces, vive con rabia, tristeza y melancolía. Esta técnica ha destruido por completo su vida y cualquier oportunidad que pudiera tener. Nkwo es una de las muchas mujeres que han tenido experiencias similares como resultado de la MGF. No solo eso, sino que es una de los millones de nigerianas que lo han perdido todo.

Osuizigbo, en colaboración con la News Agency de Nigeria, cuenta también la historia de otra mujer, Nneoma, de 36 años, madre de dos hijos, que habla de su situación y de cómo arruinó a su familia y su papel de esposa. Nneoma responsabiliza a su madre de sus problemas matrimoniales y se debate entre insultarla y perdonarla:

Tuve mis dos hijos por cesárea; el médico dijo que era debido a la MGF, mi abertura vaginal es muy estrecha. Eso hizo que las relaciones sexuales fueran tan dolorosas que intento evitarlas en la medida de lo posible; y no puedo satisfacer a mi marido sexualmente. Cuando oigo a la gente hablar del sexo como un acto placentero, sigo sin entenderlo porque mi experiencia ha sido dolorosa. Me siento diferente e incómoda entre otras mujeres. No ha sido fácil, pero tengo que aceptar y vivir con las aventuras extramatrimoniales de mi marido.

Dada la gravedad de la MGF en la vida de muchas niñas inocentes, UNICEF, en colaboración con el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), ha ampliado las intervenciones en muchos países, incluido Nigeria. Este programa, que actualmente se encuentra en la tercera fase, involucra a varias comunidades para cambiar el paradigma y transformar las normas sociales. La intervención de UNICEF-UNFCA también colabora con el Gobierno nigeriano para apoyar y fomentar las leyes que prohíben la MGF, al tiempo que se garantiza el acceso de las jóvenes a servicios sanitarios de protección infantil de alta calidad.


Traducción de Nico Giova

El artículo original se puede leer aquí