Por Miguel Galindo Sánchez.

Por la frase “…y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, que aparece en el Evangelio de Mateo atribuida a Jesucristo, se justifican más de dos mil años de tinglado de la Católica, en nombre de un cristianismo post-fabricado tras muchas décadas de haber pisado la tierra el divino maestro nazareno. Una iglesia sospechosamente calcada de la jerarquía judaica y sacerdotal a la que el mismo Cristo se enfrentó, siendo ejecutado por ello, y que levantó Pablo, que no conoció personalmente al Mesías y que lo combatió, y que también combatió y fue combatido por Santiago, el hermano de Jesús,  heredero natural de sus enseñanzas y cabeza de la Iglesia de Jerusalén; y también al cual se opuso el propio Pedro, supuesta “piedra” papal.

El arameo, en el que Jesucristo transmitía su mensaje, no usaba la palabra “iglesia”, e incluso hasta ignoraba el significado de tal concepto, por lo que, difícilmente pudo ser utilizada por Él para comunicar nada… Ekklesia era una palabra griega que se definía como reunión o asamblea, pero no en términos religiosos precisamente, sino más bien lo contrario: en asuntos civiles, militares, políticos y profanos. En el arameo antiguo, la palabra que se usaba para esas reuniones era “pealim”, sin más connotaciones añadidas de ningún tipo. De hecho, el significado religioso de Iglesia como concepto fue “inventado” a posteriori por Pablo, no por Jesús, más de medio siglo después de su muerte… Si Mateo escribió su evangelio sobre un siglo posterior a Cristo (todos fueron escritos entre 100 y 200 años posteriormente) se deduce que tal aseveración por parte de Jesús es una interpolación del evangelista, influido por la predicación de Pablo que, como ya “apóstol de los gentiles”, fue el que introdujo tal concepto nuevo ya en latín: ecclesiam.

Y se introdujo porque le interesaba la construcción de una iglesia universal, enfocada a tener influencia y poder en el mundo y en la sociedad greco-romana de la época, como así fue hasta llegar a ser predominante en toda nuestra cultura occidental… Naturalmente, estoy hablando de Historia, no de fe. No es mi deseo, en absoluto, insultar a nada ni a nadie, pero no puedo evitar que algunos, o muchos, se sientan insultados. No quiero que ninguna persona pueda verse injuriada en sus creencias, pero es que la auténtica creencia, la fe genuina, está muy por encima de las falsas ofensas y los falsos ultrajes. Es el egoísmo y la ruindad humana los que se ofenden y se sienten insultados… Los que asesinaron a Hipatia y a tantos sabios y científicos de la época por decir la verdad, fueron, precisamente, aquellos oscuros “cristianos” fanáticos y cerriles que se sintieron ofendidos y atacados por la verdad. Fundamentalistas ciegos a los que Cristo quiso iluminar, precisamente, desconectándolos de toda iglesia y conectándolos a una sola y única idea: Dios.

Y aquí reside el eje principal de toda cuestión, y lo demás es accesorio. Jesús vino a meter al Padre dentro del conocimiento íntimo de cada ser humano, para que no necesitáramos intérpretes ni representantes oficiales a los que seguir y servir. “Busca dentro de ti”, dijo, no en templos, a los que “han convertido en cuevas de ladrones”, que también dijo, ni en sumo sacerdote alguno… “Habla a Quién está en tu interior y dirígete a Él”, se cansó de repetir, y “cuida de tu hermano como de ti mismo”…Esa fue – y es – la gran enseñanza de Jesús, el Cristo: que lo que en verdad importa es Dios, el Padre, no Yahvé ni iglesia alguna.

Por eso mismo que para mí, y espero me disulpen: Dios no concede deseos, pero sí oportunidades / Dios no abre puertas, pero si posibilidades / Dios no juzga nada, pero lo responsabiliza todo / Dios no condena, pero sí observa / Dios no castiga, pero sí ata el efecto a su causa / Dios no obliga a nada, pero es notario de todo / Dios no esclaviza, pero el libre albedrío utiliza / Dios es el origen, nosotros solo la consecuencia / Dios es mente y entendimiento, pero no pensamiento ni sentimiento / Dios es esencia y potencia, pero no actúa con suficiencia / Dios es el jardín, pero no su jardinero / Dios sabe lo que hace, pero hace como que no sabe / Dios nos permite a todos lo que nosotros no le permitimos a Él / Dios lo puede todo, pero no hace nada… ya que es Dios el que propone y el hombre el que dispone.

Existen infinitos pensamientos que pueden dar una idea de Dios, ya que no definirlo, ni mucho menos comprenderlo. Yo tan solo me he permitido (y perdonen vuesas mercedes mi atrevimiento) exponerles en el párrafo anterior unas pocas de ellas… En realidad definen todas lo mismo, pero indican diferentes caminos y distintos razonamientos, eso es todo… Tan solo cada cual elija aquella que le sea más cómoda para lograr el propósito de su meditación, ya que cada persona tiene el suyo… Pero verán que no necesitan ningún gurú, ni mago, ni brujo, ni chamán, ni sacerdote que le dicte toda una doctrina de dogmas e imposiciones para tener una pálida, simple y elemental conciencia de Dios, y al final no llegar a conocerlo en absoluto, cuando, Dios, precisamente, es ese mismo absoluto.

Yo no quiero creer en lo que otros creen porque otros les dicen que crean en lo que deben creer porque así les interesa… Yo quiero creer en lo que siento que puedo creer con mi propio razonamiento dentro de mi propio y humano razonamiento, no sé si me explico… No deseo acabar adorando a unas muletas por sí mismas, pues solo son las andaderas… Las muletas no andan, el que anda soy yo, y no quiero confundir mi fe en las muletas con mi fe en mí mismo… Solo deseo compartir lo que pienso, no pontificar. Si le sirve a alguien, pues cojonudo, y si no les sirven para nada, pues cojonudo doble: márqueme entonces una pedorreta con un redoble.