Periodistas asediados perseveran y persisten con sus críticos reportajes entre medio de las restricciones del gobierno disfrazadas de anticomunismo y antiterrorista.

Difamación cibernetica y leyes antiterroristas colgada como la espada de Damocles sobre la cabeza profesionales e independientes de los medios de comunicación, como la ganadora del premio Nobel Maria Ressa. Como miembros del Cuarto poder, los periodistas desempeñan su rol adversario como fiscalizadores y vigilantes del pueblo contra los excesos, corrupción y
abusos de poder por partes de los funcionarios del poder ejecutivo, legislativo y judicial del gobierno.

Pero el gobierno parece ansioso para declararlos culpables por «culpables por asociación». Falsamente se tilda a los periodistas como «comunistas» y «terroristas» para amordazar a la prensa. El Grupo de Trabajo de las Fuerzas Gubernamentales para el Termino del Conflicto Comunista Armando Local (NTF-ELCAC) por sus siglas en ingles, etiqueta al Sindicato de Periodistas de las Filipinas (SPF) como «Frente Comunista». Recientemente la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CNT) ordenó bloquear los sitios web de los medios de
comunicación Bulatlat y Pinoy Weekly. La Comisión de Bolsa y Valores (CBV) también canceló la licencia de Rappler para operar.

El Sindicato de Periodistas rehusá a acobardarse y en lugar condena fuertemente esos «nuevos casos de violaciones de libertad de prensa». El Sindicato anotó las tácticas de difamación marxista para aplastar reportajes críticos que le dicen al poder que haga a los funcionarios responsables. «Estos recientes incidentes pretenden ahogar la verdad por un lado y por el otro
desinformar e informar erroneamente», dice el Sindicato.

Acoso al Comunismo
El 28 de junio de 2022, el asesor de seguridad nacional Hermógenes Esperón justificó la orden del CNT .El emitió un comunicado que anuncia: «La restricción de sitios web afiliados al grupo terrorista comunista es una victoria para la nación». El NTF-ELCAC refuta la postura del SPF, diciendo, «el CNT tiene más que suficiente causa y razón para ordenar el bloqueo de Bulatlat y Pinoy Weekly». Esperon al mismo tiempo sirve como vicepresidente del NTF-ELCAC.

Pero el Sindicato ve esos movimientos como «parte de una campaña sistemática contra la empresa independiente».

Represión de la ley marcial.
Después de las elecciones del 9 de mayo del 2022, Ferdidnad Marcos Jr se vuelve presidente.

A principios de julio de 2022, la Corte de Apelaciones confirmó la condena por difamación cibernética de Maria Ressa y el ex investigador Reynaldo Santos Jr.

Todo esto aviva el temor a una represión mediática que recuerda a la ley marcial de hace cinco décadas.

El difunto padre de Marcos Jr., el dictador Ferdinand Marcos. Impuso la ley marcial en 1972. Marcos padre instauró un «autoritarismo constitucional». Mediante la trampa de las Enmiendas de 1976 a la Constitución de 1973, Marcos padre marginó al Congreso a un papel de sello de aprobación y se arrogó no sólo poderes legislativos incluyendo la autoridad para emitir decretos secretos sino también el poder último de disolver permanentemente el Congreso. Marcos padre, también hizo innecesarias las órdenes judiciales dándose la facultad absoluta de dictar órdenes de arresto y ordenar detenciones indefinidas como atribución su compromiso presidencial.

La corte de los Estados Unidos sostuvo que Marcos Sr. había cometido graves violaciones de los derechos humanos, entre ellas detenciones arbitrarias, encarcelamientos, detenciones en régimen de incomunicación, torturas, ejecuciones sumarias y desapariciones forzadas de miles de civiles. Marcos padre ordenó el arresto y encarcelamiento de periodistas y destacados líderes de la oposición, como los fallecidos senadores Benigno S. Aquino Jr y José Diokno. Actuando por orden de Marcos padre, el ejército allanó y clausuro los medios de comunicación.

Corrupción y crímenes contra la humanidad.

Desde la elección en mayo de 2016 del ex presidente Rodrigo Duterte, los periodistas han sacado a la luz los asesinatos organizados, generalizados y sistemáticos de civiles a manos de la policía por presuntos agentes del Estado supuestamente por orden de Duterte para librar la llamada «guerra contra las drogas». El entonces fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, Fatuo
Bensouda, estima que la aparente política estatal de Duterte ha cobrado la vida de entre 12.000 y 30.000 civiles. Los periodistas también publicaron la exposición del Senado sobre la supuesta corrupción multimillonaria relacionada con la adquisición de equipos de protección personal (EPP) por parte de presuntos funcionarios de Duterte durante la pandemia de covid-19.

«Etiquetar de comunistas a los periodistas es un intento deliberado de desacreditar, aislar y dejar como irrelevantes a los medios filipinos», según el SPF «No vamos a tomar a todos estos sentados».

«Como siempre decimos, un ataque a uno es un ataque a todos».

Bulatlat pretende anular el memorando de la CNT ante el tribunal regional de Quezon City. Rappler apelará la orden de la CBV.

Solidaridad
El sindicato de periodistas pide que se supriman algunas atribuciones de la Ley Antiterrorista , en particular la relativa a la incitación al terrorismo. El SPF dicen que el gobierno utilizó esas atribuciones para tratar de justificar el bloqueo de los sitios web de Bulatlat y Pinoy Weekly.

Los periodistas llevan su lucha por la libertad de prensa al ciberespacio y hacen llamados a la solidaridad.

«Como muestra de apoyo, pedimos a los medios de comunicación y a las personas que publiquen un cartel digital. Periodismo no es Terrorismo».

El SPF alienta a los periodistas a usar los hashtags:

#JournalismIsNotTerrorism (Periodismo no es Terrorismo) #UnblockTheTruth (Desbloquea La Verdad) #LetThePeopleKnow (Deja A Las Personas Saber)#DefendPressFreedom (Defiende La Libertad de Prensa).

Notas del editor: Para obtener un contexto más amplio sobre esta cuestión de la libertad de prensa, siga los enlaces anteriores. Pero como antecedentes de los dos lados del asunto:

La justificación de Esperon al dar la orden :
En un comunicado emitido, Esperon asegura que Bulatlat y Pinoy Weekly, que abogan por ser defensores de la verdad y la objetividad, en realidad promueven la desinformación e incluso el terrorismo.

«La desinformación sigue siendo uno de los mayores enemigos de la nación; y de hecho es una poderosa herramienta utilizada por el Grupo Terrorista Comunista para sembrar enemistad y discordia, dividiendo al pueblo filipino y separándonos de la objetividad y la verdad», dijo Esperon.

Esperon dijo que la decisión de incluir a dos nuevas organizaciones en la lista de sitios web afiliados al Partido Comunista de Filipinas-Nuevo Ejército del Pueblo-Frente Democrático Nacional (PCF-NEP-FDN) se originaron de las historias y artículos publicados por los sitios de noticias.

Citó un extracto de un análisis publicado por Pinoy Weekly el 3 de noviembre de 2020, titulado «Limang katwiran ng armadong paglaban» (Cinco justificaciones de la resistencia armada) (https://pinoyweekly.org/2020/11/limang-katwiran-ng-armadong-paglaban/).

Esperon dijo que el análisis publicado promueve la lucha armada para cambiar radicalmente la sociedad, que se enmarca en la Sección 9 (definiciones de terrorismo) de la Ley de la República 11479 o Ley Antiterrorista de 2020.

Citó otro fragmento de un artículo del Pinoy Weekly titulado «NPA at Masa, «di Matitinag'» (NPA y masas, «solidos») (https://pinoyweekly. org/2022/03/npa-at-masa-di-matitinag/) publicado el 30 de marzo de 2022.

Según el artículo , «Al final, el PCF instruyó al NEP a fortalecer el reclutamiento y formación de miles de combatientes rojos más entre las filas de jóvenes campesinos, obreros, intelectuales, mujeres y otros sectores».

El ejército popular debe aumentar aún más sus capacidades de conflicto de guerrillas, la discreción de sus métodos al andar y acampar, para mantener al
enemigo ciego y sordo para así desmantelar las bombas y los equipos modernos de vigilancia y bombardeo, ordenó el PCF.

El extracto citado, dijo Esperon, entra dentro de la Sección 10 de la Ley Anti Terrorista, o el Reclutamiento y Pertenencia a una Organización Terrorista.

La orden de la CNT de bloquear los sitios web de los socios del PCF-NEP-FDN, incluidos Bulatlat y Pinoy Weekly, considerada por muchos como un ataque descarado a la libertad de expresión es, de hecho, según Esperon, un acto de protección de la integridad del espacio digital de la nación. (fuente: https://www.pna.gov.ph/articles/1177342)

En respuestas, Pinoy Weekly explica:
Pinoy Weekly dice que en la primera historia, ellos estan simplemente citando hechos y conocimientos historicos .

«En muchas ocaciones en la historia del mundo, los ciudadanos escoge levantarse en armas para cambiar su sociedad. No hay ninguna persona en su sano juicio que piense que esto es un apoyo al NEP o el reclutamiento de filipinos para tomar las armas y unirse al NEP. Esto es solo afirmar el conocimiento histórico».

En la segunda historia que Esperon tiene tambien citó como justificación, Pinoy Weekly dice que su escritor simplemente citó el comunicado del PCF.

“Está más claro que el escritor solo cita el comunicado oficial del PCF. No es su declaración personal. Ahora ¿está prohibido citar? ¿Es ilegal cubrir la lucha armada del NEP? No podemos entrevistar a los rebeldes porque cualquier cosa que digan puede usarse contra los periodistas que pueden ser acusados de apoyar el “terrorismo”. Reiteremos: este es un nivel diferente de estupidez».

El Sindicato Nacional de Periodistas de Filipinas también explicó que los reportajes críticos no se deben equiparar con la afiliación a grupos comunistas: “Bulatlat y Pinoy Weekly han existido durante años y han construido un historial de reportajes sobre problemas del pueblo. A veces, esos reportajes han sido críticos al gobierno y sus políticas, pero es peligroso equiparar esto con afiliación o apoyo como el gobierno ahora reclama.” Fuente: https://www.rappler.com/nation/what-it-signals-esperon-goes-after-news-sites-before-vacating-post-2022/

Hasta la fecha: los sitios web de Rappler y Bulatlat aún son accesibles, pero Pinoy Weekly está bloqueado.

Traducido por Diego Gallardo Altamirano.