Un 20 de julio de hace veinte años asesinaron a puñaladas al joven Ndombele cuando intentaba detener una pelea a las puertas de una discoteca del polígono industrial de Alcorcón. Colectivos de la comunidad afro y del movimiento antirracista madrileño han conseguido que el Ayuntamiento le dé su nombre a un parque.

Por Susana Albarrán Méndez/El Salto diario

Desde hace solo unos días un espacio verde del municipio madrileño de Alcorcón lleva ya el nombre de Parque Ndombele Augusto Domingos, como acto de memoria y reparación para el joven que fue asesinado el 20 de julio de 2002, a solo unos metros de allí. El joven, de origen angoleño que vivía con su familia en Leganés solo tenía 16 años cuando, mientras mediaba para apaciguar una riña en la que defendía a un amigo, le asesinaron a puñaladas a las puertas de una discoteca del Polígono Urtinsa de Alcorcón.

Le mató José David Fuertes, alias ‘El Tocho’, un tipo alto y corpulento que trabajaba como portero de la discoteca, y que —según declararon varios testigos— tenía vínculos con los nazis, aunque nunca pudiera demostrarse. Ndombele, alias ‘Jimmy’ como le decían sus amigos, no pudo defenderse de su agresor quien le propinó por sorpresa dos puñaladas letales por las que murió desangrado. Fuertes tuvo tres juicios. En el primero fue declarado inocente, dos años más tarde por ódenes del Tribunal Superior y del Supremo, la vista se repitió ya que ambas instancias consideraron que la absolución de José David por parte del jurado popular fue arbitraria y poco argumentada. Cuatro años después del asesinato de Jimmy, en junio de 2006, el asesino de Ndombele fue condenado a 18 años de prisión. El Tribunal Supremo reconoció en Fuertes una especial forma de alevosía hacia la víctima que se conoce como desvalimiento.

Memoria familiar

En el acto en memoria del Nodombele, el pasado miércoles 20 de julio, participó su familia que sigue viviendo en Leganés. Madalena, su hermana, hizo la principal intervención con palabras muy emotivas hacia su hermano pequeño. “Hace 20 años no solo se llevaron a un miembro de mi familia, se llevaron a mi mejor amigo, Él era el hermano incondicional con el que yo sabía que siempre podía contar. Sigo echándolo de menos”.

Madalena, ella misma hoy educadora, reflexionaba durante el acto: “Muchas veces llegas a pensar que te evitarías muchos problemas si miras hacia otro lado, pero ni para él ni para ninguno de nosotros esa es una opción. Él con sus 16 años, en el fervor de su adolescencia, tuvo presente los valores que nos enseñaron en casa. Esa tarde él no pudo mirar hacia otro lado cuando era su amigo el que estaba en problemas”. Y continuó, refiriéndose al contexto en que murió su hermano y los motivos de su asesinato, “es importante que tengamos nuestras ideologías, nuestra forma de pensar, de ver el mundo, pero tenemos que tener claro que si en esas ideologías no encontramos argumentos suficientes para defenderlas más allá de la violencia, deberíamos revisar esas forma de pensar”.

Madalena Augusto en nombre de la familia agradeció a las autoridades de Alcorcón el gesto de renombrar el parque con el nombre de su hermano y así honrar su memoria. También agradeció a Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia que en su momento ejerció la acusación popular contra José David Fuertes. “A partir de hoy será grato para mi poder venir a sentarme en el césped y leer un libro. Cuando me hablen de Alcorcón voy a poder ponerle otro recuerdo que no sea ese tan negativo”, finalizaba Madalena.

Madalena, hermana de Ndombele, interviene durante el acto de memoria en nombre de toda la familia.  Foto: Susana Albarrán Méndez

Un crimen racista

“El que lo asesinó era un racista profundo. Le condenaron por asesinato pero no por racismo”, intervino su primo Dosel, quien explicó que todavía pende sobre él una demanda por haber llamado racista a Fuertes. “Le condenaron por asesinato pero no con la circunstancia agravante de racismo, por eso tenemos nuestras dudas con el jurado popular. Si los jurados populares no interiorizan el problema del racismo no lo van a condenar ni este jurado ni otro”.

“Fue muy duro, recuerdo esa calle cuando veníamos al día siguiente manifestándonos, en aquella época estuvimos muy solos. No como ahora que hay mayor sensibilidad”. Dosel recordaba en el acto cómo sacaron fuerza en aquellos días paradójicamente del padre de Ndombele, Sabas, quien siempre llevaba una palabra en la boca courage, courage, courage. Aún así llevaba el dolor por dentro: “He venido como refugiado de una guerra y me han venido a matar a mi hijo aquí”, recordaba Dosel que Sabas le había confesado.

A su juicio, su prima Madalena y la hija de Lucrecia Pérez tienen la virtud, como otras víctimas de delitos de odio, “de no convertir el horror, el dolor y la crueldad en venganza, lo convirtieron en deseo de justicia y de hermanamiento“, señalaba Dosel durante el acto. “Me alegro un montón de este parque, de la acogida con la familia y toda la gente, y ojalá todo esto sirva para hacer más humanos y para defender más, a cualquier víctima de un crimen de odio”, y finalizaba, “Ndombele nos está vigilando y Sabas también y nos volverá a decir, courage, courage, courage”.

El acto, realizado por las autoridades municipales de Alcorcón (una coalición de PSOE y Unidas Podemos/Ganar Alcorcón), reunió a un centenar de personas con representación de la comunidad afro y movimiento antirracista madrileño gracias a la iniciativa y amplia convocatoria que también hizo Espacio Afro a través de sus redes sociales, y de quienes partió principalmente la iniciativa de memoria y reparación para con Ndombele.

Durante todo el acto se pudo ver al artista Juanjo Kluivert realizar un retrato en gran formato de Ndombele, y el dueto Bezako y Rizmo pusieron un original toque musical al homenaje. “Yo, preferí quedarme porque somos más fuertes que el odio”, fueron las palabras con las que Madalena quiso finalizar el acto en memoria de su hermano.

Memoria y reparación

Poco a poco el campo de la memoria histórica española se va ensanchando hacia el reconocimiento de otras víctimas de la desmemoria. Así lo considera el historiador y activista panafricanista Antumi Toasijé, se ensancha “muy lentamente y ésta es una buena iniciativa”, afirmaba a El Salto en breve entrevista al finalizar el homenaje a Ndombele. “La ley de memoria democrática —que ha salido hace poco— no contiene nada de la memoria colonial. Tendríamos que hablar de ella y de la memoria esclavista”, señala. Considera que no se trata de rencor como alguna gente desinformada piensa, “se trata de recordar lo que ocurrió para que no vuelva a suceder, porque puede volver a pasar aunque suene tremendo, pero hay movimientos de extrema derecha que quieren que vuelva”, insiste.

El también presidente del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica de España ve muy positivos actos como el de memoria de Ndombele. “Es bueno tener esa memoria y la memoria de la diversidad de este país, porque esta no empezó ayer ni hace 20 años, ni 100 ni 500. Este sueño ha sido consustancialmente diverso desde siempre, antes de que fuera un país. Ojalá este acto sirva para poner una primera piedra pero que sea una memoria no solo de las víctimas, que tenemos lamentablemente muchas, sino también de las personas que contribuyeron y construyeron lo que somos”, reflexiona el historiador especialista en cultura africana de la resistencia.

Antumi Tosijé y la periodista Lucía Mbomío, durante el homenaje a Ndombele en Alcorcón. Foto: Susana Albarrán Méndez

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