NOVELA  ILUSTRADA

 

 

 

 El castillo había quedado atrás y también las praderas que lo circundaban.

Tras cruzar los pinares que cerraban el segundo circulo sobre el castillo, tuvimos que descender hasta la zona de los pantanos.

Allí empezamos a sentir la presencia de la sombra.

Nos detuvimos a mirarla de frente: Vimos un manto pesado atado a una larga cadena anclada al suelo.

_¿Quién eres?, preguntó Alator

En la sombra aparecieron unos ojos amarillos fosforescentes y una voz quejumbrosa suplicó: _¡Ayudadme a romper estas cadenas! Ya me cansé de vivir en este lodazal, quiero irme volando a un lugar mejor. Yo también tengo derecho, ¿No?

_¿Quién te encadenó?, prosiguió Alator.

_Alguien a quien hice mucho daño, respondió la sombra lloriqueando.

_¿Y cómo de grave fue tu delito, sombra?, continuó Alator

_Digamos que quise manipular la voluntad de un ser humano y como no lo logré, lo forcé a hacer lo que yo deseaba.

_Osea que eres una sombra violadora de los derechos humanos, sentenció Alator mirando fijamente a la sombra.

_Algo así, respondió la sombra, pero creo haber pagado mi culpa con esta condena.

_Y, dinos: ¿Cómo fue tu vida desde que cometiste la infamia que mencionas? Preguntó con suavidad Alator.

_Me encontré con la muerte pronto, muy pronto. Me ahogó, me apretó el corazón como si fuera un grano de uva, me roció con un líquido viscoso y maloliente y me encerró en una habitación sin ventanas. Relató la sombra.

_Es muy difícil que te cures de tu mal ya que te gusta mantenerlo, pues a través de esa debilidad obtienes tus mayores placeres, y para ti los placeres son, al parecer, lo más importante en la vida, dijo Alator.

Alator, intentaba hacerle comprender a la sombra su problema. Y ésta, a su vez, iba tomando forma humana cuando se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y su rostro oculto por la capa.

_¿De dónde viene mi mal? Es algo que no puedo controlar. También he hecho buenas acciones ¿Me puedo ir con vosotros?, yo también quiero ser mago, dijo la sombra.

_Sí, sabemos de tus buenas acciones y por eso nos hemos detenido y te estamos escuchando. Sobre el origen de tu mal, si lo meditas llegarás a comprenderlo.

Todos tenemos que pasar por ahí. Llegar a los rincones más lejanos de nuestro mundo interno y comprender lo que vive en él, ya que solo sabiendo cómo somos nos podemos cambiar.

Y sobre tu deseo de venir con nosotros, puedes hacerlo. Primero deberás encontrar tus elementos mágicos: Tu capa estrellada larga como la noche más bella, tu esfera radiante guardada en el interior del sol y tu sombrero de punta blanco. Pero para empezar te diremos que ya tienes la varita mágica, explicó Alator

La persona escondida bajo la sombra miró sus manos. Una lágrima resbaló por su mejilla y su rostro empezó a dibujarse de nuevo. Luego, en un gesto sincero de agradecimiento y arrepentimiento llevó las manos juntas hasta su corazón y pidió por su liberación.

Al hacer esto el manto oscuro se esfumó al tiempo que una esfera luminosa crecía desde el centro de su pecho.

Alator le abrió con su varita mágica la cerradura de la argolla, que aun sujetaba su pierna izquierda.

A lo lejos apareció un unicornio. Radiante, dispuesto, amigable, nuestro fiel aliado. Se acercó al galope por entre los árboles trayendo un viento cálido y dorado y despertando el brillo de la hierba a su paso. Acariciamos su crin, miramos sus grandes ojos y le pedimos que acercara a la persona hasta su próxima parada.

_Amigo, le dijo Alator, este buen unicornio será un fiel aliado en tu próxima etapa del camino, él te llevará por un mundo que siempre quisiste conocer.

Un mundo al que quisiste llegar con tu pincel a través de los colores, buscando expresar unas formas ocultas en tu corazón. Ahora podrás entrar de lleno en ese mundo y ver lo que allí se guarda. El unicornio te llevará hasta las Fuentes de la Vida y allí beberás el agua curativa que te acabará de purificar y te nutrirá para tu próximo tramo del camino. ¿Ya has decidido lo qué debes hacer?

_Tal como decís debería recuperar mi varita mágica que ahora comprendo que es mi pincel. Aquel que abandoné demasiado pronto como para comprender la fantasía que aun debía descubrir. Lo abandoné porque esperaba un premio que no recibí. Yo presenté mi pintura con toda la ilusión del mundo, pero no gané el concurso. Entonces pensé que no valía la pena pintar, si nadie te premiaba por ello.

Ahora sé que he de recuperarlo, y con él recuperar al niño que se quedó frustrado en algún pasillo olvidado de la memoria, dijo la persona que ahora iba tomando el aspecto de un caballero.

_¡Vemos que aprendes rápido!  Eso es porque ahora estás mirando hacia el lado correcto. Antes no podías pensar bien porque mirabas hacia el pozo sin fondo que proyecta la oscura sombra.

Pero ahora miras hacia la fuente clara de la vida. Mantén así siempre tu mirada y conseguirás llegar a tu destino. No te resultará fácil ya que la sombra tampoco descansa en su afán destructivo.

Por eso debes recordar que la Luz siempre está viva y dispuesta a ayudarte si pides lo correcto. Le explicó Alator al caballero.

_Pero lo correcto…, se quedó dudando el caballero, ¿cómo sabré lo que es?

_Ese es el asunto. Cuando lo sepas serás sabio. Mientras tanto sigue este consejo y toma el camino que te llevará hacia las Fuentes de la Vida, a lomos del unicornio blanco de la fantasía. Así podrás recuperar al niño, al pincel, a la varita y empezará para ti una vida. El oculto paraíso y la escurridiza felicidad quizá sean, al fin y al cabo, posibles, le respondió Alator.

Capítulo II de la novela corta Los doce cantos del ruiseñor

Aquí se puede leer el primer capítulo: Los elementos mágicos