Tomson Phiri, portavoz del PMA, afirmó que “las necesidades son muy altas, pero los recursos son escasos” y por ello, la ayuda alimentaria que llega a varios países de la región del Sahel, se ha recortado.

De acuerdo con la información proporcionada por Naciones Unidas, alrededor de 18 millones de personas serán afectadas directamente por la sequía y su situación de seguridad alimentaria se agravará en los próximos meses.

Jens Laerke, vocero de la OCHA (Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU): “Se espera que 7,7 millones de niños menores de cinco años sufran desnutrición. De ellos, 1,8 millones están gravemente desnutridos y, si no se intensifican las operaciones de ayuda, esta cifra podría alcanzar los 2,4 millones a finales de año».

Si bien podrían mencionarse diversos factores que explican esta situación, como el cambio climático, Covid, aumento de los precios de los alimentos, resulta injustificable que se argumente la falta de recursos o que, previendo lo que sucederá, no tomen medidas de mayor envergadura, si bien se conoció que 30 millones de dólares han sido destinados por Naciones Unidas, desde el Fondo Central de Respuesta a la Emergencia.