Por Ximena Soza

El domingo primero de mayo recibió un disparo en el rostro la periodista de un medio independiente Francisca Sandoval, desde ese dia y despues de una compleja operación para extraerle el proyectil, quedamos, tras el anuncio de que había sufrido una muerte cerebral, a la espera de su despedida, porque ya no creemos en milagros y porque después de tantos nombres robados por el Estado, los gobiernos de turno, sus fuerzas represivas, sus sicarios o las mafias que causan o amparan, sabemos perfectamente que los muertos siguen estando del lado de quienes luchan por la justicia o informan la verdad. Francisca Sandoval era una de esas personas y hoy ha muerto.

Durante los 12 de días de agónica desesperanza, de protestas afuera del hospital donde se encontraba y de las burlas del poder judicial, no solo ha partido Francisca, sino también Yesenia Mollinedo y Johana Garcia en Veracruz, México y Shireen Abu Akleh, en Palestina. Todas mujeres, todas periodistas. Está demás preguntarse qué tienen los estados, los gobiernos de turno, sus fuerzas represivas, sus sicarios o las mafias que causan o amparan en contra de las mujeres; por las múltiples formas de opresión que experimentamos e incluso el gran número de mujeres asesinadas, sabemos que todo es en contra de la verdad; la inminente prueba de que mienten, en el caso de Francisca Sandoval, queremos saber en cómo y en qué.

Los medios independientes en Chile, han sido históricamente los responsables de informar lo que se oculta desde las cúpulas de la elite política, de las operaciones de inteligencia o de las monstruosidades de la dictadura militar. Durante la década de los 70’s y 80’s varios medios independientes fueron los que lograron denunciar las violaciones a los derechos humanos, ya que después de desbaratar los medios existentes antes del golpe de estado, deteniendo, exiliado y asesinando a sus miembros, los medios restantes estaban siendo constantemente manipulados y controlados por el gobierno. Como da cuenta el sitio de Memoria Chilena, después de ser desarticulados los medios de comunicación existentes APSI, Hoy y Análisis fueron los que tomaron el riesgo de difundir material de oposición. Arriesgando desde ese entonces su integridad y la de sus familias. Si esos medios no hubieran existido es probable que los organismos internacionales hubieran demorado más en sumar evidencias para interceder a favor del pueblo chileno, ya que los organismos de derechos humanos eran constantemente violentados.

Durante el estallido social chileno en el  año 2019, los medios de información independientes y populares también cumplieron una labor imprescindible para denunciar al estado y al gobierno de Sebastián Piñera, fotografiando escenas de violencia en contra de miles de personas con gas pimienta, lacrimógenas, agua con químicos, palos, golpes y balines de goma. Durante esos días, informa La Red que muchos periodistas, fotógrafos y reporteros fueron agredidos directamente, como es el caso de Sergio Concha Piña en la quinta región o el caso de Marcelo Grary en Santiago, quien habiendo mostrado su cámara fotográfica e indicado que era prensa recibió disparos a poca distancia de perdigones, incluso en sus manos.

Señal 3 de La Victoria, era el lugar de trabajo de Francisca Sandoval, para el que estaba reporteando el dia en que fue asesinada, este canal está ubicado en un emblemático barrio de Santiago, uno de los barrios que han sabido desafiar a la autoridad y al Estado que los ha marginado, para crear espacios autónomos de creación, educación e información como lo es este mismo canal, que desde 1997 se instala hasta convertirse en la primera televisión comunitaria del país.  Según las propias palabras del canal, este espacio independiente y autogestionado nace de la necesidad de “socializar información censurada e irrelevante para los medios de concentración en manos de los poderes económicos de Chile”.Desde este aqui  no solo lamentan el asesinato de su compañera de labores, pero tambien se comprometen a buscar la verdad y la justicia en su caso.

El dia del asesinato de Francisca varias personas fueron heridas. De los casos que fueron reportados 3 de los 4 pertenecían a un medio de comunicación. Días después otra reportera fue atropellada por un carro de las fuerzas especiales de carabineros y a pesar del llamado de auxilio de los que ahí se encontraban, reportando que estaba inconsciente, los policías no trataron de darle asistencia médica y en este estado la trasladaron a su carro de detenidos. Varios particulares  hicieron públicos los videos de este hecho a través de sus redes sociales.  Es imposible no pensar que detrás de estos ataques hay una sistemática persecución de quienes reportan lo que ocurre durante las manifestaciones.

Sabemos que en otros países Latinoamericanos como es el caso de México, los periodistas corren peligro constante de vida. En este país 11 periodistas han sido asesinados durante lo que va del año 2022. Esta semana dos nuevos asesinatos estremecieron al mundo, cuando la directora de El Veraz, Yesenia Mollinedo, y la camarógrafa Johana García fueron acribilladas en Cosoleacaque. Con ellas, son 11 las muertes violentas de reporteros en lo que va del año, muertes que se apartan solo 4 dias del asesinato del reportero Luis Enrique Ramírez (El Pais). Aunque en Chile no se reportan esa cantidad de asesinatos y más bien, este es el primero  que se reconoce como tal después de la muerte del periodista Jose Carrasco en 1986 (BioBio Chile), por el incremento de los ataques es imprescindible resguardar a este gremio.

Desde el recientemente estrenado gobierno de Gabriel Boric lamentaron los hechos y prometieron no permitirse la impunidad, lo que no suena como una garantía en lo absoluto, siendo que durante su campaña presidencial, él mismo prometió la disolución del cuerpo de Carabineros de Chile, para luego de asumir la presidencia habló de apoyo absoluto a esta fuerza estatal y designó junto con su ministra del interior presupuesto para robustecer la dotación de equipos que  usan en contextos represivos. También después de la jornada de disparos de civiles durante la manifestación del primero de mayo en el que Francisca Sandoval recibió un disparo en el rostro, se refirió a la violencia en general y no a la violencia policial o su inacción. Los medios de comunicación oficial difundieron esta mirada, así como dieron espacio a quienes dispararon de explicar lo que defendían al hacerlo.

En el lugar donde ocurrieron los hechos el 25 de marzo, civiles ya habían golpeado brutalmente a un estudiante secundario, menor de edad, dejándolo en riesgo vital sin que la policía hiciera algo al respecto. La Capucha Informativa el 1 de mayo compartió múltiples fotografías donde los hombres armados se acercaban a carabineros que no procedieron a detenerlos y que según testigos, les abrieron el paso en el día de los disparos. Carabineros durante ese día no sólo no actuó en contra de los responsables del asesinato de Francisca, sino que más bien continuó atacando a los brigadistas de salud con gas lacrimógeno, mientras levantando sus manos les avisaban que Francisca Sandoval estaba siendo atendida por médicos voluntarios mientras se esperaba la ambulancia que la trasladó a la Posta Central donde fue intervenida y murió 12 días después.

Se hace difícil después de ver las fotografías no pensar que la policía Chilena está coludida con los miembros de las bandas que ejecutaron los disparos. En múltiples instancias se ha visto como infiltrados de carabineros son partícipes de manifestaciones u otras instancias similares. El viernes pasado durante nuevas jornadas de protesta afuera del hospital donde se encontraba Francisca, aparecieron civiles a denunciar a los manifestantes y a ayudar a que se hicieran posibles sus detenciones. Después de que la Policía de Investigaciones de Chile detuviera a los responsables de los disparos contra Francisca Sandoval y otras personas,  el Sexto Juzgado de Garantía de Santiago decretó en primera instancia el arresto domiciliario en contra de los dos imputados (Publimetro), lo cual también hace difícil no pensar que el Estado chileno avala esta violencia contra las personas y  los trabajadores de medios de comunicación, siendo que queda demostrado que la represión, la inacción y la impunidad forman parte de sus estructuras. Solo cabe preguntarse qué ocultan o pretenden encubrir, pero sin medios alternativos de comunicación y trabajadores como Francisca Sandoval, nunca lo sabremos.