La nueva Subsecretaria de Bienes Nacionales

Ya quedan pocos días para el esperado cambio de mando, y el gabinete propuesto por Gabriel Boric ya está conformado y listo para asumir este importante desafío, históricamente paritario, por cierto. Dentro de él, asume Marilén Cabrera Olmos como Subsecretaria de Bienes Nacionales, una mujer humanista y feminista que llega a la institucionalidad.

“¡Subse! ¡Subse! ¡Subse!”, se escuchaba en cuanto ella ingresaba a un reconocido bar en Plaza Ñuñoa. Sus amigos y compañeros humanistas la estaban esperando.

Marilen es humanista, feminista, profesora de matemáticas y computación. Sus inicios políticos parten en su casa de estudios en la Universidad de Santiago, como dirigente estudiantil en el Centro de Alumnos de la Facultad de Ciencias.

También fue secretaria general y presidenta del Partido Humanista desde el 2002 en adelante. Durante su trayectoria política fue elegida concejala en la comuna de La Florida. Hoy, tiene un rol activo como vocera de Acción Humanista, movimiento que es parte de la coalición de gobierno, Apruebo Dignidad.

“Shhh… ¡Silencio!, ¡silencio, chiques!”, comentó avergonzada, mientras saludaba afectuosamente a sus amigues de Acción Humanista, quienes la estaban esperando para poder comenzar con la celebración preparadara especialmente para ella. Cabe destacar, que el primer acercamiento que tuvo Marilén con el actual presidente Boric fue el año 2013 en el momento que él levantaba su candidatura en Magallanes. Durante ese tiempo, aún existía el sistema binominal, lo que hacía muy difícil que por fuera saliera electo si no era parte del duopolio – ex concertación y la derecha. Él se comunicó con Marilén para pedirle que el Partido Humanista se omitiera en Magallanes. Marilén en ese entonces, con su equipo de esos años, comenzaron a trabajar el tema de la omisión. El PH no estaba muy disponible, porque su candidato presidencial era Marcel Claude. Candidato que no era apoyado por Gabriel Boric; Marilén dio la discusión al interior del PH hasta que lograron la omisión del partido; hecho que ayudó a que Gabriel Boric ganara un escaño por Magallanes como independiente.

¿Cómo recibiste la noticia de tu nombramiento?

Con mucha tranquilidad, calma y responsabilidad. Además, me siento muy acompañada por la gente. Una de las cosas más lindas ha sido el cariño recibido y el entusiasmo de la gente. Eso emociona. Pero además es un compromiso, porque las personas esperan mucho de este gobierno, y si somos parte de él, seremos responsable de la respuesta que esperan. Es muy importante que el humanismo tenga participación en el gobierno, porque hemos sido parte de la formación de Apruebo Dignidad pero, fundamentalmente, porque podemos aportar una mirada distinta. Desde nuestra experiencia de tantos años buscando convergencias, creemos que las grandes transformaciones no las vamos a hacer cada uno por separado. Es el trabajo conjunto y mirando de frente a la gente, lo que nos puede permitir no defraudar tantas esperanzas puestas en este proyecto. La expectativa es muy grande y no podemos permitir que se frustre. Tenemos que trabajar para ver cómo llevamos hacia adelante las transformaciones reflejadas en el programa de Apruebo Dignidad. Que la gente sienta que este gobierno es distinto y no más de lo mismo.

Como humanista, Marilén ha desempeñado un trabajo de formación y desarrollo personal con las nuevas generaciones y con el frente feminista, lo que ha permitido una gran integración de jóvenes y mujeres quienes ven en ella un gran referente como persona y como mujer en política.

¿Hubo alguna anécdota respecto al nombramiento?

Sí. El presidente me llama por teléfono y, en ese momento, yo estaba comprándome un café. Tenía el teléfono en una mano, en la otra el café, estaba pagando. Me sentía maneada, tratando de contestar una llamada desconocida. Entonces, escucho una voz que dice “Aló, ¿Marilén Cabrera?”. Y creo reconocer la voz y respondí “sí, ¿presidente?”. Y el Presidente me dice sorprendido “¡Primera vez que me reconocen la voz!”. Nos reímos y conversamos sobre la invitación a este gran y transformador desafío.

Enero de 2020. Las agitaciones feministas se sentían, de cara a lo que sería el 8M de un verano muy caluroso. Al mismo tiempo, Marilén, junto al equipo de la diputación de Tomás Hirsch, han trabajado con las mujeres pobladoras de comités de vivienda del distrito 11. Este esfuerzo la llevó a establecer lazos potentes, con mucha acción en terreno en cuanto a la visibilización de las mujeres en torno al derecho a una vivienda digna. Experiencia que sin duda la marcará en esta nueva función pública que le toca encabezar.

¿Cuál es tu visión del cargo dentro de los cuatro años?

El Ministerio resguarda los Bienes Nacionales, tal como lo dice su nombre. Hoy existe una problemática que se enmarca en un déficit de 600 mil viviendas, donde generalmente no hay terrenos para su construcción porque el mercado especulativo de las inmobiliarias ha encarecido los terrenos de una manera inalcanzable. Creemos que hay que ver la forma de recuperar los terrenos fiscales. Y desde ahí, poder hacer un trabajo en conjunto con el Ministerio de Vivienda, para ponerlos a disposición para la construcción de casas. Es un tema demasiado importante al que queremos dar mucho énfasis, sobre todo porque el gobierno firmó un compromiso con los comités y movimientos de la vivienda de todo el país. Es un mandato que nos han entregado y debemos llevar adelante.

Tampoco queremos dejar fuera la problemática de ver cómo los privados se han adueñado de las playas, los lagos, ríos y lagunas que son Bienes Nacionales. Ellos tienen la obligación de dejar un espacio de tránsito libre. Lo que hasta ahora no se cumple, porque se han apropiado indebidamente de distintos lugares de atracción en nuestro país. Desde nuestro rol en el ministerio, debemos democratizar estos bienes, para que estén al servicio de todos y no de unos pocos.

También regularizar los títulos de dominio de miles de personas que llevan años en este trámite. Muchos casos corresponden a mujeres vulnerables y como a la cabeza del ministerio estaremos dos mujeres: Javiera Toro como Ministra y yo como Subsecretaria, pondremos especial énfasis en resolver estas situaciones. Queremos poner nuestra impronta, para no dejar de lado esas luchas que las mujeres han dado por tantos años y que muchas veces han sido invisibilizadas, sobre todo con el derecho a la vivienda, concebido como Derecho Humano. Nuestras acciones tienen que ir en respuesta a esa gran deuda, para ir resolviendo y ayudando.

De ese trabajo en el distrito 11 convergen imágenes muy potentes para Marilen. Haber participado en diversas actividades, marchas, ollas comunes y retiros en el que compartió con cientos de mujeres sentires, luchas, y sobre todo esperanza. Todas estas potentes imágenes, que le han dejado estos encuentros, las quiere plasmar en su rol como feminista a cargo de esta Subsecretaría.

Ya conocemos que el gobierno será paritario, desde tu punto de vista ¿Cómo ves esta señal?

Hay un antes y un después. Hubo algunos intentos que no se pueden desconocer, por ejemplo, el gobierno de Michelle Bachelet intentó establecer un gobierno paritario. Pero rápidamente fue presionada y eso quedó en el olvido. Sin embargo, el trabajo que hemos hecho las mujeres nos ha permitido avanzar de manera impresionante. Lograr que la Convención sea paritaria fue un gran paso del que no se va a dar marcha atrás y en el futuro gobierno de Gabriel Boric se seguirá avanzando, ya vemos que el gabinete no solo es paritario, sino que la mayoría son mujeres, lo que nos pone una gran responsabilidad pues es nuestra oportunidad para demostrar que las mujeres podemos hacerlo muy bien, y eso significará abrirles camino a las mujeres que vendrán después de nosotros. Es un momento muy bonito el que estamos viviendo. ¿Cuándo nos hubiésemos imaginado tener una Ministra del Interior como Izkia Siches y a una Ministra Vocera de Gobierno como Camila Vallejo? Hace solo 5 años atrás era ¡inimaginable esta situación! – exclama Cabrera. Porque las mujeres, durante décadas, hemos tenido pocos espacios para dar a conocer nuestro trabajo. Sobre todo, por el potencial que tenemos y de lo que somos capaces. El desafío es tremendo y tenemos que llegar a todos los territorios, necesitamos apoyar la Convención y frenar la violencia machista que aún se vive en Chile.

Tienes una vasta trayectoria humanista en la política y en el feminismo, partiste en la universidad de Santiago como dirigente, fuiste presidenta de un partido, concejala, hoy vocera de Acción Humanista. ¿Qué aprendizajes podrías rescatar de estas experiencias y que te sirvan de guía para desempeñarte como subsecretaria?

En la universidad me crucé con el humanismo y ahí encontré mi lugar. Me reconocí en el humanismo, encontré gente con la cual coincidía en los valores y en el trato humano, como si nos hubiésemos conocido hace mucho tiempo. Compartíamos los mismos sueños y utopías. Teníamos una inspiración común. Aquella frase de Silo: “Ama la realidad que construyes y ni aun la muerte detendrá tu vuelo”, me estremeció y me impulsa hasta el día de hoy. El humanismo tiene que ver con la paridad humana y la no discriminación. Por eso, como humanistas, hablamos de la Nación Humana Universal, diversa, multicolor y con pleno respeto a las minorías y sin ningún tipo violencias. Imagen que me ha movido toda mi vida y ahora tendremos el desafío de llevar a la práctica políticas públicas que nos permitan ayudar a superar el dolor y el sufrimiento en miles de personas.

En el living de su casa se aprecia un gran cuadro de marco café, que adorna el comedor y que contiene un inspirador relato para la “Ñusta del desierto”. Al preguntarle por el origen del relato, comentó que se lo regaló Efren Osorio, quien ha sido su compañero de vida por casi 20 años. El relato comienza así: “Negra bella y hermosa, querida compañera miro tus ojos oscuros y me acerco a la historia. Veo rostros morenos, salados y telúricos de volcanes humeantes, sagrados y ardientes. Negra Bella y Hermosa, amada compañera escucho tu voz metálica y proyecto el pasado. Ñustas y Cholas son gotas de tu misma vertiente, cuyo destino no es otro que florecer el desierto”.

Marilen, provienes de descendencia quechua. ¿Nos podrías contar sobre tu historia familiar y desde dónde te inspiraste para lograr tus sueños, objetivos y metas?

Desde chica me siento más latinoamericana que chilena (ríe), porque siento que soy ciudadana del altiplano. Si vas al altiplano, tú te das cuenta que cualquier habitante puede ser boliviano, peruano o chileno, incluso argentino. Somos muy similares, solo nos distingue una artificial frontera que tiene apenas cien años de antigüedad, lo que es nada con la antigüedad de las culturas andinas. Somos todos parte de un mismo pueblo y cuando se vive en comunidad, hay otros valores como la colaboración en lugar de la competencia, por ejemplo, o el “Ama sua, Ama Llulla y Ama Quella”, No robar, no mentir y no ser flojo es una cosmovisión muy distinta a la que tú encuentras en las ciudades. Para mí eso es tremendamente importante, ya que nunca debo olvidar de dónde vengo, sobre todo por sentirme totalmente conectada con la tierra, con la pachamama.

Mis ancestros y ancestras fueron personas muy sabias. Tal vez sin educación formal. Mi abuela apenas sabía leer, pero ella era una mujer sabia igual que mi madre. Mi otra abuela por el lado paterno, era cochabambina, proveniente de Bolivia, muy jugada por sus hijos y por su familia. Mi papá era un verdadero inca pues siempre enseñaba todo lo que sabía, para compartirlo con otros, con su familia y amigos. Toda esa energía la siento permanentemente, y desde ahí es que voy avanzando en la vida. Todos esos paisajes, escuchar el silencio del silencio, el silbido del viento entre los cerros era como escuchar una gran quena o una zampoña gigante, sentir que todo se expande; que los espacios son infinitos y que tú eres parte de ese infinito, todo esto me lleva hoy a conectar con mi motor más interno, con una espiritualidad que me ha acompañado toda la vida.

Si tuvieras que felicitarte por algo, ¿por qué sería?

Por ser mujer, por ser humanista y por no haber comprado lo que el sistema me quiso imponer y que no era para mí.

 

Daniela Ríos Zúñiga

Periodista y Relacionadora Pública

Coordinadora Nacional del frente feminista Acción Humanista