por Juan Espinosa, marzo 2022

Desgraciadamente así es, estamos otra vez en guerra en Europa. ¡Qué cultura la nuestra que no sabe resolver sus conflictos de forma pacífica! ¡Qué historial de guerras tan terrible arrastramos en nuestra cultura! 

Ante este estallido violento he leído diferentes análisis, pero no estoy satisfecho con ninguno. En estos análisis se olvida la historia de milenios en donde la guerra fue un elemento central en la construcción de nuestra cultura. La tendencia a resolver las tensiones a través de la guerra es una constante entre nosotros. Algunos de estos análisis se olvidan incluso de las historia reciente. Dicen que las poblaciones europeas están dormidas y manipuladas por el gran mal que es la OTAN y USA con sus medios de comunicación todopoderosos. Sorprendente afirmación que se desmiente solo recordando los acontecimientos de hace pocos años. 

Estos medios de comunicación y estas mentiras de USA son los mismos que no consiguieron que las poblaciones europeas apoyasen la guerra con IRAK lanzada por USA, Gran Bretaña y España. Más aun, la reacción social en muchos países europeos contra esa guerra fue muy fuerte. En algunos lugares, en España, fue tan fuerte como para cambiar el gobierno en las siguientes elecciones. Y eso con todos los medios de comunicación oficiales apoyando la intervención militar. Nosotros nos manifestamos muy fuertemente contra la guerra de Irak participando en ese gran reclamo social que balanceó las elecciones del 2004. El gobierno entrante de Zapatero retiró inmediatamente las tropas españolas de Irak como había prometido. 

¿Entonces la gente estaba despierta y ahora está dormida? ¿Nos estamos atontando?

No creo en los todopoderosos medios de comunicación ni concibo a la gente como un rebaño fácil de conducir. ¿Por qué la gente va a ser tan fácilmente manipulable mientras yo me creo que no lo soy?  Esta soberbia intelectual de algunos que se diferencian y se distancian de la gente me parece sospechosa. Me parece que en esta situación algunos posicionamientos y análisis son previos a los hechos. La pregunta sería, si la gente se manifestó fuertemente contra la guerra de Irak, ¿por qué no se manifiesta ahora?

La gente no se manifiesta ahora porque si se manifestara en Rusia serían presos sin cargos y sin saber por cuantos meses estarían encarcelados. La gente no se manifiesta ahora porque reconoce un derecho fundamental que es el derecho a la legítima defensa. La gente no se manifiesta ahora porque reconoce absurdo el reclamo ruso de un espacio de seguridad. Este derecho no lo tiene ningún país, ni ninguna persona. ¿Por qué habría que concederle a Rusia ese derecho? ¿Acaso este derecho al espacio de seguridad es superior al derecho de independencia de Ucrania? Que algunos países – por la vía de la amenaza, la agresión o la compra de voluntades- tengan un espacio de seguridad no avala nada respecto del derecho de Rusia.  A no ser que cedamos y concedamos que el mundo debe ser gobernado por dos gigantescos imperios manipuladores y violentos que imponen sus super-derechos aplastando los de los demás. 

¿Por qué se escabulle una verdad tan simple como: la responsabilidad de la agresión es del agresor? 

Todos sabemos que el carácter de los dirigentes es fundamental en estas situaciones. Todos sabemos que si Rusia estuviera gobernada por gentes con otro espíritu –por ejemplo Gorbachov,  Kruschev o Tolstoi- esta guerra no habría sucedido. Muchos, además, suspiramos de alivio al pensar que en Washington no está D. Trump. Quizá si él hubiera ganado las últimas elecciones la escalada bélica sería terrible.

Pero aún la escalada bélica puede ser terrible si salimos de nuestra visión ingenua. Dado el carácter metálico de Putin el conflicto puede escalar, incluso llegar al lanzamiento de misiles nucleares. Pero también otro escenario se podría presentar si atendemos a la fractura social en Rusia, similar a la que se ha producido en USA y que se mostró con toda su crudeza con el asalto al Capitolio. Esa fractura social quizá esté reflejándose también en el ejército ruso. Esto podría derivar en golpes de estado, atentados o incluso conatos de guerra civil. Este panorama no es extraño a la historia de Rusia, como no lo es a la historia de otros países europeos.  

Estamos en un mundo donde impera la  lógica de la violencia y de la hipocresía.  Pero muchos de  nosotros aspiramos a otra lógica, a otra atmósfera en las relaciones y a otros valores. Nosotros aspiramos a ser coherentes en lo personal y en lo social con el activismo de la no-violencia. Pero la no-violencia no está instalada en los gobiernos ni en las poblaciones y no podemos pedir ingenuamente un comportamiento de no-violencia en el mundo actual. Por otra parte, no puedo analizar desde fuera porque yo mismo soy parte del problema al no haber superado la violencia que hay en mí.

Respecto de la no-violencia muy pocos seres humanos nos sirven como referencia: Tolstoi, Gandhi, Luther King, Silo. Ellos son referencia de un comportamiento de altura moral y de coherencia. Aspiramos a que sean más escuchados y reflexionados porque ellos nos hablan de la raíz de la violencia y de la guerra. Esta raíz está en el sin sentido de la vida, en las contradicciones de nuestra vida, en las contradicciones del sistema social. Todo ello muestra una visión materialista de la vida. 

Para comprender a Tolstoi, a Gandhi, a Luther King y a Silo es necesario reconocer que tienen una fuerte búsqueda espiritual, un contacto con la fuente de lo espiritual en la profundidad de su conciencia o de su corazón. De esta fuente brota su coherencia, su dignidad, su lucha, la hermandad que defienden y la no-violencia como método de cambio social. Sin esa fuente espiritual su lucha no tendría Fuerza ni Verdad, así, con mayúsculas.