El poder simbólico se puede conceptualizar como un “poder casi mágico” que permite obtener el equivalente que se obtiene por la fuerza (física o económica), gracias al efecto específico de la movilización. Ello lo dice el sociólogo francés Pierre Burdieu. O sea, no necesito perpetrar un ataque xenófobo, por ejemplo. Pero puedo demostrar indirectamente mi xenofobia y, en consecuencia, contribuir a fomentar este tipo de prejuicio. Más aun si “soy” un medio de comunicación. Esto sucede a menudo. Y nesta semana el canal argentino de televisión Crônica lo hizo de un modo muy emblemático.

En la mañana del viernes 3 de diciembre se dieron a conocer los primeros detalles sobre la desaparición de Nancy Beatriz Videla, una joven de 31 años que había sido vista por última vez el viernes 26 de noviembre por la tarde. Ella salió de su trabajo, tenía que tomarse dos colectivos y un tren para llegar a su casa en la localidad de Villa Albertina, partido de Lomas de Zamora, pero nunca llegó.

El cuerpo de Nancy fue encontrado en un domicilio de Ingeniero Budge. Los primeros peritajes confirmaron su identidad y los resultados preliminares de la autopsia permitieron establecer la causa de su muerte. Por el hecho fue detenido un hombre identificado como Damián Lezcano Mendoza.

En casi todos los medios de comunicación, la nacionalidad del sospechoso de la muerte de Nacy Videla careció de importancia. La mayoría de los medios se centraron en divulgar los detalles del hallazgo del cuerpo. Pero Crónica TV insistió en destacar la nacionalidad del sospechoso, no una vez, pero muchísimas.

A través de frases como «Habla outra vecina del [nacionalidad] asesino”; “El [nacionalidad prestamista sospechoso”; “Nancy vivía a 10 cuadras del [nacionalidad]”; “El [nacionalidad] tiene antecedentes por homicidio”; “El [nacionalidad] compró materiales para la construcción el mismo día que desapareció Nancy”; “¿El [nacionalidad] quiso violar a Nancy?; “¿Qué la unía al [nacionalidad] prestamista?”, el canal de televisión destacó la nacionalidad del presunto asesino de Nancy, de manera espectacular, ya que las referidas frases fueron intercaladas con la palabra “horror”, siguiendo una de sus principales caracteristicas: usar placas (rojas o negras) con letras blancas gigantes ocupando toda la pantalla .

Los medios de comunicación juegan un papel muy importante en el control del flujo de eventos, y esto refuerza su papel como productores de poder simbólico. Pierre Bourdieu advierte sobre la importancia de la fe, de la credibilidad de las palabras, cuando enfatiza que «lo que hace el poder de las palabras y las consignas mantener o subvertir el orden, es la creencia en la legitimidad de las palabras y quién las pronuncia”. Para él, el poder simbólico solo se ejerce si es reconocido, es decir, ignorado como arbitrario.

En este sentido, al resaltar la nacionalidad de una persona sospechosa de haber cometido un crimen brutal, un medio de comunicación que tiene un alcance considerable en los sectores más populares de una sociedad, estará contribuyendo de manera muy significativa para consolidar o “encender la llama” de la xenofobia, principalmente en un pais como Argentina, donde se presentan habituales manifestaciones xenófobas por parte de algunos sectores de la derecha, siguiendo el mismo camino de otras sociedades alrededor del mundo desde el avance del neoliberalismo.

Este tipo de actuación pone de relieve la necesidad de una legislación que imponga ciertos límites al desempeño de las empresas de medios, especialmente en lo que respecta a los intereses colectivos. Es inaceptable que se toleren actitudes como la puesta en práctica por Crónica TV. Y aquí no se apela a la censura, sino al sentido común, al respeto por las diferencias, para que no sea permitido que actitudes irresponsables colaboren con la intensificación de la violencia. Simbólica o no.

La actitud de Crónica TV me horrorizó y me recordó los años que pasé en España, cuando hacía mi doctorado. En aquel entonces veía a los canales de televisión enfatizar la nacionalidad cuando un delito era cometido por personas de otros países, reforzando el sentimiento de rechazo que ciertos sectores de aquella sociedad alimentaban hacia los migrantes, especialmente los de países africanos y latinoamericanos.

Es por esta y otras razones que necesitamos exigir que nuestros países implementen reglas bien establecidas para la conducta de los medios de comunicación. Y hacerlas cumplir. Nuestras sociedades ya están llenas de violencia y no necesitan el apoyo de los medios en este sentido.