Por Sonja Ryst

Cuando Pía Figueroa Edwards tenía quince años, empezó a estudiar la obra del escritor argentino Mario Rodríguez Cobos, también conocido como «Silo». Su filosofía, que explora cómo acabar con el sufrimiento humano y alcanzar la autotransformación, recurre a la mitología comparada como medio para comprender mejor las propias creencias. Figueroa tomó notas escritas a mano y se convirtió en discípula de Silo durante el resto de su vida.

En 2009 co-fundó Pressenza en Milán, que difunde noticias en nueve idiomas sobre la paz y los derechos humanos. Cuatro años más tarde, Figueroa publicó Silo, el maestro de nuestro tiempo, en el que comparte anécdotas sobre sus propias experiencias «para quienes no saben lo que era estar a su lado», cómo era él o de qué hablaba en diferentes situaciones, según su libro.

Este otoño Pressenza anunció la publicación de su libro más reciente, Periodismo no violento: Un enfoque humanizador de la comunicación, que fue elaborado por un equipo de cinco personas de la agencia (los autores Figueroa, Javier Tolcachier, Juana Pérez, Nelsy Lizarazo, Tony Robinson y el editor José Gabriel Feres). Figuerora habla del libro, así como de las ideas de Silo y la mitología que guían su trabajo, en la siguiente entrevista realizada por Writingmythology.com. La información fue editada para mayor claridad.

¿De qué trata «Periodismo no violento: Un enfoque humanizador de la comunicación«?

Los medios de comunicación están produciendo y aumentando la violencia -racismo, discriminación, machismo, muchas otras formas- por la manera en que tratan la información. Intento que los periodistas cambien su forma de filtrar los hechos. Tienen que mostrar lo que reconcilia, lo que incluye, lo que no discrimina y lo que contribuye a la paz.

¿Puedes dar un ejemplo?

Por ejemplo, ahora estamos cubriendo la conmemoración del despertar social chileno el 18 de octubre (el día en que en 2019 más de un millón de personas protestaron en Santiago contra la desigualdad, la corrupción sistémica y las condiciones económicas del país). Nuestra agencia lo llama «despertar social», pero otros lo describen como «estallido social». Un estallido ocurre cuando hay una bomba, e incluso cuando no hay una bomba que explote, la palabra «estallido» produce mucho más miedo que la palabra»despertar». Mientras tanto, la palabra «social» es un adjetivo que, cuando se une a la palabra «despertar», te da la clara sensación de que el pueblo chileno despertó a otra situación en la que busca justicia, en la que quiere una nueva constitución, y en la que quiere recorrer un camino hacia un proceso de reconciliación social diferente. Las dos pequeñas palabras con las que defines un hecho pueden cambiarlo todo: la percepción del hecho en sí es muy importante.

¿Cómo influye tu forma de entender la mitología y el siloismo en tu trabajo en Pressenza?

La mitología influye en la visión del mundo y en la interpretación de los hechos, de la manera que acabo de describir. Creemos cosas que pueden cambiar con los tiempos – por ejemplo, la gente solía creer que la tierra era plana, pero ahora esa idea nos hace reír. Aunque estas creencias cambian, pueden durar mucho tiempo y construyen realidades que nos movilizan y que a menudo son muy, muy ilusorias. El periodismo, que sucede día a día y tiene un ritmo cotidiano, trata de mostrar esa realidad filtrada por esas creencias colectivas: ¿Dónde vamos? ¿Qué estamos haciendo? ¿Cómo vamos a salir de este momento particular de COVID y del deterioro del sistema en el que vivimos? De este modo, la visión siloísta puede influir en el periodismo.

¿Cómo influye el siloísmo en su reciente libro sobre el periodismo no violento?

El siloísmo tiene una doctrina de no violencia. La no violencia como estilo de vida es algo muy difícil, que no es sencillo porque vivimos en un sistema lleno de violencia, no sólo física, sino también, por ejemplo, económica, racial, obviamente de género y étnica. Ser noviolento implica un desarrollo personal muy grande, incorporar y superar la violencia en uno mismo, así como reconciliar en uno mismo la violencia que lleva dentro. La noviolencia significa modificar nuestros comportamientos e intentar, al menos, tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Estos son algunos de los temas centrales que Silo desarrolló en su obra con gran profundidad. Sus ideas pueden aplicarse a muchos ámbitos.

¿Puedes explicar un poco las ideas de Silo sobre la mitología y su libro Mitos Raíces Universales?

En este libro, Silo presenta los mitos de 10 culturas diferentes: la sumeria-acadia, la asirio-babilónica, la egipcia, la hebrea, la china, la india, la persa, la grecorromana, la nórdica y la americana. No interpreta los mitos, sino que los presenta como una forma de adentrarse en la comprensión de las creencias que determinan cómo vivimos y que nos definen como seres humanos. Son mitos raíces que han logrado pasar de una cultura a otra: los universales en los que aparecen dioses y héroes, y en los que los seres humanos hacen cosas en nombre de los dioses. Los relatos no son laicos, pero tampoco son religiosos; son mitos y así pueden ayudarnos a entender nuestras suposiciones. El lector puede observar desde estas creencias cómo aparecía el mundo a través de la lente de estos mitos, que revelaban valores que operaban entonces y todavía lo hacen de algún modo. Así, los mitos fundamentales nos ayudan a entender el proceso del ser humano.

A nivel individual, yo tengo ciertas creencias, tú puedes tener otras creencias, y como señalamos antes, filtramos nuestras realidades a través de estas creencias, pero son imágenes tan grandes y fuertes que orientan nuestro comportamiento. Los mitos orientan el comportamiento de manera similar, pero operando sobre colectividades enteras en lugar de a nivel individual. Los mitos motivan a las sociedades a emprender batallas o construir conocimiento, por ejemplo; las personas que se sienten excluidas buscan un conocimiento que les ayude a comprender. En otro ejemplo, las personas que ocupaban territorios soñaban con el paraíso físico, por lo que iniciaron sus colonias y la agricultura para organizar sus comunidades de la mejor manera, para poder realizar este sueño.

Los nómadas, en cambio, tenían un mito que me gusta mucho,conocido como Popol Vuh. Es el mito más antiguo de América y cuenta cómo los hacedores -porque no se llamaban dioses, sino «hacedores»- intentaron formar el mundo. Los hacedores querían formar seres humanos, así que tomaron arcilla y le moldearon una cabecita y unos brazos, pero luego la figura se rompió y ya no funcionó. Entonces los formadores pensaron «¿Qué hacemos ahora?», y buscaron madera. Decidieron hacer hombres de palos, pero éstos resultaron ser demasiado rígidos y duros; estas figuras no tenían carne, ni calor, y además se derrumbaban. Así que los artífices cogieron finalmente maíz y con la harina de éste consiguieron hacer seres humanos regordetes, felices y perfumados que pudieran desarrollarse y evolucionar.

¿Por qué te gusta este mito?

Me gusta este mito porque refleja lo que sabemos sobre cómo se formó América. La gente llegó a América desde Asia a través de los glaciares del norte y vagó por la costa del Pacífico buscando territorios donde asentarse. Esto sucedió de una generación a otra, durante muchas generaciones, y aun así no pudieron encontrar un lugar donde pudieran ser felices, regordetes y fragantes. Se fueron más al sur, donde encontraron bosques, y finalmente llegaron a las costas de Centroamérica, donde encontraron maíz. Aunque estas personas perdieron la memoria de dónde venían y cuánto habían caminado al pasar del barro a la madera y al maíz, los mitos guardaron algo de la memoria ancestral sobre esto que estaba en su ADN.

También me gusta esta historia porque tiene un mensaje de esperanza: los formadores empezaron mal, pero siguieron intentándolo y finalmente encontraron una solución mejor.

Empiezan con algo, y no es perfecto, pero luego está bien. Este tema de la historia de la gente que viaja y busca algo es muy interesante. Estos mitos fundamentales nos muestran la trayectoria del desarrollo humano, con sus creencias básicas y sus motivaciones más importantes.

¿Por qué necesitamos saber todo esto ahora?

Silo escribió este libro porque afirmaba que las creencias modernas han cambiado tan rápido que ya no sabemos hacia dónde vamos ni por qué. Yo diría que ahora mismo, con el COVID, tenemos una crisis. António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, dice que este es un momento decisivo que afectará a todos los ámbitos del quehacer humano. La visión del mundo que tenemos de la economía, de la política, de las instituciones, del medio ambiente, del consumismo y del individualismo está hoy en entredicho. Es muy interesante ver en qué creencias se basaron otras culturas en el pasado en momentos de crisis como éste.

¿Cuáles son algunos ejemplos de mitos modernos que tenemos?

Silo describe el mito del dinero con mucho humor. Explica que todas las culturas se centran ahora en el dinero y que, en realidad, es el valor central de la sociedad actual en todas partes: en China, en Europa y en EE.UU. Dice que se trata de un mito muy antiguo, la búsqueda del oro. Ya antes, la palabra dinero viene de la diosa «Juno Moneta», en cuyos templos se acuñaba dinero. Pero los romanos se preocupaban más por la diosa, y luego por la fortuna en la vida, que por el dinero. Esto cambió a la búsqueda de oro, y luego a la leyenda de la ciudad sudamericana rica en tesoros, El Dorado, y después la fiebre del oro en California. Poco a poco la idea del oro se mezcló con el bienestar y la salud y todo lo demás. Ahora la gente está dispuesta a renunciar a años de su vida con tal de ganar dinero.

¿Hubo algún momento en tu vida personal en el que la mitología te ayudó a ver con claridad lo que debías hacer?

Más que un momento, hay muchos momentos en los que recordé que la vida es un proceso y que puede llegar a ser mejor. Siempre es un proceso, y hay que probar primero la arcilla, y luego la madera, hasta que finalmente se llega al maíz y se puede oler y disfrutar. La vida es un proceso largo, y si bien los contratiempos y las dificultades y los fracasos en ella son muchos, yo diría que el fracaso existencial es el más fuerte cuando uno no tiene ningún sentido o propósito. Para mí el fracaso requiere que uno se calme, reflexione y busque en su mundo interior. El fracaso abre las puertas a las preguntas más importantes.

El fracaso es el momento en que tienes que aprender y comprender algo nuevo. Una vez que has tenido éxito, ya has terminado y estás al final, pero si has fracasado, entonces todavía estás al principio.

Creo que toda la humanidad con el COVID ha experimentado algo importante. Por primera vez, todo el mundo tiene la clara sensación de que somos una especie común en este planeta, que estamos todos juntos en esto y que nuestro destino depende de lo que ocurra con todos. No se trata de quién recibe la vacuna o quién no; es importante que el virus no continúe en los países de todo el mundo para que lo superemos. Somos una especie interconectada en este planeta. Este es un gran cambio porque antes del COVID, todavía nos sentíamos como países separados. Ahora somos una especie interconectada que está fragmentada; hemos dañado a otras especies de forma irreversible y hemos dañado a la naturaleza, y nos quedan pocos años para poder mantener la situación medioambiental que existe ahora. Nuestra economía ha marginado a millones de millones de personas, al concentrar cada vez más poder en menos manos y hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.

La democracia tampoco funciona porque las medidas que aplicamos durante la pandemia de COVID requerían un tremendo autoritarismo. La democracia está perdiendo la fuerza que tenía y se ha convertido no en una democracia real sino en una de representación que normalmente traiciona a la mayoría en gran parte de los países. La cultura que tenemos tampoco responde adecuadamente, y no hay grandes o nuevas inspiraciones en los movimientos culturales, sino que se refuerza lo mismo con los mismos elementos. No tenemos ideologías religiosas que no sean fanáticas. Estamos en una crisis muy fuerte.

Por otro lado, las mujeres tenemos mucha fuerza y nos mueve casi un mito, el de la igualdad. Estamos buscando una sociedad más equitativa, y luchando por ella, con esa fuerza mítica que tenemos y que viene desde lejos, pero aun así nos encontramos cada día con que nos pagan menos, nos violentan, nos marginan y nos discriminan. Creo que es una situación de fracaso global del modelo social y económico que tenemos, un fracaso total. Hablábamos antes de que el fracaso personal es la puerta más interesante para llegar a entender cosas nuevas y cambiar la forma de vivir. Creo que a nivel global, estamos en el fin de la civilización que nos relatan los mitos, y necesitamos la mitología para seguir avanzando y tener esperanza en otra forma de vivir.

Para mí, es más fácil mantener las cosas a nivel personal. ¿Cómo es posible que una persona cambie todos estos problemas?

Piensa en la generación más joven. Están impulsados por la fuerza de la mitología y diciendo «nos hacemos cargo». Están empezando a asumir el mito del héroe que salva el mundo: mira a Greta Thunberg y a Fridays for Future (el movimiento de huelga climática global liderado por jóvenes que comenzó en agosto de 2018 después de que ella iniciara una en su escuela). Hay una nueva generación que vive con un estilo de vida que no es individualista ni consumista, y que distingue entre necesidades y deseos. Entienden que el deseo trae sufrimiento, y viven con sencillez e incluso se alimentan de forma diferente, son vegetarianos. Creo que esta generación, quizá sin darse cuenta, está dando lugar a una sensibilidad abierta a una nueva mitología.