Bajo la divisa «Comunidades y pueblos resisten, debaten y proponen contra la minería, hidrocarburos y el extractivismo» tuvo lugar el Congreso Nacional de comunidades campesinas afectadas por esta agresiva industria.

Durante las jornadas realizadas entre el 24 y el 26 de septiembre, los y las lideresas que convocaron al Congreso debatieron
y formularon propuestas de leyes que integren la cosmovisión de los pueblos, las demandas de las comunidades y garanticen los derechos de las mujeres.

Los debates giraron en torno a 9 ejes temáticos, contando con el acompañamiento de hermanos y hermanas de Bolivia, Ecuador y Colombia, para aportar desde la experiencia de sus respectivos países.

De forma destacada se releva la participación de la hermana Blanquita Chancosa, dirigente histórica indígena de nacionalidad kichwa-otavalo y una referente regional en la defensa de los derechos de las mujeres, particularmente en Ecuador.

Propuestas priorizadas por las comunidades

– Por un cambio que sea de abajo hacia arriba.
– Formular e implementar una nueva ley de regulación y sanción a la minería, que sea construida con los pueblos que respete el derecho a decidir de nuestras comunidades.
– Apostamos por una nueva constituyente que sea mediante asamblea plurinacional, paritario, soberano, ecológico y diverso.
– Asegurar el buen vivir de las mujeres, nuestros pueblos en armonía con la naturaleza, en donde las nuevas reglas de juego en nuestro país sean gestadas desde las bases con poder popular feminista, seremos las mujeres diversas y los pueblos quienes lideramos estos cambios.
– Exigir derechos que nos permitan garantiza el Allin Kawsay,
palabra quechua de la sabiduría andina que significa «Buen Vivir», vida en armonía con la madre naturaleza, con los demás y con uno mismo. Según esa sabiduría de los pueblos andinos y amazónicos, todo tiene vida y existe una interdependencia entre todos los seres vivos. Es una sabiduría del cuidado, de la crianza de la vida en todas sus dimensiones.
– Desde el congreso de comunidades que resisten el impacto de los hidrocarburos y minerías revalorar la sabiduría del buen vivir como respuesta al aumento de la violencia en el ámbito personal, social y estructural, a la destrucción acelerada del medio ambiental, a los desafíos de la mundialización y de la difícil convivencia entre
pueblos y culturas.

Mujeres en lucha

Como lo expresa Lourdes Contreras quien comenta lo que significa para los colectivos de mujeres el proceso organizado en estos días recientes:

“Para las mujeres diversas originarias, indígenas, campesinas, rurales, jóvenes lesbianas que defendemos el cuerpo, tierra,
territorio y vida, organizarse como pueblos y comunidades campesinas afectadas por la minería e hidrocarburos es gestar poder popular para impulsar los cambios profundos en nuestros territorios, el tejido de la red de la vida que estaremos gestando y
estaríamos concretizando mediante este congreso Nacional de Comunidades Campesinas Afectadas por la minería, hidrocarburos y extractivistas nos encamina hacia el buen vivir de las mujeres,  nuestros pueblos y la naturaleza.

Por otro lado somos conscientes también que como mujeres aún tenemos un gran trecho que caminar para lograr la complementariedad y paridad dentro de nuestras organizaciones, los liderazgos de las mujeres aún están en desventaja frente a
nuestros hermanos, y que las violencias sobre los cuerpos de las mujeres como primer territorio aún no es reconocido, visibilizando incluso por las mismas mujeres.

Pero claro, como dicen nuestras hermanas de la Marcha Mundial de Mujeres Región macro Norte, continuando las historias y sabiduría de nuestras ancestras seguiremos rompiendo las cadenas, y para ello tener espacios autónomos como mujeres para dialogar, reflexionarnos, cuestionarnos y gestar poder popular feminista comunitario desde nuestros diferentes territorios es la base.”