POEMA

 

 

 

La muerte retumba como hueso fracturado

Duele como la sequía de mis llantos

No hablo de ella para no morir

Pero morir convoca a alucinar

y alucinar te lleva a soñar.

 

Pensar mi muerte

Es como subir la montaña

Veo la cima,

pero no distingo las veredas.

Siento los árboles,

pero no alcanzo los frutos

Huelo el pasto verde,

pero no miro las fallas geológicas.

 

Pensar mi muerte

Es pensar en la muerte de mis seres

En la muerte de los que se quedan

En la memoria de quienes me sufren

En la histeria de quienes reorganizan la vida

En la mirada sincera de quienes sienten

En el llanto de quienes fingen

En la apología de vida que se sustituye.

 

La muerte es lo que se anhela

Cuando el alma camina cansada

La muerte al final de todo

Es lo que se desea conocer,

cuando crees que ya no debes nada.

La muerte te llega,

porque tu raíz se ha borrado para dar nuevas vidas. 

 

¿Cuánto miedo he de tener a la muerte?

Si es la que me acompaña de la mano

Es la que en un parpadeo aparece

Es la que me reta a consumir adrenalina

Es la que retumba cuando la tierra trae eco

Es la que se desploma cuando deja caer todas sus nubes

Es la que se asoma entre los disparos

Es la que gozando del viaje me interpela como fantasma

Es el hoy y el mañana.

 

La muerte no es la enemiga de la vida

porque no se sabe,

Sí la vida es la muerte

y la muerte es la vida,

O la muerte es el descanso de la vida

y la vida es la muerte que se busca

Quizás la vida es el mito

y la muerte es un mito hecho realidad.