Una brutalidad semejante, como el delirio xenófobo que avergonzó al país, cuando una turba de desalmados incendió modestas pertenencias de migrantes venezolanos en Iquique, el sábado 25 de septiembre, no podía ser espontánea, así como tampoco podía sino provenir de la ultraderecha.

La agresión ocurrió en la esquina de las avenidas Luis Emilio Recabarren y Las Rosas, donde había algunas carpas con las pocas pertenencias de ciudadanos venezolanos, que poco antes habían sido desalojados de la plaza Brasil.

De una marcha contra la inmigración ilegal, convocada por el filo fascista Partido Republicano, que reunió unas tres mil personas, que voceaban consignas racistas y xenófobas y cantaban de voz en cuello la estrofa de los «valientes soldados» del himno nacional, se desprendió un grupo de valentones, que protegidos por la superioridad numérica, acometieron audazmente contra el enemigo, por más que se tratara de las modestas carpas y pertenencias de un puñado de venezolanos, que tuvieron la dudosa dicha de experimentar la bienvenida de esta tierra de asilo contra la opresión.

La crudeza de la imagen de la pira rodeada de bárbaros ululantes, conmovió a un mundo curtido por las periódicas tragedias de los inmigrantes, lo que no es poco decir.

Podrán argüir que la situación escapó de control, en el contexto de un problema que le quedó como poncho al gobierno -como todo, por lo demás- lo cual es cierto, pero también lo es que el origen último del problema estriba en una ultraderecha a la derecha del gobierno, que utiliza el problema de la inmigración ilegal, complejo y real como el que más, como arma arrojadiza para diferenciarse de aquel.

Es efectivo que la situación de la inmigración ilegal se salió de control, es evidente que la gente que experimenta el problema está molesta y preocupada, y es indudable que la política migratoria del gobierno, aquella que ofrecía de tanto en tanto imágenes dignas de un documental del tercer reich, como la expulsión de extranjeros vestidos con overol blanco, escoltados cada uno por un policía, hacia un avión militar, terminó en un rotundo fracaso.

De esa guisa, la incompetencia del gobierno, que entre otras chambonadas, ordenó el desalojo de los inmigrantes desde una plaza pública, sin disponer de un lugar alternativo donde tenerlos, y el caldo de cultivo a disposición de la derecha fascista, crearon la tormenta perfecta, que se saldó la cobarde agresión a víctimas indefensas, ya agredidas por el estado policial, actuación inscrita en la enciclopedia mundial de la infamia, a la altura de la entrega de Julian Assange a la policía británica en la embajada de Ecuador en Londres, perpetrada por el traidor Lenin Moreno, que a estas alturas, está gozando de una fortuna mal habida.

El gobernador regional de Tarapacá, José Miguel Carvajal, electo por el Frente Amplio, quién se declaró profundamente dolido por la situación, apuntó directamente al gobierno de Piñera:

«Lo sucedido es consecuencia de la omisión y la irresponsabilidad de quien gobierna este país, Sebastián Piñera. Él es el principal responsable de estos hechos que han afectado con mucha preocupación a miles de personas a lo largo del país y también del mundo con esas duras imágenes. Es para nosotros un sentimiento de mucha tristeza. El gobierno no ha hecho nada para enfrentar esta situación migratoria que ha provocado, después de un año, una serie de complejidades para la sociedad y también para los vecinos y vecinas de nuestra región».

Enseguida, fundamenta esa afirmación:

«El gobierno nunca atendió, desde el inicio de esta situación, y hoy día ni siquiera ha sido capaz de implementar una ley de migración que él mismo aprobó en el mes de abril. Claramente, lo que pudimos notar es que este gobierno no fue capaz de prevenir la situación fronteriza, tampoco la perspectiva humanitaria que requiere un problema tan complejo como este flujo migratorio que estamos viviendo. Pero lo más importante es que el gobierno ha sido soberbio y no ha querido trabajar en colaboración ni con sus padres de Perú, ni Bolivia. Tampoco en colaboración con los alcaldes que son los gobiernos comunales, ni con el gobierno regional».

A mayor abundamiento:

«Nunca hemos tenido una convocatoria de parte de este gobierno para poder enfrentar esta tremenda situación en una coordinación mayor. En segundo lugar, como este gobierno no tiene una política ni una estrategia migratorias, hoy no sabemos lo que quiere hacer con los ciudadanos migrantes que tenemos aquí; no tenemos identificado de qué forma va a poder acompañarlos en el mediano y largo plazo; no sabemos cuáles son sus acciones concretas como para ver de qué manera integramos a estos migrantes que fueron invitados a nuestro país y que fueron abandonados luego en este territorio. Recordemos que hemos visto perder la vida de 12 migrantes venezolanos, en la cordillera. Todo esto es tremendamente doloroso y es responsabilidad del gobierno que no lleva ninguna acción y tampoco ha permitido que nosotros podamos hacer el trabajo humanitario, que principalmente es lo que hay que hacer hoy».

Ese es el explosivo sustrato donde escogió medrar la ultraderecha fascista, de José Antonio Kast. Por de pronto, la fiscal Jócelyn Pacheco, que abrió investigación por el delito de incendio y daños, debería revisar el siguiente tweet del propio Kast, con fecha 16 de septiembre.

Tampoco es necesario ir tan atrás para deducir quién está detrás de todo esto: “En Noviembre, hay dos modelos de país en disputa: Boric o Kast.El resultado de cada uno es muy distinto”

Así indicaba un tweet de Kast, el lunes 27 de septiembre.

También está suficientemente individualizado Sebastián Vega, ex candidato a concejal por la UDI, quién en el siguiente video aparece entre los conductores de la marcha, con un megáfono:

Las imágenes suelen ahorrar cientos de palabras.

Naturalmente, de esas “aristas” la gran prensa no habla.

Con toda razón, el usuario de twitter, Hugo Mora, se preguntó:

“La quema de bienes privados está penado por ley. Si el instigador ya está identificado, porque carabineros no actúa?. El grupo Movimiento Social Patriota
es un fiel y activo seguidor del ultranacionalista José Antonio Kasty su discurso de odio xenófobo es en parte culpable”.

Desesperada indefensión

Migrantes venezolanos buscan refugio en la playa, se tras haber sido atacados por una turba en Iquique

En rigor, de lejos el primer problema es la indefensión de esa gente desamparada de la mano de Dios y del asilo en esta tierra, que es cualquier cosa, menos de promisión; luego de haber sido invitada por un presidente embustero, irresponsable y mitómano, y de haber caminado meses por una américa bravía y cerril, para llegar a tan dramático y agónico destino.

No es accesorio recordar que en 2019, en su lamentable viaje a Cúcuta, Piñera ofreció visas exclusivas para que los venezolanos “tuvieran oportunidades en Chile”.

“Lo que nos hicieron, eso no se le hace a un ser humano, porque todos somos seres humanos, todos somos hijos de Dios. Tienen que agarrar a la gente que está haciendo lo malo, no los que están trabajando”, dijo una de las afectadas a radio Bíobío.

¿Qué espera el gobierno que hagan esos desventurados venezolanos, si no los asilan, los desalojan, los persiguen y más encima les queman lo poco que lograron transportar?

Es lo que se pregunta el gobernador Carvajal. Es el minuto en que debe prevalecer la consideración humanitaria, antes de cualquier otra cuestión. Es momento de movilizarse en las calles y las redes sociales por los derechos de los inmigrantes; y de presionar a las autoridades electas, simplemente para exigir el cumplimiento de los pactos internacionales firmados por Chile.

Un grupo de abogados/as de la región de Tarapacá emplazó a las autoridades de la región y del país a fin de que asuman sus responsabilidades y proporcionen albergue mínimo adecuado, a los inmigrantes: .

“Como profesionales del Derecho, no podemos guardar silencio ante esta flagrante vulneración de garantías tan fundamentales como la dignidad humana, integridad física, no discriminación arbitraria, asilo, y otros, que está afectando a estos inmigrantes”, señala la declaración.

Evidentemente, el problema trascendió las fronteras.

Las brutales imágenes dieron la vuelta al mundo, desataron indignación por el grado de xenofobia y violencia y concitaron la condena de la ONU, a través de sus organismos de protección de la infancia y de los migrantes, UNICEF y ACNUR, respectivamente.

“Inadmisible humillación contra migrantes especialmente vulnerables, afectándolos en lo más personal”, escribió en twitter Felipe González Morales, relator especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos de los Migrantes.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó activar el Plan Vuelta a la Patria para el retorno de connacionales en Chile, luego del ataque a los venezolanos, en Iquique.

La información la dio a conocer a través de twitter la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez: «El presidente Nicolás Maduro ordenó activar el Plan Vuelta a la Patria de nuestros hermanos y hermanas”.

Respecto a la xenofobia, aseveró que su gobierno repudia las agresiones contra migrantes venezolanos, y exige a las autoridades nacionales y locales de Chile respeto a la integridad física y psicológica de sus connacionales.

Que triste vuelta de mano al generoso asilo venezolano que encontraron miles de chilenos exiliados por la dictadura.

Sin embargo, los hermanos venezolanos deben comprender que en Chile gobierna la derecha, y que actos deleznables como estos, son precisamente los que perpetra la derecha, cuando los países tienen la pésima memoria de elegir a sus representantes, sean en versión light o ultra.