Mandala de la paz y la no violencia infinitas

 

ESPIRITUALIDAD

 

 

Escrito por: Genevieve Balance-Kupang

Desde la perspectiva de ByakkoShinko Kai (BSK), los mandalas escritos con palabras brillantes y gratitud a la naturaleza son un camino hacia la paz interior y la paz mundial. El mandala es un círculo que tiene un centro, alrededor del cual se colocan palabras brillantes, positivas, importantes y significativas. A medida que se escriben palabras de amor, gratitud, paz, armonía y belleza, el poder de esas palabras se vierte en el papel del mandala, en la tela del mandala o en otros medios en los cuales se encuentre el mandala. Y a medida que se escriben pensamientos y oraciones pacíficos y positivos de forma circular en un trozo de papel con círculos concéntricos, uno se sintoniza con la verdad que se imprime mientras el poder de la intencionalidad es derramado en ella.

Se cree que el proceso de escribir las palabras cura y revitaliza al escritor y al universo. Utilizando bolígrafos de colores en la escritura y diseñando patrones únicos, se crean hermosos mandalas artísticos. Las obras completas de mandalas envían continuamente una energía maravillosa a la humanidad y al universo. Al igual que la creciente confianza de otros «creativos culturales» (Ray & Anderson, 2000), al co-crear con lo Divino en esfuerzos multidiversos y otras formas de arte como el mandala, se fortalece la aplicación del enfoque de la mente, el cuerpo, el espíritu, el trabajo, el juego y la tierra hacia la sostenibilidad de la integridad y la inclusión.

Personalmente, he creado mandalas que no sólo cuentan mi propia historia en evolución, sino sobre la propia creación dentro de una experiencia narrativa que cuenta su propia historia a través de los eones del desarrollo evolutivo de cada mandala. Podemos apreciar imágenes de mandalas en agradecimiento al impresionante universo en un sentido general, los sistemas solares, la Madre Tierra y las millones de especies que dependen de su sustento. Más tarde, cuando ya estaba en el Instituto Social Asiático, me di cuenta de que todos mis mandalas reflejaban los principios de la espiritualidad de la creación.

Mandala de gratitud infinita a los animales de las aguas y del océano.

Mandala de Gratitud Infinita hacia mi «ama» e «ina», como co-creadores en el misterio de la procreación.

Mandala de Gratitud a la Madre Tierra

 

Como maestra, integré la elaboración de mandalas en mi enseñanza, y animo a mis alumnos y a otros participantes de los talleres de mandalas a que se centren en todos o en uno de los siguientes aspectos: los esfuerzos de la vida humana, el yo evolutivo, los cuatro elementos de la vida (agua, tierra, viento y fuego: los elementos más importantes del universo). Estoy de acuerdo con Cunningham, B. (2002) cuando afirma que «la conciencia del mandala puede tener el potencial de cambiar la forma en que nos vemos a nosotros mismos, a nuestro planeta y quizás incluso nuestros propios propósitos vitales».

 

Mandala de Infinita Gratitud a la virgen María

Mandala de Mentes Iluminadas de la Tierra Pura Kotodama

 

Como persona, poseo un lado oscuro en mi personalidad, lo reconozco y lo trasciendo a través de pensamientos positivos, palabras, acciones y estando con la naturaleza. Comparto su lamento y su lucha por la liberación evolutiva final. Es uno de los muchos enfoques para potenciar la espiritualidad que me permiten encontrar mi sustento en medio de la diversidad y el caos de nuestra época.

Mi aportación con respecto al mandala suele empezar con una profunda gratitud y adoración al Artista Supremo del Misterio de la Vida. Nuestra inhalación del Misterio vive en nosotros, y nuestra exhalación como vasos sagrados nos conecta con la vida y la Fuente Última, comprendiendo el bendito misterio de Dios sin límites en el Cosmos. Normalmente, los «corazonistas» del mandala crean mandalas mientras respiran en constante acción de gracias a nuestro Dios Creador. Reconocemos nuestra interconexión con toda la humanidad y otros seres de la creación, reconociendo nuestro parentesco con todos ellos. Reconocemos que todos proceden de la misma hebra de ese Misterio. Por eso, una parte de nosotros se perturba, se adormece, se alarma, se muere… Cada vez que vemos la alienación, la profanación, la desertificación, la discriminación, la fragmentación, los asesinatos y otras formas de violencia ejercida sobre los demás y los otros seres. La lista es interminable.

Mandala del Yin y el Yang

Mandala de dharmachakra o rueda del dharma

Mandala por la seguridad y bienestar de Filipinas

 

Lo que escribí anteriormente en realidad nos afecta. Innegablemente somos bombardeados con señales de angustia. Éstas despiertan en nosotros sentimientos de miedo, ira y dolor por el yo personal y la conciencia colectiva. Se reconoce una amenaza real para la supervivencia de nuestra propia especie y de otras, para el legado de nuestros antepasados, para las generaciones no nacidas y para el cuerpo viviente de la Tierra. En virtud de nuestra humanidad, compartimos estas profundas respuestas. Macy y Brown (1998) afirman que «ser consciente en nuestro mundo actual es ser consciente de un vasto sufrimiento y un peligro sin precedentes».

Como seres humanos creativos, estamos dotados de la quinta esencia divina, como agentes de cambio para recuperar nuestro verdadero y brillante yo, en camino hacia la transformación espiritual; con el fin de vaciar nuestro falso yo, y ser instrumentos de Justicia, Paz e Integridad de la Creación; para sanar y revitalizar nuestro mundo y enriquecer la calidad de nuestras vidas y evolucionar nosotros mismos hacia la plenitud y la integridad. La elaboración de mandalas no es más que uno de los muchos enfoques para mejorar la espiritualidad y el ser que nos permiten encontrar nuestros pies en medio de la diversidad y el caos de nuestra época.

Este esfuerzo por compartir mi investigación sobre el fenómeno del mandala surgió de mi experiencia personal de crear y facilitar talleres de mandalas en las escuelas, con nuestros socios del movimiento de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC), así como de mi anhelo de compartir y validar la experiencia a través de las vivencias de mis co-investigadores.

Este artículo refleja únicamente mis relatos personales seleccionados de experiencias, desde la participación en rituales, a menudo en formaciones circulares, hasta la creación de mandalas cósmicos y la facilitación de que otros creen los suyos propios. Exploré el significado y la filosofía que hay detrás del mandala basándome en las experiencias personales de mis co-investigadores, pues son ellos mismos los creadores y los facilitadores de los mandalas.

Entre las limitaciones del artículo podemos apreciar que se centró en las experiencias únicas de los individuos y de su entorno, lo que no siempre puede dar lugar a una generalización para la población en general. El mandala es un viaje muy personal, un encuentro íntimo con el Ser. Es una experiencia guiada por el espíritu, y no hay dos experiencias iguales relacionadas con los mandala. A menudo es una forma de acceder al inconsciente individual. Al igual que los sueños, puede ser figurativo, personal, metafórico o vívido.


Genevieve Balance Kupang (Genie) es antropóloga, consultora, investigadora y asesora de personas y organizaciones comprometidas con el buen gobierno, el liderazgo genuino, la justicia, la integridad de la creación, la paz, los pueblos indígenas, la preservación de las culturas y los procesos de transformación de la sociedad. Es educadora para la paz, autora, practicante del diálogo interreligioso y persona de recursos con una carrera en el mundo académico y en las ONG.

 


Traducido del inglés por: Alanissis Flores