Este viernes 12 de Marzo, se cumple una semana de la protesta masiva en Paraguay.

Las intensas manifestaciones se iniciaron el viernes 5 de marzo, en el que se produjo una fuerte represión por parte de policías antimotines y de la policía montada.

Esto no amilanó a la ciudadanía que en los días siguientes acudió en número aún mayor a las calles y plazas céntricas de la capital del país, trasladándose incluso frente a la casa presidencial.

Estas movilizaciones, a estas alturas ya casi una revuelta popular, tienen su fundamento en dos aspectos, el coyuntural y lo histórico o estructural.

Por un lado, el hartazgo de la población es por el pésimo manejo de la salud pública en relación a la pandemia. Gestión que ha llegado a un máximo dramatismo cuando familiares de personas enfermas de COVID salieron a reclamar a gritos frente a los hospitales por la falta de medicamentos para sus seres queridos, muchos de ellos en unidades de terapias intensivas, que están colapsando.

Esta situación ha llegado a un límite tal, que los mismos trabajadores de salud de los hospitales de referencia, cansados y extenuados, salieron a manifestarse exigiendo medicamentos e insumos. Aun con todo el esfuerzo que ellos llevaron a cabo, era imposible salvar a los pacientes si no se contaba con los insumos y medicamentos necesarios.

Hay que tener en cuenta que el país se ha endeudado especialmente para enfrentar el COVID por cerca de 2.000 millones de dólares … y ese dinero no se ve en un mejoramiento sustancial de la salud pública. La población se pregunta ¿qué paso con el dinero, en qué se gastó, porque no se invirtió en la salud, si principalmente para eso fue el préstamo?

El gobierno tampoco está cumpliendo con su responsabilidad de garantizar las vacunas para la población paraguaya, (solo pudo conseguir 4.000 vacunas Sputnik V) recién hace dos semanas.

Hubo una donación por parte de Chile de 20 mil vacunas y ahora se habla de otra donación de 3 mil vacunas más. Para dimensionar la situación dramática, solo para los médicos que están en primera línea, que son cerca de 50 mil en todo el país, se precisarían 100 mil vacunas considerando la doble dosis.

Pero lo más grave es la corrupción en plena pandemia. Se han desatado casos escandalosos de corrupción con medicamentos e insumos que debían ser destinados a enfrentar el Covid. Esta corrupción se vio en las contrataciones, licitaciones direccionadas, pero para peor en medicamentos y equipamientos de baja calidad o incluso falsificados que salieron al mercado.

La corrupción y la impunidad (sobre todo de los amigos del gobierno y del partido de gobierno) ha hecho que la gente se haya cansado y hastiado y se ha llegado a un límite que hizo que la población se vuelque a las calles.

La exigencia de la gente es la renuncia del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, del Partido Colorado (partido de casi 70 años en el poder y que ha sostenido a la dictadura de Stroessner) y del Vice Presidente.

Esto difícilmente se produzca. Por tanto la alternativa es el juicio político, que también será difícil ya que la oposición no reúne el numero suficiente. Dependería del humor y el interés que tenga el juego del ex presidente Horacio Cartes, también del Partido Colorado, quien tiene su propia bancada en el parlamento.

Si éste decidiera acompañar a la oposición sí se reunirían los votos necesarios para el juicio político y la destitución del actual Presidente. Pero es muy difícil que este sector del Partido Colorado, liderado por Cartes apoye el juicio político, ya que este poder le resulta útil para tener atrapado al presidente de la República y negociar con él todos sus intereses, tanto políticos como económicos.

El Presidente de la República, como prenda de cambio, lo que hizo hasta ahora (como una supuesta muestra de cambio de timón o corrección de rumbo) es cambiar a 4 ministros, cambios que no satisfacen en absoluto a la gente.

Pero esto no es algo casual…. Es decir, no es algo solo coyuntural

La pandemia desnuda más dramáticamente

  • La gran desigualdad existente en el país. Paraguay es el país con mayor desigualdad social y económica de la región.
  • La pobreza en crecimiento, más aún a partir de la crisis económica desatada a consecuencia de la pandemia.
  • El desempleo o empleo disfrazado
  • Un pobre sistema de salud pública
  • Una educación de baja calidad y poco acceso a las nuevas tecnologías. (la educación a distancia o virtual fue un fracaso)
  • La corrupción e impunidad, el mayor cáncer del país.
  • El agronegocio que expulsa a campesinos de sus tierras y crea más hambre ya que el monocultivo de soja anula a la agricultura familiar campesina e indígena, con el consecuente deterioro del medio ambiente.

En este contexto, el movimiento de académicas y académicos, intelectuales de la cultura, de la comunicación, investigadores y escritores acompaña el clamor del pueblo y hace un urgente pedido al gobierno resumido en los siguientes puntos:

1. Compra urgentísima inmediata de vacunas y vacunación gratuita de la población

2. Garantizar terapias intensivas y acceso gratuito a los medicamentos e instrumentales médicos para los contagiados del COVID 19

3. Seguridad máxima inmediata a todo el personal médico que se encuentra en el frente de lucha contra el COVID

4. Aumento inmediato, extraordinario y substancial del presupuesto de la salud pública

5. Aumento inmediato y urgente del presupuesto de la educación. Seguridad máxima para todos y todas los y las docentes

6. Asegurar la alimentación de la población a costa y coste del Estado con una reserva suficiente

7. Impuesto urgente a las fortunas privadas, sin ninguna retribución a futuro o devolución directa o indirecta

8. Juicio y castigo a todos y todas los y las miembros del gobierno que se apoderaron de recursos y riquezas públicas. Devolución de todo lo robado.

9. Inmediato mecanismo de recuperación de tierras obtenidas en forma ilícita o habidas

 

Con información de Rubén Ayala Vera – Voces del Paraguay

Fotografías: Amado Arrieta, RTV @RadioTVNuevoParaguay