Por Pedro Pozas Terrados

El cáncer ha matado a diez millones de personas en 2020 en el mundo y se detectaron 9 millones más de casos según la OMS, cifras que empequeñecen las ocasionadas por el Covid-19. El cáncer de mama se ha convertido en el más común a nivel mundial, sobrepasando el de pulmón. Los datos indican que el 20% de la población actual de la Tierra padece algún tipo de cáncer a lo largo de su vida, siendo esta enfermedad la segunda causa de muerte entre en la humanidad. Según los datos facilitados por la propia Organización de las Naciones Unidas, actualmente uno de cada ocho hombres y una de cada once mujeres son diagnosticados con algún tipo de cáncer.

Además de todo el dolor que produce en los pacientes y en los familiares, esta grave enfermedad tiene un gran impacto económico y que según los datos dados públicamente en 2020 se cifró en 1.160 billones de dólares y ha continuado aumentando cada año. A todo esto ahora debemos añadir lo que está ocurriendo con la pandemia y que según el propio informe de la OMS y de muchas denuncias que se están conociendo por los medios de comunicación, en muchos casos se ha interrumpido los tratamientos para el cáncer en más del 40% de los países pese a que estos pacientes corren un mayor riesgo frente al coronavirus.

Aquí nuevamente se pone en evidencia clara la falta de políticas y la desprotección de los ciudadanos y de sus derechos a que sean atendidas todas sus dolencias, unos derechos que son pisoteados ante una Sanidad que no está preparada para soportar una presión pandémica sobre todo por la falta de voluntad de los políticos y las malas gestiones como ya he denunciado en varias ocasiones en este mismo blog.

En una conferencia de prensa de Ginebra, el doctor Andre  Ilbawi, del departamento de Enfermedades no Transmisibles de la OMS, señaló que “Sabemos que menos gente ha podido completar sus tratamientos y anticipamos que tendrá un impacto en el número de muertes por cáncer en los próximos años.”. También se alerta sobre la tardanza y falta de acceso a diagnósticos y tratamientos aumentado además por el miedo de acudir al médico ante nuevas dolencias por temor al contagio.  La continua información en todos los programas de la televisión y servicios informativos de las muertes, de los medidas de precaución, de los miles de contagiados, de las estadísticas diarias, de los ingresos en los hospitales y las UVI, hacen que el miedo paralice a muchas personas hasta el punto de causar perturbaciones en su comportamiento sobre todo miedo al contagio, miedo al roce con otra persona o cruzarse con ella incluso en el campo.

¿Porqué los laboratorios del mundo y los gobiernos no han hecho con la curación del cáncer lo mismo que para encontrar una vacuna contra el covid-19? ¿Qué diferencia hay? ¿Acaso no es una pandemia más cruel y muchos más afectados la del cáncer? ¿Qué intereses hay para que la humanidad pueda dejar de temer el cáncer que cuando se diagnostica es casi símbolo de angustia y muerte? ¿Por qué no se investiga una vacuna para esta gravísima enfermedad? Si, se sabe que el cáncer son de muchos tipos pero tiene un solo patrón común que afecta a nuestras células y las mata, al igual que el Covid-19 lo hace afectando a muchos organismos del cuerpo y sin embargo se ha logrado en un tiempo récord encontrar no una vacuna, sino al menos diez.

No puedo entenderlo y todos los que hayan sufrido esta enfermedad, tenga familiares o estén en proceso de ello, que son cientos de miles de personas, tampoco lo entienden y es por ello que dirijo este llamamiento, este grito desesperado para que los políticos y los laboratorios se pongan a buscar el remedio que seguro lo hay, para evitar en gran medida el cáncer en nuestros organismos.

          

Los tratamientos de la quimioterapia y otras medicinas que se emplean para tratar a los enfermos de cáncer, cuestan muchísimo dinero y es, no cabe duda, una gran fuente de ingresos para los laboratorios que lo facilitan. Pero insisto,  que esta grave enfermedad que causa tantos millones de muertos y cientos de millones que lo arrastran durante años, debe ser tratada exactamente con la misma diligencia que si fuera una Pandemia. Estoy seguro que se podría hacer, que existen mecanismos para acelerar la búsqueda de vacunas contra el cáncer. Si hemos sido capaces de encontrar una vacuna contra un virus nuevo que afectaba a todo el cuerpo….¿no vamos a encontrar una vacuna contra una enfermedad que se conoce ya desde hace décadas?

A más de un político le haría visitar las plantas donde yacen los enfermos de cáncer, donde se viven angustias, esperanzas perdidas, ilusiones que muchas veces se escapan por las ventanas. Les llevaría a visitar a los que son terminales,  los que esperan la muerte y muchos de ellos sedados, a familiares llorando. Les enseñaría las salas de consulta oncológica, donde las personas agolpadas esperan las revisiones del médico  para ver sus resultados de avance de la enfermedad o disminución de la misma. Donde solo se ve caras de preocupación intensa.  Mujeres con pañuelos en la cabeza, con mirada triste y pérdida, esperando un aliento en las salas durante horas y horas, cada uno con sus vidas truncadas, con sus historias, con su número en la mano y los papeles de su historial en la otra. Que vean como son las salas donde se les inyecta durante horas  la quimioterapia. Donde cierran los ojos buscando un escape que no encuentran. Donde muchas de ellas se les ve caer las lágrimas y se tocan el pelo que pronto se les caerá y sabiendo que después tendrán efectos secundarios, dolores de todo el cuerpo, bajada de defensas…… Y después de que todo lo viera…le preguntaría..¿Acaso no es posible luchar con todas sus fuerzas para evitar tanto sufrimiento y muerte? ¿Acaso no ha comprendido que todo esto puede evitarse si se hicieran enormes esfuerzos conjuntos del Estado y los laboratorios para parar este reguero de dolor?

Tal vez es que ya estemos vacunados moral y mentalmente del grave problema de salud como es el cáncer y lo tengamos asumido. Pero no debe ser así y esta pandemia lo ha demostrado con creces como se para un país y una economía mundial para conseguir vencerla y se han elaborado vacunas en tiempo records,  en menos de un año. ¿Por qué no se hace lo mismo con el cáncer? La gran ventaja de ello es que el cáncer no nos contamina, no produce cierre de la economía ni aislamientos, solo hace falta voluntad política para que junto con los laboratorios encontrar una solución rápida. ¿O tal vez es por ello que al no contaminar y no repercutir en la economía los abandonamos a su suerte? No lo olvidemos: 2020 diez millones de personas fallecidas y 19 millones más diagnosticadas con cáncer. Sólo en un año.

          

Esta lucha contra el cáncer, no es cuestión de Fundaciones privadas o de caridad. Es una necesidad y con los impuestos de los ciudadanos y la voluntad política para resolver esta plaga pandémica arrinconada y olvidada, debería ser suficiente para buscar medidas efectivas y no agresivas para los enfermos de este maldito jinete de guadaña y capa negra.

Sé que existe solución a todo esto. Pero como siempre en este mundo globalizado, prima ante todo el valor económico de las cosas, el conseguir más rentabilidad a todo. El rico más rico y el pobre más pobre. Han sabido magistralmente no solo manipular las mentes, sino también levantar muros donde el capital ahoga la empatía y la humanidad. ¿Hasta cuándo?

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