Por: Stephanía Aldana Cabas

El periódico Pacificultor es un nuevo medio de comunicación que apuesta por mostrar hechos e historias con enfoque humanitario a los habitantes de la región transfronteriza del Catatumbo, al resto de Colombia y a la comunidad internacional. Esta región ha sido golpeada duramente por el conflicto durante años y ahora busca alternativas para contribuir a la paz.

El medio impreso Pacificultor es una iniciativa de Monseñor Omar Alberto Sánchez desde la Diócesis de Tibú, para darle la voz a quienes aportan a la construcción de paz en la región. A través de esta publicación trimestral se pretende que los habitantes del Catatumbo, región del departamento de Norte de Santander, no normalicen el conflicto armado en el que viven y creen o adopten propuestas de paz y de desarrollo económico para la región. Según el informe de Pastoral Social:

El nombre del medio nace como analogía con la vida campesina, quienes trabajan la tierra, cultivan sus alimentos y construyen paz, puesto que con su trabajo generan transformaciones graduales y sostenibles para sus comunidades. El pacificultor es un cultivador de paz, es un habitante del territorio que desde sus quehaceres cotidianos aporta a la transformación de un territorio que se sueña en paz.

Ver: Pacificultor: un periódico que dará voz a quienes aportan a la construcción de la paz en el Catatumbo 

El Pacificultor se creó en medio de tierras donde convergen grupos armados como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), Ejército Popular de Liberación (EPL), grupos paramilitares y, ahora, las disidencias de las FARC, narcotraficantes y otros grupos delincuenciales que pasan entre la frontera de Colombia y Venezuela para realizar sus actividades ilegales. Los actores armados se instalaron en el territorio ante el olvido estatal y la posición geoestratética de la zona. Así esta rica y próspera región se ha convertido, además de las múltiples iniciativas populares y campesinas que trabajan por un desarrollo en paz y convivencia,  en una zona donde distintos grupos delincuenciales se disputan tierras, el cultivo y procesamiento de drogas ilícitas.

Ver: La riqueza maldita del Catatumbo 

La región posee tierras fértiles y con gran variedad de recursos naturales y, por ello, el desplazamiento forzado por el control de los territorios, desde hace décadas, se convirtió en una práctica violenta de los grupos armados en contra de sus habitantes, entre ellos campesinos y comunidades indígenas. Desde la firma del Acuerdo de paz en 2016, llegaron como habitantes al territorio, un grupo de ex combatientes de las FARC, quienes se hacen ahora su proceso de reincorporación a la vida civil en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) denominado Caño Indio, en medio de un contexto riesgoso para su vida e integridad.

El Pacificultor narra las historias de paz de El Catatumbo

Imagen: Verdad Abierta

Ver: El Catatumbo sigue abandonado a su suerte 

Hasta el 24 de junio de 2020, en la región del Catatumbo fueron asesinados cinco líderes sociales y las organizaciones de derechos humanos que están presentes en la zona, tenía un registro de 50 amenazas, según las denunciadas de líderes sociales, ex combatientes y población campesina.

 Ver: No paran los asesinatos a líderes sociales en El Catatumbo

Iniciativa para impulsar la paz

Pacificultor es un medio de comunicación que imaginó Monseñor Omar Alberto Sánchez, dado que en el Catatumbo no existían medios de comunicación impresos y sus habitantes solo tenían acceso a la información a través de algunas emisoras de la Diócesis Episcopal de Tibú y del Ejército Nacional.

“Por ello, Monseñor Sánchez pensó el periódico como una iniciativa para la construcción de paz, en la cual los campesinos de la región salgan del olvido y de la indiferencia”, indicó a Pressenza Ángela Martín Laiton, periodista y editora de la publicación. Además, el nombre del medio impreso, Pacificultor, surgió por la relación entre la labor que realizan los campesinos, al desarrollar sus cultivos y su añoranza por un territorio libre de grupos armados, en el que la paz y la tranquilidad sean su cotidianidad. 

El Pacificultor narra las historias de paz de El Catatumbo

Imagen: Pacificultor

El medio que es promovido por la Diócesis de Tibú y de Cúcuta, además apoyado por la Conferencia Episcopal de Estados Unidos y la Organización Caritas Colombia, a través del proyecto Participaz Fase III, en el cual se busca promocionar la capacitación de la comunidad para la transformación del territorio enfocado hacia la paz. 

Aquí puedes leer la primera edición del Pacificultor

A pesar de tener el apoyo de las organizaciones mencionadas, Martin recuerda que “no fue fácil crear un periódico de cero, porque al llegar al Catatumbo, primero tenía que documentarme sobre el conflicto armado en esta región en los últimos años, conocer qué proyectos estaban realizando los habitantes, la relación de estos con los grupos armados, los ex combatientes y el Ejército Nacional. Todo esto me tomó alrededor de dos o tres meses; pero el informe que estaba preparando Monseñor, en ese momento, me ayudó bastante. Y luego de ese proceso tuve mes y medio para armar el contenido”.

La primera edición vio la luz el 13 de noviembre de 2020. En esta se relataron nueve historias en las que se muestran la resistencia del pueblo indígena Barí, la lucha por defender los humedales y los proyectos comunitarios de las mujeres, entre otros.

 Un periódico catabuyence

El Pacificultor narra las historias de paz de El CatatumboEl Pacificultor se distribuye en las 25 parroquias pertenecientes a la Diócesis de Tibú y Cúcuta y se entregaron los 5000 impresos los días domingos a los asistentes al culto religioso en la región nortesantandereana del Catatumbo. Así, las familias que se trasladaron de sus residencias, ubicadas en las zonas rurales, tuvieron la oportunidad de tener un periódico donde se narran las historias de sus conocidos. Con ello se pretende crear reconocimiento del medio, pues “este no es sostenible, si no hay una apropiación por parte de los habitantes de la región”, afirmó Martín. 

Las reporterías de las historias han llevado a la periodista y una de las habitantes de la zona a recorrer las veredas, con el fin de evidenciar proyectos, como el de un taller de confecciones, en el que mujeres campesinas y ex combatientes, se unieron para formar una línea de ropa que esperan sea comercializada en la región y en las grandes ciudades.

Detrás de cada historia, recuerda la editora Ángela Martín, “hay un factor común, la violencia, pues este es un territorio donde convergen todos los grupos armados, lo cual deja a la población en el medio y es evidente la violación de los derechos humanos”. Por ello, el medio busca dar otro enfoque a sus publicaciones, uno más humano y, a la vez alentador, sin dejar la realidad de lado.

Los catabuyences escribirán sus historias 

El periódico Pacificultor buscará, además, que los habitantes de la región participen en la escritura de sus historias y, para ello, la Diócesis y la editora del impreso crearon un ambicioso proyecto en el que le darán herramientas en redacción a los catabuyences, gentilicio de los habitantes de la región, para que más adelante algunos de ellos se unan al equipo de redacción de Pacificultor.

El equipo editorial de Pacificultor,indicó que para 2021 preparan cambios en el periódico, para dejar de ser únicamente impreso y, también, consultarse de manera virtual. Así, la región del Catatumbo, una zona con mucho potencial entre sus habitantes y llena de historias inexploradas por los medios masivos y que han sido eclipsadas por la violencia e ignoradas  por el Gobierno Nacional, serán visibles para los colombianos y la comunidad internacional.