Los drones especialmente adaptados y desarrollados por un equipo internacional liderado por la University College London (UCL) permitirán pronosticar mejor futuras erupciones volcánicas.

La investigación de vanguardia se realiza en el volcán Manam en Papúa Nueva Guinea y está mejorando la comprensión de los científicos sobre cómo los volcanes contribuyen al ciclo global del carbono , clave para sustentar la vida en la Tierra.

Los hallazgos del equipo, publicados en Science Advances, muestran por primera vez cómo es posible combinar mediciones del aire, la tierra y el espacio para aprender más sobre los volcanes más inaccesibles y altamente activos del planeta.

El proyecto involucró a especialistas del Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Italia, Suecia, Alemania, Costa Rica, Nueva Zelanda y Papúa Nueva Guinea, que abarcan la vulcanología y la ingeniería aeroespacial.

Co-crearon soluciones para los desafíos de medir las emisiones de gases de los volcanes activos, mediante el uso de drones modificados de largo alcance.

Al combinar mediciones aéreas in situ con resultados de satélites y sensores remotos terrestres, los investigadores pueden recopilar un conjunto de datos mucho más rico de lo que era posible anteriormente. Esto les permite monitorear los volcanes activos de forma remota, mejorando la comprensión de la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que liberan los volcanes a nivel mundial y, lo que es más importante, de dónde proviene este carbono.

Estudios anteriores han demostrado que los volcanes se encuentran entre los mayores emisores naturales de dióxido de azufre (SO2) del mundo, pero se sabía poco de su producción de CO2.

Los volcanes emiten dióxido de carbono (CO2) de dos maneras: durante las erupciones y a través del magma subterráneo.

Las emisiones de CO2 volcánico son difíciles de medir debido a las altas concentraciones en la atmósfera. Los drones son la única forma de obtener muestras delas emisiones de CO2 volcánico de manera segura,ya que las mediciones deben recolectarse muy cerca de los respiraderos activos de los volcanes y hasta más allá de la línea de visión entrando en los cráteres.

Al agregar sensores de gas miniaturizados, espectrómetros y dispositivos de muestreo que se activan automáticamente para abrirse y cerrarse, el equipo pudo volar el dron a 2 km de altura y 6 km de distancia para llegar a la cima de Manam, donde capturaron muestras de gas para analizarlas en cuestión de horas.

Calcular la relación entre los niveles de azufre y dióxido de carbono en las emisiones de un volcán es fundamental para determinar la probabilidad de que se produzca una erupción, ya que ayuda a los vulcanólogos a establecer la ubicación de su magma.

La líder del proyecto, la Dra. Emma Liu (UCL Earth Sciences), dijo: “Las emisiones volcánicas son una etapa crítica del ciclo del carbono de la Tierra —el movimiento del carbono entre la tierra, la atmósfera y el océano— pero hasta ahora las mediciones de CO2 se han limitado a un número relativamente pequeño de los 500 volcanes desgasificantes que se estima en el mundo”.

El coautor, el profesor Tobías Fischer (Universidad de Nuevo México), agregó: «Para comprender los impulsores del cambio climático, es necesario comprender el ciclo del carbono en la tierra.

Conclusión

“Esperamos comprender mejor lo que sucede en los volcanes y mejorar también nuestra capacidad para pronosticar cuándo y cuán importante será la próxima erupción”, concluyó la vulcanóloga Emma Liu.

En unos pocos siglos, los seres humanos actuarán como miles de volcanes.

Fuente: UCL/AAPN