No habrá reconstrucción sin desprivatización

El pasado 22 de julio el Parlamento celebró una sesión en la que aprobó el Dictamen sobre la Comisión de Reconstrucción. Comisión que pretende fortalecer la sanidad pública con todo lo necesario para garantizar con máxima eficacia la salud, tras la fallida prueba de estrés que ha supuesto la Covid19. Se pretende estar preparados ante los rebrotes y ante la escalada que se espera de aumento agresivo de contagios en el otoño.

Las Mareas Blancas hacen la siguiente reflexión: «creíamos que esta Comisión llamada de Reconstrucción, una vez visto el brutal impacto de la pandemia del Covid19, serviría para analizar, escuchar, atender, contrastar, corregir, rectificar aquellas cuestiones que han causado este gran problema sanitario durante los últimos meses, pero estamos muy preocupados, porque se propone más colaboración público-privada como solución al problema y por tanto más externalizaciones. Así pues, se refuerzan los criterios mercantiles y de fondo neoliberal».

La crisis sanitaria debida a la pandemia de la Covid19 ha puesto en evidencia la debilidad del sistema sanitario y en particular de Atención Primaria, debilidad que se viene arrastrando desde hace años. Las Mareas Blancas denuncian cuestiones como: en el citado documento se dice: “Reforzar los recursos de la Asistencia Primaria dotando de un nivel de autonomía a profesionales, equipos y centros”. Sobre este apartado, la crítica que realizamos es que da paso a las Unidades de Gestión Clínicas (UGC), forma de gestión sanitaria que no mejoran la eficiencia ni los costes al sistema, ya que dichas UGC lo que pretenden es introducir las reglas del mercado en la Atención Primaria.

El documento también propone: “Dignificar el trabajo profesional del médico de Atención Primaria, para dotar de flexibilidad horaria y poder superar los problemas del trabajo a turno fijo de tarde que dificulta la conciliación familiar.” Nuestra crítica es: un 70% de los usuarios también tienen que conciliar, ya que trabajan en turno de mañana, y necesitan una atención directa y personalizada en turno de tarde, tanto para ellos como para personas a su cargo. La solución no es la de recortar horario o introducir la teleconsulta, sino dotar a la Asistencia Primaria de más puestos de trabajo dignos para armonizar la asistencia tanto a profesionales como a usuarios. En otro punto se dice: “Reordenar la Asistencia primaria para atender los centros socio- sanitarios (centros de mayores) para una mejor coordinación con los Servicios Sociales.” Esta atención debería haberse implantado desde el principio; los mayores y personas con discapacidad tienen los mismos derechos que el conjunto de la ciudadanía; por lo tanto deben tener asignado su médico, enfermera, Centro de Salud y Hospital de referencia como cualquier otro ciudadano. Ha tenido que llegar la Covid19 para poner en evidencia, a la administración sanitaria, el haberles negado ese derecho durante años.

Asimismo, desde Mareas Blancas muestran su preocupación por las recomendaciones sobre Modelo Sanitario del grupo de trabajo de Sanidad y Salud Pública. No solo pretende desmontar la estructura organizativa y jerarquizada de la Atención Especializada en los Servicios de Salud de las Comunidades Autonomas a través del intento de “Dotar a las redes y/o centros sanitarios públicos de personalidad jurídica propia, con competencias para la gestión operativa de su presupuesto, su personal, sus compras y sus contratos” lo que les convertiría en competidores al más puro estilo mercantilista, sino que además opta por los denostados modelos de “Contratos de Gestión”, rechazados ampliamente por muchos colectivos de profesionales sanitarios.

Se muestran sorprendidos porque no se hace mención ni a los procesos de desprivatización, ni de las recomendaciones del Tribunal de Cuentas Europeo de marzo de 2018 que critica duramente las asociaciones público-privadas para acometer infraestructuras o servicios públicos por “insuficiencias generalizadas”, “gastos ineficaces”, “falta de transparencia”, “retrasos” y “sobrecostes”, entre otras deficiencias. En definitiva, nada se habla de procesos de desprivatización como única salida para la reconstrucción del Sistema sanitario.

Finalmente, advierten que estamos ante una excepcional ocasión no aprovechada para iniciar el buen camino en la Reconstrucción del auténtico Servicio Nacional y público de Salud. El que resuelve, el que es necesario y urgente recuperar, el que democráticamente exigimos. Y es que, no hay reconstrucción sin desprivatización.