Construir una nueva visión del futuro de cada región, en un proyecto federal, para garantizar una autonomía suficiente en la política, finanzas, administración, constitución y legislación; es decir, un gran campo de acción de administración y gestión de las regiones.

Escrito por: Rabah Arkam

EL principio de toda soberanía reside esencialmente en «la Nación». La razón más evidente es que la supervivencia y el desarrollo de una cultura descentralizada requieren el control de un estado independiente. Esto se debe al hecho de que los estados en los que se incluyen las naciones apátridas están «homogeneizados» y han tratado de eliminar las particularidades de las minorías nacionales.

Construir una nueva visión sobre el futuro de Argelia en un estado federal que permita a todos los niños de Argelia vivir en este estado libre donde todos se respeten, conduciría a una Argelia próspera y fuerte, respetando la libertad de conciencia, la libertad individual y la libertad de creencia. La escuela tendría un papel importante en la búsqueda concreta de libertad, y voluntariamente colocaría a la libertad de conciencia por encima de todas las demás. En particular, la libertad religiosa para que todos tengan derecho a tener la religión de su elección o incluso a no tener religión alguna. Depende de la élite intelectual acelerar la renovación de ideas, poniendo a la sociedad en sintonía con en el espíritu de la expresión, de preparación para su propia evolución y de ayudar a la sociedad para que se concentre en lo esencial.

Esta situación práctica para el sistema argelino explica por qué desde la independencia, el estado argelino no invirtió en la construcción de la nación, sino en el mantenimiento del status quo, racial, tribal y étnico.

“Una Argelia moderna solo puede existir como tal, bajo una legislación federal y una constitución federal. Esto debería permitir la organización y la definición,  el papel y los poderes de las entidades e instituciones territoriales”.

Este nuevo modelo permite añadir a las diversidades en un solo compuesto constitucional integral. Esta preocupación puede ser nacional, por ejemplo: la provincia de Quebec en Canadá, en Cataluña en España; o lingüística, religiosa y cultural como en los cantones suizos; o simplemente el producto de tradiciones históricas, de una política específica como la de los Estados Unidos, que gozan de autonomía política para preservar y desarrollar estas singularidades.

La nueva Argelia tendrá que federarse para liberar todas sus fuerzas internas y permitir que todos pongan de su parte. Debe federar todos sus componentes internos para constituir un fuerte gobierno federal a toda costa. El federarse es garantizar que cada movimiento identificado ingrese con su nombre específico y propio en un Gran Consejo con representantes elegidos democráticamente por sus bases.

La nueva Argelia debe consagrar la autonomía de las regiones otorgándoles autonomía financiera y autonomía administrativa; es decir, un gran campo de acción para la administración y la gestión. Cada región federada debe tener su propia gestión desarrollada por su poder constitutivo (Asamblea Constituyente). Por esta constitución, el estado federado organiza y fortalece sus instituciones y legisla en los campos que le son delegados (implícita o explícitamente) por la Constitución Federal.


Rabah Arkam nació en Cabilia (Argelia). Es autor de varios artículos y es un ingeniero profesional. Es activista por la causa e identidad amazigh (bereber) en Argelia y el norte de África, además es un activista de derechos humanos, lucha por la democracia y el secularismo en Argelia en un estado federal. 


Traducción del inglés por Alanissis Flores