El 23 de mayo de 2020 la Red Global Abolition 2000 para Eliminar las Armas Nucleares celebró su Reunión Anual en línea por primera vez, debido a la pandemia de coronavirus. Una gran parte de la reunión se dedicó a reflexionar sobre las implicaciones de la Covid-19 en el trabajo de la abolición nuclear. Oleg Bodrov, del Consejo Público de la Costa Sur del Golfo de Finlandia, cerca de San Petersburgo, Rusia, compartió sus puntos de vista en una entrevista pregrabada. Lo compartimos aquí para los lectores de Pressenza.

A continuación, la transcripción:

Transcripción

Estimados colegas, mi nombre es Oleg Bodrov. Soy físico, ecologista y activista del movimiento por la paz de la costa sur del Golfo de Finlandia, en la parte oriental de la región del mar Báltico, cerca de San Petersburgo, Rusia. Soy el Presidente del Consejo Público de la Costa Sur del Golfo de Finlandia.

Trabajé en la industria nuclear rusa durante 17 años, pero la dejé después del desastre de Chernobyl. Durante los últimos 30 años he estado trabajando en temas de protección del medio ambiente, seguridad nuclear y la prohibición de armas nucleares. Vivo en la frontera de confrontación entre la OTAN y Rusia, en la costa sur del Golfo de Finlandia.

Entonces, el punto que presentaré ahora, se basará en mi experiencia personal y las actividades de los últimos años.

En primer lugar, me gustaría decir algo sobre el estado de la industria nuclear rusa en el contexto de las armas nucleares y la exportación de “tecnologías nucleares civiles” antes de la Conferencia de Revisión del TNP.

En primer lugar, Rusia, según la doctrina oficial, podría ser el primero en usar armas nucleares. Es un mensaje muy importante. El ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia declaró que: “La prohibición de las armas nucleares es contraria a nuestros intereses nacionales”. Y el presidente de la Federación Rusa ha demostrado su disposición psicológica para usar armas nucleares. Él ha lanzado personalmente cuatro misiles transcontinentales desde submarinos, instalaciones aéreas y terrestres. Por último, pero no menos importante, la corporación estatal rusa, Rosatom, tiene acuerdos para construir 36 centrales nucleares fuera de Rusia en diferentes países. Los consumidores de electricidad nuclear de estas centrales nucleares fuera de Rusia pueden ser inversores en programas militares rusos.

Por lo tanto, el nivel superior de los políticos rusos ya está listo para usar armas nucleares y desarrollar la infraestructura nuclear fuera de Rusia, que es posible para apoyar los programas militares rusos. Este es mi mensaje número 1 a mis colegas.

Algunas lecciones después de la pandemia Covid-19. 

Todos los países, incluidos los países con armas nucleares, han sido impotentes contra el nuevo virus.

El Covid19 ha estimulado el desarrollo de la crisis económica, y los líderes de los países nucleares están usando la crisis para encontrar enemigos fuera de sus países. De esta manera, en lugar de unir fuerzas contra el virus, la confrontación política entre países se profundiza. ¿Qué podemos hacer, nuestro movimiento internacional por la paz?

En primer lugar, ¡me gustaría decir que tenemos un planeta ENFERMO y no tenemos un planeta B para habitar! Así que ahora necesitamos proteger nuestro planeta de las armas nucleares, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y detener la expansión “nuclear civil” que es parte de la industria nuclear militar. Necesitamos proporcionar el desmantelamiento seguro de las más de 400 plantas de energía nuclear en nuestro planeta y debemos promover el desarrollo sostenible de nuestros países.

¿Qué es lo más razonable que se puede hacer en este caso?

Creo, en primer lugar, que necesitamos desarrollar la cooperación con nuestros colegas de organizaciones no gubernamentales que trabajan en el campo de la protección de los estilos de vida tradicionales de los pueblos indígenas, las ONG contra el cambio climático y las organizaciones contra la exportación de centrales nucleares.

Es razonable estimular la cooperación transfronteriza entre las ONG, las autoridades municipales y regionales cercanas a la frontera entre la OTAN y los países que no pertenecen a la OTAN.

Creo que los políticos de la OTAN y Rusia están tratando de hacernos enemigos 75 años después de la Segunda Guerra Mundial. Creo que debemos tomarnos de las manos, amigos en Rusia, Europa, China y Estados Unidos. ¡Somos amigos, no enemigos!

Gracias.


Traducción del inglés por Alanissis Flores