El 6 de febrero, Belice se convirtió en el 81º país en firmar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, un acuerdo mundial histórico que prohíbe las armas nucleares de manera general y establece un marco jurídico para su eliminación total.

Belice participó en la negociación del tratado en las Naciones Unidas en Nueva York en 2017 y votó a favor de su aprobación. Desde entonces, ha apoyado los llamamientos de la Asamblea General de las Naciones Unidas para que todos los países firmen, ratifiquen o se adhieran al tratado «lo antes posible».

Belice es el décimo miembro de la Comunidad del Caribe, o CARICOM, en firmar el tratado, después de Guyana, Jamaica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves y Trinidad y Tobago.

De esos 10 países, seis también lo han ratificado, lo que significa que han consentido oficialmente en quedar vinculados jurídicamente: Guyana, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tobago, Dominica y Antigua y Barbuda. Para convertirse en estado parte, Belice deberá depositar ahora un instrumento de ratificación ante el Secretario General de las Naciones Unidas.

El Caribe ha sido una de las regiones del mundo que más rápidamente se ha adherido al tratado, junto con América Latina y el Pacífico. En una declaración ante las Naciones Unidas en octubre de 2019, los países del Caribe expresaron su alarma por «la continua dependencia y prevalencia de las armas nucleares como característica de las doctrinas militares y de seguridad».

Ellos señalaron «la evidente tendencia a abandonar los antiguos principios que han guiado el enfoque de la comunidad internacional en materia de no proliferación y desarme nuclear» y dijeron que esta «abrumadora preocupación» habría animado su participación activa en las negociaciones que culminaron en la aprobación del tratado de prohibición de las armas nucleares.

En junio de 2019, 10 países del Caribe participaron en un foro en Georgetown (Guyana) para examinar la necesidad de realizar esfuerzos regionales concertados para promover la rápida entrada en vigor del tratado. Describieron esto como «un paso vital para lograr un mundo libre de armas nucleares».


Traducción del inglés por Armando Yánez