«Más de un millón de manifestantes se reunieron en las calles del centro de Londres para luchar por un segundo referéndum de la UE mientras Boris Johnson sufría otra humillante derrota, según afirman los organizadores. Las imágenes aéreas mostraban escenas extraordinarias mientras multitudes marchaban de Park Lane a Parliament Square en Westminster en medio de un enfrentamiento histórico en la Cámara de los Comunes». (The Mirror).

Cientos de miles de personas se unen a la marcha del «voto del pueblo» en Londres – en imágenes: Los activistas participan en el evento «Juntos por la última palabra», que convoca a un segundo referéndum de Brexit (The Guardian).

El Primer Ministro (PM) Boris Johnson perdió otro voto en el Parlamento cuando los diputados se negaron a apoyar su nuevo acuerdo Brexit, ya que fue presentado sin tiempo para leerlo y decidir si solucionaba los problemas que han estado haciendo del proceso un completo desastre durante los últimos tres años.

La principal diferencia parece ser que mientras que todas las propuestas anteriores iban a crear una frontera controlada por policías y militares entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda (destruyendo el Acuerdo del Viernes Santo que creó la paz en Irlanda tras décadas de terrible violencia sectaria), el acuerdo actual sitúa la frontera entre Gran Bretaña y la UE en el Mar de Irlanda, dejando a Irlanda del Norte de facto dentro de la unión aduanera de la UE, lo que no es aceptable para el Partido Unionista Democrático y otras facciones lealistas.

Como la ley le obligó a solicitar otra prórroga de la UE, el Primer Ministro envió la carta solicitando la prórroga en forma de berrinche: no la firmó y la acompañó con otra carta en la que explicaba por qué no la quería.

Tres años después del referéndum de Brexit, se dispone de mucha información que no estaba disponible en el momento de la votación y que muestra los efectos perjudiciales para la economía británica, las normas de seguridad, etc., y las mentiras que se han dicho a la gente. Aquellos que exigen que todas las propuestas, incluyendo un nuevo referéndum, se presenten al pueblo, tienen un punto claro y los números en las calles lo demuestran, pero el tiempo puede que se esté acabando.


Traducción del inglés por Armando Yánez