Por Anandi Sharan

Lo que hizo Greta Thunberg fue movilizar a los niños que viven en el Imperio, el más poderoso, el único Imperio internacional. Los líderes del Imperio se sientan en Washington, en control de los militares más poderosos del mundo, quienes controlan su área de influencia a través de su política de capital y post-verdad.

Es inevitable que su campaña, la campaña de Greta Thunberg, sea apoyada con dinero. Nada se puede lograr en el Imperio sin dinero. Eso es la política. Gracias a la riqueza de su sociedad y al Internet su mensaje pudo ser difundido por todo el Imperio en cuestión de segundos.

En este Imperio 1.500 millones de personas tienen al inglés como primera o segunda lengua. El caos que propaga este imperio anglosajón, al que están sometidos los niños, está en su cara a través de Internet todos los días, y es obviamente perturbador, siendo claramente un ataque a los valores y a la verdad científica sobre cuya base la mayoría de los demás países están actuando. Por ejemplo, la UE, de la que forma parte Suecia y de donde procede Greta Thunberg, se ha comprometido a reducir para el 2030 el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 1990, y Suecia se ha comprometido a una reducción del 100% para 2050. Esto obviamente implicará un cambio dramático en la base de producción de esa sociedad, por lo que los niños necesitan apoyarlo, para creer que ese es el sueño de su sociedad.

Y es muy molesto cuando el partido que tiene el poder y que se encuentra en el corazón del mayor imperio del mundo trata de destruir ese sueño, el cual está basado en la ciencia. Por lo tanto, las huelgas escolares fueron una excelente idea para contraatacar con propaganda efectiva al enemigo. Y al mismo tiempo hay informes cada vez más preocupantes de todo el mundo sobre lo que está sucediendo, y noticias cada vez más recientes de miles de personas que se ahogan o mueren de calor durante las temporadas altas de huracanes y de un clima cada vez más caluroso. Así que ni siquiera Europa ni Suecia están actuando con la suficiente rapidez. Y aunque los Estados Unidos dicen que se están retirando de la CMNUCC y del Acuerdo de París, todavía no lo han hecho. De hecho, los Estados Unidos presentaron su programa de acción determinada a nivel nacional en 2015, en virtud del cual prometieron reducir los gases de efecto invernadero en un 13,8% con respecto a los niveles de 1990 para 2025 (si se vuelve a calcular con arreglo a la base de referencia aceptada), y en un «80% o más» para 2050.

Así que los niños protestan no sólo para decir que no se está haciendo nada o que no se está haciendo lo suficiente, sino que están totalmente de acuerdo con sus propios esfuerzos nacionales para reducir las emisiones, y están decididos a contrarrestar el mensaje post-verdad y las acciones de los Estados Unidos. Y debido a que los demócratas de los Estados Unidos también se han comprometido a permanecer en la CMNUCC y a cumplir sus objetivos declarados, y posiblemente a mejorarlos, los niños se están movilizando para asegurar que se elija un gobierno en los Estados Unidos que también sea representativo de los niños del Imperio, que no tienen voto, pero que tienen los medios para protestar.

Obviamente esta protesta y este esfuerzo son más que bienvenidos, de hecho, es muy necesario porque el cambio en la base de producción sería imposible de implementar sin el apoyo y la movilización de toda la sociedad. En cierto modo es una especie de movilización comunista. Tal vez sea finalmente LA MOVILIZACIÓN comunista del proletariado contra la burguesía en el Imperio. Cuanto más se discuten los cambios necesarios en la base de producción, más se considera que el derrocamiento de la propiedad privada es la condición fundamental para el éxito del movimiento. Y los adultos que comparten la misión, y los propios niños que están siendo atacados, están destinados a ser atacados por aquellos a los que acusamos de no hacer lo suficiente, lo suficientemente rápido. Eso es inevitable. Pero los ataques son muy débiles en comparación con lo que han sido durante los últimos 27 años. Ahora existe, gracias a los niños, un consenso abrumador a favor del derrocamiento de las máquinas y, si no me equivoco, a favor de la abolición de la propiedad privada. La burguesía es el enemigo, sean o no burgueses ecologistas.

Es responsabilidad de los adultos que apoyan a los niños, los sindicatos, los profesionales, los políticos, los desempleados, etc., elevar el nivel del debate hasta un punto en el que exigimos y luchamos por los cambios concretos y sustanciales que se necesitan, tal y como lo dicta la ciencia.

En mi opinión, eso significa que no hay energía comercial, que toda la tierra debe ser de propiedad pública, que se debe abolir la propiedad privada, y la necesidad de que existan nuevas autoridades monetarias y control de capital para garantizar que haya organismos soberanos que puedan garantizar que las asociaciones de productores independientes tengan la libertad de cultivar lo que necesitamos para alimentarnos y cultivar los bosques.

Los niños contribuyeron en gran medida a movilizar a los adultos que habían estado temporalmente confundidos por el caos del Imperio en el que vivían. Gracias a los niños, la era del Imperio de la post-verdad ha terminado. La lucha ahora es hacer realidad la visión de los niños, movilizar a todos los niños, para que los niños de los países en desarrollo tengan la misma calidad de vida, e incluso mejor, que los niños de los territorios bajo el control directo del Imperio.


Anandi Sharan nació en Suiza, vive en Bangalore y el año pasado trabajó en el distrito de Araria en Bihar, India. Trabaja para encontrar el mejor sistema monetario que pueda ayudar a la gente a adaptarse al cambio climático, especialmente en la India.


Traducción del inglés por Armando Yánez