Ayer (23) la Cámara de Diputados de Chile realizó una sesión especial con la presencia del ministro del Interior y Seguridad Pública, Andrés Chadwick, quién presentó un informe sobre las medidas tomadas por el gobierno ante la situación de crisis que vive el país.

Terminada la exposición del ministro, Tomás Hirsch (diputado Humanista del Frente Amplio) estuvo entre quienes le respondieron. Contando con un tiempo breve para su intervención, y ante el evidente desinterés del funcionario por lo que se decía, en un momento de su intervención Hirsch reclamó a la Presidenta de la sesión: “¿Podré parar, Presidenta, mientras el ministro se entretiene o lo entretienen?”.

Efectivamente, como quien trata que un alumno distraído atienda y entienda lo que se le explica, Hirsch insistió en reclamos que ya había expresado en sesiones previas.

El 20 de octubre, ante el anuncio de que se dejaba sin efecto el alza de las tarifas de transporte, Tomás Hirsch decía en la Cámara:

“Hace una semana el Presidente Piñera dijo que Chile era un oasis en América Latina. Sí, pero curiosamente es el único oasis del mundo lleno de militares en la calle. ¡No entienden nada! Esto no se trata del metro. Esto se trata de décadas de abuso, de maltrato… (…) Hay mucha rabia acumulada y no se resolverá anulando el alza del metro…”

Las movilizaciones callejeras que siguieron incrementándose, le darían la razón.

En la sesión de ayer, y ante el anuncio de otras medidas paliativas del gobierno que el ministro pretendía justificar, Hirsch insistió:

“…el país ha sido abusado y maltratado por décadas. ¿Y el gobierno cómo responde? Primero, sin entender nada –porque estábamos en un oasis– y luego con medidas que hoy día –frente a la situación que se vive–, son migajas. ¡Son migajas!

¡No están entendiendo nada! ¡No están entendiendo que hay un clamor social por cambiar la estructura de este sistema, que es profundamente inhumano, por demasiado tiempo! Algunos lo venimos denunciando desde hace mucho. No han querido escuchar nunca.

Hemos dicho “paren con las AFP”. No han querido escuchar porque se agrandaban los bolsillos. Les hemos dicho “¡paren con su negocio de la salud, con el robo del agua, con entregarle la pesca a los amigos de la senadora…”, y no han querido escuchar nunca. No han querido escuchar. Y aquí hemos llegado finalmente a esta situación en que un pueblo despierta, se levanta y se moviliza.”

Foto de Sergio Bastías

Cómo desactivar la violencia

En la sesión del 20 el diputado había dicho: “Nosotros rechazamos la violencia. Violencia es la desigualdad que hay en Chile. (…) ¿Quieren desactivar la violencia acumulada? Entonces tienen que dejar de maltratar a la gente, tienen que dejar de abusar de la gente. ¿Quieren desactivar la violencia? Entonces que presenten de inmediato (…) un proyecto de ley para rebajar los vergonzosos sueldos de parlamentarios y altas autoridades. Presenten de inmediato un proyecto de ley serio para subir el pilar básico solidario. Presenten un proyecto de ley para aumentar el salario mínimo decentemente y que le permita a cualquier familia poder superar la línea de la pobreza.”

Sin embargo tres días más tarde, y ante un reclamo popular que no deja de crecer, en su presentación ante los diputados el ministro diría que “las acciones de violencia son concertadas y buscan generar condiciones de crisis en el funcionamiento del país”. Por eso Hirsch lo interpelaba:

“¿Y dónde han puesto ustedes la mirada? En los que están saqueando, y han sacado a los militares a la calle y han puesto toda la energía en la represión más brutal. ¡Que yo sé que ustedes la tienen en la memoria, pues! ¡Si fue parte de la dictadura! Les parecía normal también en esa época… ¡pero hoy día se supone que estamos en democracia! Lo que ustedes están haciendo es de una crueldad impensada. ¡Están matando al pueblo y vienen aquí a dar una explicaciones…! (…)

Mire ministro: ninguna crisis social, ninguna en la historia, se ha resuelto con tanques en la calle. Eso no funciona. Se resuelve con cambios a la altura de las demandas, no sacando a los militares a la calle. Se resuelve con un nuevo pacto, con un nuevo pacto social. Pero ¿qué tenemos hoy día? Muertos sin  nombre, sin causa clara, sin responsables. Imposibilidad de apoyar a los que están siendo detenidos. Denuncias de instalación de centros de tortura en más de una estación del metro (¡hay videos, hay videos!).

(…) Entonces lo primero que hay que hacer es sacar a los militares de la calle. Es lo primero que hay que hacer. No se puede desde esta situación buscar dialogar como si nada pasara.»

Finalmente, y a las propuestas de acciones inmediatas, el diputado agregó la de una reforma constitucional:

“Chile necesita una nueva Constitución generada en democracia y hoy llamamos a que, de una vez por todas, avancemos a darnos esa  nueva Constitución que permita salir de esta trampa que ya se prolonga por demasiado tiempo.”