Por Nan Frydland

La educación para adultos es la fachada con la que el gobierno estadounidense ostensiblemente proporciona a los inmmigrantes conocimiento e instrucción para integrarlos en esta sociedad. Sin duda la educación es clave, pero ¿qué tipo de educación se requiere para facilitar la adquisición de habilidades y competencias necesarias para triunfar en otro país? Durante más de 50 años, las clases de inglés para hablantes de otros idiomas (ESOL) han sido la principal fuente de educación para migrantes en este país. La opinión del gobierno de que todos los inmigrantes necesitan triunfar en las clases de inglés es, en el mejor de los casos, miope. Estas clases normalmente se llevan a cabo dos veces a la semana, dos horas cada día, o de 120 a 160 horas. ¿Alguna vez intentaste aprender un nuevo idioma en tantas horas?

El gobierno cayó muy bajo en 2014, estableciendo el Consorcio de Clase Mundial de diseño e instrucción (WIDA), eliminado eficazmente las clases de ESOL para principiantes y remplazándolas por el programa de Preparación Universitaria y Profesional (College & Career Readiness). Millones de estudiantes con bajos niveles de alfabetización, o que no buscan trabajo han sido privados del acceso a la enseñanza de otro idioma.

Desde 2016, los migrantes han sido testigos de políticas racistas e incendiarias de la Casa Blanca que han impregnado nuestra sociedad, trastornando las exigencias diarias de seguridad y, sobre todo, amenazando la vida y sustento de los inmigrantes y otros en todo el país.

Cuando enseñas ESOL a adultos refugiados recién llegados a la ciudad de Nueva York, es imposible adherirse a los mandatos, estándares y pruebas dictadas por el gobierno. Los estudiantes no están tan interesados en aprender nuevos tiempos verbales, como si estos respondieran preguntas como: ¿Qué es una recusación? ¿Qué fue lo que dijo esa mujer acerca de las agresiones sexuales? ¿Cuándo dijo el presidente que no le importa los manifestantes? ¿Eso significa que los va a disparar? ¿Significa que debería quedarme en casa ese día?

Mis alumnos saben que convertiré sus necesidades e intereses en mi prioridad, se irán después de haber discutido sobre cada tema que llevaron a la clase. La mayoría de nuestros maestros no son tan privilegiados. Ahí es donde nuestro sistema de educación para adultos no funciona.

Creo que es tiempo de un cambio radical en la educación para adultos. Para mí es evidente, desde mi experiencia enseñando ESOL hace 15 años que, no solo es implausible, sino también inaceptable creer que se pueda crear currículums centrados en requisitos de competencias laborales de bajo nivel y la lengua concomitante para ganar $7.25 la hora. Nosotros como nación tenemos la responsabilidad de proporcionar competencias de integración para todos los inmigrantes, y que continúen una educación permanente, para que sean miembros totalmente activos en nuestra democracia, y también puedan contribuir de manera significativa con la fuerza laboral. Es decir, atender las necesidades e intereses de los alumnos en lugar de atender lo que el gobierno determina que es mejor.

Los migrantes vienen con sus propias fuentes de conocimiento, competencias y habilidades para solucionar problemas y manejar situaciones cotidianas, pero según nuestro gobierno, ellos tienen un “déficit” porque carecen de experiencia en las formas estadounidenses para pensar, aprender, comportarse y hablar. Su propio conocimiento, experiencia, títulos universitarios y formación bilingüe no son evaluados ya que los filtran en programas de trabajo donde sus necesidades lingüísticas son determinadas según el lugar de trabajo.

Una mejor forma de impartir educación para adultos es por medio de la instrucción culturalmente receptiva (CTR). Esta no es una conmemoración de culturas, festividades, o costumbres individuales, es una forma sistemática que incorpora el conocimiento, aprendizaje y competencias de los estudiantes en las aulas de clase; Es transferir el poder de los profesores a los alumnos para que los profesores elaboren una planificación que acepte, se adapte y se acomode a las formas de comunicarse, aprender y ser de los alumnos. Renozco mi parcialidad, como profesora he implementado con éxito esta metodología en institutos, universidades privadas, centros comunitarios y organizaciones no gubernamentales. Estudié en un programa de posgrado cuya directora había desarrollado su propia teoría y práctica trabajando con refugiados hmong en los años 80, y he sido defensora de este método desde entonces.

La principal diferencia entre la CRT y la educación para adultos motivada por el gobierno es que la CRT requiere que los profesores de verdad escuchen a los estudiantes; No solo para que respondan preguntas, sino para que participen como iguales. Es preciso que los profesores cambien la relación de poder en las aulas y pregunten primero qué saben los alumnos sobre algún tema antes de ofrecer el conocimiento que el profesor o el gobierno consideran importante. En realidad se trata de preguntar a los alumnos qué es lo que ellos quieren aprender, qué necesitan aprender,y cómo quieren aprenderlo, y de que los profesores se pregunten  sí mismos cómo pueden facilitar ese aprendizaje. Al igual que la terapia física llamada Método Mackenzie, los pacientes creen tener un conocimiento profundo sobre ellos mismos. Los resultados positivos dependen de que los pacientes compartan sus fuentes de conocimiento y experiencia con el profesional, quien puede usar esa información para ofrecer lo que mejor se adapte a las necesidades del paciente.

Si la educación para adultos se diseñara para satisfacer las necesidades e intereses de todos los inmigrantes, y si el objetivo principal fuese servir a cada individuo para facilitarles la vida, no solo para la adquisición del idioma (de esas personas). Entonces, podríamos aumentar el número de participantes activos en nuestra sociedad, y contribuir de forma significativa para formar vidas más prósperas; tendríamos una mejor economía; un país más pacífico; y cumpliríamos las promesa de oportunidades para una mejor vida. Nuestros profesores y alumnos merecen algo mejor que ser estrangulados por mandatos gubernamentales; exámenes con el criterio inapropiado de “suficiencia”; y el modelo de déficit que ha degradado el sistema de educación por décadas. Alentando a  administradores, profesores y estudiantes para trabajar juntos en una planificación que sirva a clases particulares en las que a cada ciudadano potencial se le ofrezca el conocimiento y la capacitación que se merecen.


Nan Frydland, certificada como MFA, y master (M.S) en  educación TESOL, es directora de responsabilidad social corporativa en Frydland & Co., LLC, y maestra de ESOL en Stamford Adult Education en Stamford, CT. Sus intereses de investigación y escritura son sobre inmigrantes adultos y refugiados; pedagogías culturalmente receptivas y de liberación; racismo y justicia social. Ha publicado en The Journal of Transformative Learning, Idiom, College Quarterly, y en las actas de ITLC Conference. Ella es una conferencista frecuente.

 


Traducción del inglés por Erika Rodriguez