El Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, adoptado en 2017, está a medio camino de entrar en vigor. Este importante hito se alcanzó el 6 de agosto, aniversario del bombardeo atómico estadounidense de Hiroshima, cuando Bolivia se convirtió en la 25ª nación en ratificar el tratado. Se necesitan un total de 50 ratificaciones para que el tratado se convierta en un derecho internacional vinculante.

Los países latinoamericanos están liderando el camino para ratificar el tratado. Nueve países de la región lo han ratificado: Bolivia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá, Uruguay y Venezuela, mientras que el resto son signatarios, con la excepción de Argentina.

Posteriormente este año, el embajador de Bolivia ante las Naciones Unidas, Sacha Llorenti Soliz, se convertirá en presidente de la Primera Comisión de la Asamblea General de la ONU, un foro que se ocupa del desarme y la seguridad internacional. La ratificación de Bolivia de este tratado muestra que se toma en serio el desarme y que está calificado para desempeñar este papel de liderazgo.

La organización socia de ICAN «Esfuerzos de Mujeres Bolivianas» acogió con beneplácito la ratificación, afirmando que refleja el compromiso de larga data de Bolivia para lograr un mundo libre de armas nucleares. SEHLAC (Seguridad Humana en Latinoamérica y el Caribe), que también forma parte de ICAN, ha estado promoviendo activamente la adhesión al tratado en América Latina y el Caribe.

Las Naciones Unidas convocarán una ceremonia de alto nivel en Nueva York el 26 de septiembre en la que se espera que varias naciones de diferentes regiones del mundo firmen y ratifiquen el tratado. ICAN continuará pidiendo a todos los líderes que se unan a este tratado sin demora, ya que las armas nucleares no son de ninguna manera una forma legítima de defensa y tienen consecuencias humanitarias catastróficas.


Traducción del inglés por Melina Miketta